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𝐒𝐩𝐫𝐞𝐞𝐧𝐟𝐢𝐞𝐥𝐝.

Adentrándote en la pollería pasando por la cocina y subiendo al segundo piso, llegando a la oficina del fundador del restaurante, podías apreciar un cuadro de la mascota gatuna o más conocida como Pelusa.

¿Qué tal malo sería un tierno retrato de un gato?

Pues detrás de la pintura un enorme hueco oscuro en el cual un elevador se podía apreciar la existencia de un piso subterráneo, uno el cual solo pocas personas sabían de su existencia y en esas personas no entraba la novia del dueño ya que no quería entrometerla en cosas que podrían arruinar su estatus.

—Ya esta listo mi señor.— dijo uno de los hombres alejándose del mecanismo de dinamita que había construido.

Aquel hombre en traje de seda negra se acerco mirando el mecanismo oculto en una pared destruida—Ocúltenlo y vámonos de aquí, pronto llegarás los trabajadores.— ordenó a sus trabajadores que sin dudar acataron la orden. Se alejó tomando su celular y marcar un numeró—Ya esta listo... Si señor, vamos enseguida.— termino la llamada para regresar la mirada al muro que estaba siendo reconstruido.

El plan estaba poniéndose en marcha.

。𝒐○☆❦☆○𝒐。

—¡Spreenfield es una cuidad oficial de Tortillaland!.— grito Spreen anunciando su nueva obra de construcción.

Los invitados a la abertura aplaudieron, gritaron y chiflaron al ver como nuevamente Spreen se lucía en otra de sus construcciones. Además de que era un pequeño pueblo donde podrían pasar algunos días ya que las casas mantenían un buen espacio y sin duda eran bastantes cómodas para poder vivir o pasar unas pequeñas vacaciones.

Spreen se acercó a donde estabas saludando a varios de los invitados como si fuese una celebridad mundialmente conocida.

—Felicidades, por fin terminaste tu pueblo.— dijiste entregando una copa de vino a chico quien la comenzó a beber como si fuese agua—Dime por favor que te tomarás un descanso.—

—Tengo pensado hacer un estadio y hacer especie de retos allí.— comento—No sé de donde me llegó la idea pero te apuesto a que será buenarda.— sonrío emocionado sin embargo solaste un leve suspiro con una pequeña sonrisa.

Sin duda te preocupaba el que Spreen no se tomé algún descanso ya que tenía una meta algo complicada de querer ser la persona más rica de pueblo, algo que ya no estaba tan alejado de la realidad lo apoyabas como buena pareja que eras pero eso no implicaba apoyar el hecho de su desgate metal, pues sin duda u desgate físico no tenía ningún inconveniente.

—¡Akane!.— escuchaste un fuerte grito.

Miraste a un lado encontrando al Mariana quien corría de un lado a otro seguido de AldoGeo quien se veía molesto—¡Ayúdame men! ¡Me quiere matar!.— grito sin detener su paso.

Soltaste un pesado suspiro entregando tu copa a Spreen—Ahora vuelvo.— dijiste cansada a lo que el contrario simplemente asintió siguiendo con la mirada a Mariana.

La chica se alejo dejando solo al pelinegro para que en pocos minutos se acerque Robleis quien sin duda disfrutaba de la pequeña fiesta de la inauguración.

—Che ¿No hay un lugar para tu mejor amigo?.— se acercó enrollando su brazo en sus hombros y mirarlo con una sonrisa.

—¿Te referís a Carre?.— pregunto burlón recibiendo una mala mirada por parte del polera amarilla—Sabes que tenés un lugar en mi pueblo, no se que para preguntas.— dijo volteando a ver al más bajo.

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora