║█ 47 █║

242 33 10
                                    

𝐑𝐞𝐩𝐮𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧.

Nuevamente la rutina había regresado, caminabas en dirección al pequeño país que anteriormente te pertenecía pero ahora su propietario era aquel chico que aún no lograbas perdonar.

-Buenos días Mayichi.- saludaste a la castaña quien estaba tal parece instalando algunas estufas en la cocina.

-¡Hola Akane!.- saludo sonriente moviendo su mano de un lado a otro.

Pasaste a un costado de los trabajadores que ayudaban a reconstruir el restaurante, tal vez solo lo hacían por más paga pero eso ya no era tu incumbencia.

Subiste al segundo piso pasando al costado de tu anterior oficina que ahora no era más que un gigante agujero con vistas a las colinas que los rodeaban.

-Buenos días.- saludaste pasando a la oficina principal, que era la más destruida de todo el lugar.

Las paredes con retratos del gato blanco más mimado de todo el pueblo, se encontraban rayados con frases poco agradables.

-¡Ey! Llegas re tarde.- su sonrisa se transformó en una línea negra.

Rodeaste los ojos adentrándote a la habitación y sentarte en la silla del lado contrario donde se encontraba el híbrido.

-Creo que no me puedes reclamar la hora, te recuerdo que ya no trabajo para ti.- te cruzaste de brazos dejándote caer en el asiento.

-Eso no es un argumento.- respondió a lo que reíste-¡Dale regresa a trabajar! No trabajarás para mí, trabajarás conmigo.-

-Uy~ cualquiera de las dos opciones es horrenda.- exclamaste haciendo que el pelinegro suelte un suspiro-¿Qué estás planeando ahora?.- interrogaste tomando su atención, bajaste la mirada donde se encontraba un montón de papeles regados en el escritorio.

-Estoy planeando como arruinar a Reborn.- respondió sencillo tomando sus papeles y darles una mirada rápida. Por tu parte no te sentiste sorprendida.

Es Spreen ¡Eso ya es normal!.

-Y tengo los nuevos planos para la construcción del pueblo.- te extendió unos papeles emocionado.

Curiosa empezaste a leer las hojas y no fui difícil darte cuenta de que se trataba.

-¿¡Un estadio!?.-

-¡Un estadio en los costados del pueblo! Imagínate; llegas a Spreenfield para alojarte un par de días, venís al Pollo Feliz a degustar un poco de comida y luego ¡Vas al nuevo estadio a buscar entretenimiento!.- se coloco de pie acercándose a las gigante vitrina que yacía rota en un gran pedazo y señalaba cada construcción del lugar-¿Qué opinas?.- volteo a verte emocionado.

Asimilabas su plan dejando los papeles en el escritorio cuidadosamente.

En todo tu tiempo junto al chico lo apoyaste en todo lo que pudiste, pues sinceramente tenía una mentalidad de empresario que te sorprendía cada vez más... Pero un estadio.

-Para un estadio tendrías que poner mucha cantidad de dinero, además conseguir los permisos de construcción y validación. Y yo ya no te ayudaré en obtenerlos más rápido, tendrás que hacer fila.- te cruzaste de brazos al decir lo último.

-El dinero no es problema.-

-Claro que lo es.- dijiste rápidamente al oír su desinterés-Te recuerdo que tienes que poner para la reconstrucción del restaurante y además los pagos de Spreenfield.-

-Pero si hacemos el estadio tendremos más ganancias.- intento excusar pero nuevamente lo corregiste.

-Y en lo que esas ganancias llegan Spreenfield pasará una etapa de hambre y falta de servicios.- el chico suspiro a tu comentario.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 10 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora