𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)

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𝐎𝐭𝐫𝐚 𝐯𝐞𝐳.

Por el pueblo naranja, cerca de los portales, en el restaurante que reposaba sobre una montaña; se encontraba cierta chica en la oficina que anteriormente había pertenecido a otra persona, pero por claros motivos ahora era suya.

Sin embargo, a simple vista se le notaba frustrada y es que, a pesar de ser actualmente la mujer con mayor poder económico de todo el pueblo de Tortilla, sus actividades llegaban a ser demasiadas y era sumamente frustrante el notar como el tiempo nunca quería estar de su lado.

—¡Terminé!.— grito felizmente y emotiva al notar que una tarea había sido terminada, pero su felicidad se vio interrumpida por sus pensamientos.

_"Termine el informe de la pollería, aunque debo enviarlo"_ Recargo su rostro sobre sus manos, las cuales reposaban en el escritorio _"No importa, se lo pediré a Mariana o Mayichi"_ Pensó más tranquila _"Debo de revisar el hospital de Spreenfield, me avisaron que las máquinas han estado fallando"_ Recordó otras de las tareas de su lista _"Sin embargo, Selene tiene que ir a Pixie Pets y darle más comida mágica a Ari"_ Su dedo índice daba tenues toques a sus labios una y otra vez, mientras tenía la mirada fija en la silla del otro lado del escritorio _"También tiene que ir al laboratorio de Zorman, ya que los habitantes se han estado quejando mucho de sus experimentos... ¡Espera! ¿Drako no iba a ir con Zorman? ¿O iba a ir al rascacielo de Auron a revisar la estructura agrietada?"_ Comenzó a morder una de sus uñas por el estrés _"Pero se supone que uno de nosotros tenía que ir al casino de Jacky a aprobar la ampliación, para la nueva zona de juegos... ¿Irá el Profeta? ¿O tenía que ir yo?"_

La pobre chica por tantos asuntos pendientes, comenzó a revolverse por si sola y ahora la frustración estaba más que presente.

Con cada nuevo pensamiento, mordía más su uña quitando pequeños pedazos de la misma, hasta que un sabor metálico la hizo mirar su mano.

Noto que un pedazo de la uña ya no estaba y había mordido su propia piel, haciendo que una pequeña gota de sangre comience a resbalar por el dedo.

Se sintió sorprendida al notar como es que se había lastimado sin darse cuenta, pero sus pensamientos se vieron interrumpidos por la puerta ser azotada.

—¡No podés entrar aquí!.— impedía Robleis, tu asistente.

Notaste que Noni había entrado a la oficina, pero se notaba cansado y claramente, había corrido bastante para llegar hasta donde estaba.

—Déjalo.— ordenaste tapando tu pulgar con tu otra mano, las cuales reposaron en tu escritorio—¿Qué necesitas Noni?.— interrogaste, pues claramente la expresión de su rostro rogaba en decir algo.

—Emm... Bueno, ¿Cómo decirlo?.— se cuestionó a si mismo, mientras tomaba bocanadas de aire—Ocurrió algo...-—

—Directo al grano Noni.— lo interrumpiste ya que no tenías tiempo de sobra.

El chico de pequeños cuernos trago en seco al notar tu seriedad, pensó en como resumir las cosas y lo único que pudo decir fue...

—Es Spreen.— comento tomando tu atención, pero al ver como su expresión se volvía una de preocupación, decidiste dejar tus obligaciones de lado.

。𝒐○☆❦☆○𝒐。

Llegaron a la tienda de Tanizen después de oír lo dicho por Noni.

—Es mejor que Tanizen te lo explique.— fue lo que te había dicho y sin esperar o dudar, salieron de la pollería directamente a la tienda de compra y venta.