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𝐄𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐝𝐞𝐜𝐞𝐩𝐜𝐢𝐨𝐧𝐚𝐝𝐚.

Todos se alejaron del santuario dejándolo destruido y con todas esas TNT a los alrededores, pero no fueron explotadas.

—¿Por qué culpar a Selene por las mentiras del Profeta?.— cuestionó Robleis mientras caminaba junto con sus amigos, hacia la pollería cercana a ellos.

—Son una familia, es lógico que piensen que si uno sabe todos deben saberlo.— respondió sencilla Mayichi.

—Que poronga de pensamiento, osea que paja que piensen que tenés la culpa cuando no es así.— comento Carre.

—Al menos no termino con un agujero más en el pueblo.— dijo burlona Rivers, aunque todos voltearon a verla—¡Eh! ¡Sin mal pensar pendejos!.—

Mientras hacían burlas del comentario posiblemente mal interpretado de la rubia, no notaban el camino hasta que Mariana miro al frente y su paso se detuvo haciendo que todos hagan lo mismo.

Apunto de preguntar algo, todos vieron hacia donde miraba el más alto y la expresión de sorpresa dijo todo.

—¿Spreen?.— cuestionó Mariana sin creer que estaba frente a él.

—Delante de vos.— dijo con una sonrisa, pero noto que nadie decía nada—¿No dirán nada?.—

—¡¿Boludo que podemos decir?!— pregunto Carre.

—Men no mames; tu pollería explotó, surgió a la luz de que vendas drogas y literalmente nos acabamos de enterar que andabas con Akane.— recordó exaltado Mariana.

—Literalmente te quemaron de la peor manera posible amigo.— comento Robleis a lo que varios asintieron.

—Y lo peor es que... Ella estaba muy enojada con vos.— menciono Mayichi hablando de aquella persona que permaneció en la cabeza de Spreen durante todo su encierro.

El híbrido al oír aquellas palabras dejo escapar un pequeño suspiro, pero su mirada viajo al final de los presentes.

Todos al notar que miraba algo fijamente dieron la vuelta notando que estaba presente la chica que había sido la encargada en estas semanas.

Se hicieron a un lado dejando que por fin después de tanto la pareja pueda verse nuevamente.

La chica camino lentamente hasta llegar delante de él, apunto de decir algo una fuerte bofetada llegó a su mejilla causando que tambalee por la fuerza.

Todos al ver ésto se sorprendieron por el acto pero para Spreen no fue así.

—Lo merecía.— murmuró colocando su mano sobre su mejilla rojiza que comenzaba a arder. Regreso su mirada a la chica la cuál lo miraba seriamente.

—Dos semanas... Dos semanas que estuviste desaparecido, dos semanas donde me encargue de un local y un pueblo recién inaugurado, ¡Dos malditas semanas donde te odie más que otra cosa en mi vida!.— reclamo enojada, recordando que la ausencia de Spreen le generó más conflictos a ella que a algún otro—Me enteré de tus sucios secretos tuyos de los cuales no tenía ni la más mínima idea, me enteró de que mi ex novio vendía drogas a todos estos imbéciles, quienes no pudieron decirme ni una maldita palabra.— regreso su mirada molesta y fulminante a sus trabajadores quienes apenados agacharon la cabeza.

Spreen escucho sintiéndose como un niño pequeño que estaba siendo regañado por su madre, pero el discurso paso nuevamente por su cabeza hasta que se percató de tales palabras que lo alteraron.

—¡Para! ¿Ex novio?.— cuestionó exaltado regresando a las palabras dichas de tu boca.

Lo miraste un par de segundos para cruzarte de brazos—¿Creíste que seguiríamos teniendo algo después de tantas mentiras?.— interrogaste notando que la mirada decaía del chico, haciendo que bufes divertida—Spreen... En una relación no pueden haber tantos secretos, se rompe la confianza y lo mejor para esos casos es terminar.— explicaste masajeando tu entrecejo.

—Mira...— decidió empezar a hablar el híbrido_Lo que hice no estuvo bien y recibí mi castigo, pero de verdad te pido que no me dejes, sos lo único que me mantuvo cuerdo las últimas semanas y de verdad no quiero ver cómo pierdo lo último bueno que me queda.— intento tomar tu mano desesperado pero lo impediste—Se que estás molesta pero...— intento continuar pero lo interrumpiste.

—No estoy molesta.— tu mirada seria y fría se volvió triste y decaída—Estoy decepcionada.

Aquella frase fue el punto de quiebre de Spreen, ya perdió todo... Su trabajo, sus amigos y la única persona que fue su pilar en la extraña vida en la que fue asignado... ¿Qué más podía perder?.

—No te daré el pueblo ni la pollería, tu mismo los perdiste.— comentaste para caminar pasando a un costado del chico, pero te detuviste para golpear su pecho y dejar caer algo a sus manos.

Eran las llaves de la casa que te había obsequiado.

Te acercaste a su oído para susurrar—Las necesitas más que yo.—

Te alejaste para continuar y adentrarte a la pollería siendo seguida por tus empleados, quienes habían presenciado todo entre ambos.

—Si es de ayuda, podés quedarte en mi casa.— comento Carre antes de entrar al restaurante.

—Gracias amigo.— trato de sonreír amablemente Spreen pero sentía que solamente se podía traicionar a si mismo.

Carre le dio unas palmadas en su hombro para continuar con su camino, dejando a un Spreen completamente solo...

¿Qué habría de extraño? Siempre fue así.

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora