║█ 43 █║

214 39 4
                                    

𝐑𝐨𝐛𝐨.

Tranquilamente, hablabas con los samaritanos que estaban por las calles del pueblo verde.

—¿De verdad podrá asistir a mi función?.— interrogó Pol atento a tu respuesta.

—Por supuesto, se que trabajo arduamente por contruir vuestro cine, será una falta de respeto no apreciar el arte de la cinematografía.— respondió la de cabellos albinos mirando con una amable sonrisa al varón.

—¿También podría ir a ver la nueva sección de la tienda de mascotas? Las Pixies tendrán más espacio y Mariana dejara por fin de joder.— lo último fue murmurado por Ari, quien estaba harta de las quejas de Mariana.

Antes de poder responder, un fuerte rayo hizo que varios se tapen los oídos por el fuerte estruendo.

—¿Qué ha sido eso?.— cuestionó Reborn mirando a los alrededores en busca de respuesta.

Tu mirada se detuvo al notar que los fuertes rayos habían caído del santuario de Juan, pero perfectamente sabías que el mago no pudo haber hecho un fuerte hechizo como ese.

—Si me disculpan, he de saber que ha causado eso.— diste una reverencia para dar la vuelta y alejarte de los civiles.

_"El Profeta se ha molestado"_

Y no estabas en lo incorrecto, pues al llegar al santuario notaste que de la casa se podía sentir una muy pesada vibra que sabías perfectamente de quién emanaba.

—¿Drako? ¿Qué ha ocurrido?.— te acercaste a tu hermano quién tenía cierto rostro de preocupación.

—Ocurrió algo malo Sel.— comento volteándote a ver pero no comprendiste el por qué.

—¿¡Por qué!?... ¡¿Por qué me ha ocurrido esto a mí?!.— los gritos de tu padre provenir de una habitación con ambas puertas cerradas tomo tu atención.

Miraste a tu hermano quién cansado decidió darte la respuesta a tus preguntas. Camino en dirección a las puertas para abrirla mostrando que era la sala principal, sin embargo, la misma estaba más que destruida y un asustado Juan reposaba en la esquina del cuarto.

—¡Drako! ¡Selene!.— grito felizmente el mago al verlos entrar.

—Debe ser una situación fuerte para ver cómo Juan se emociona por verte.— susurraste a tu hermano quién asintió, sabías que entre ambos no había más que rivalidad por la atención del Profeta.

Aclaraste tu garganta para dirigirte a tu enojado padre que había sido el causante de la destrucción de la habitación—Padre, ¿Se puede saber, que pasó?.— interrogaste mirando al mayor quien volteo a verte molesto por encima del hombro.

—Una desgracia Selene.— indico pero no comprendiste bien—El mayor arrebato de la historia de TortillaLand.—

—No te entiendo.— exclamaste para ver como el mayor se hacía a un lado mostrando una vitrina vacía que perfectamente reconociste.

—El cetro ha sido robado.—

La expresión de tu rostro mostraba el perfecto shock ante tal situación, ¿Era posible perder un objeto tan poderoso? Pues tal parece que la respuesta era sí y la obtuvieron de la peor manera posible.

—¿Cómo?.— miraste a tu padre en busca de alguna explicación.

—El cetro fue dado a Juan para que lo cuidara un par de días, ya que padre tiende a visitarlo todos los días.— relato Drako al ver como el mayor no respondía la preguntas de la mujer—Pese a la seguridad que tenía, fue robado en la madrugada de esta noche y ninguno ha podido dar con la locación.—

Una sonrisa nerviosa tomo la atención de todos los presentes—A ver, en mi defensa no creí que la obsidiana reforzada podría ser atravesada.— trato de justificar Juan, pero la mirada molesta de prácticamente sus hermanos lo hizo cerrar la boca.

—Agh~.— bufaste molesta y frustrada, tocando tu frente queriendo que el dolor de cabeza se calme—Preguntaré el por qué dejaste tu cetro en el santuario de Juan, sabiendo que es un objeto poderoso que debe ser protegido por uno de los tres.—

Cuidar del báculo por años ha sido prácticamente un estilo de vida suyo, era una responsabilidad mayor que no podía ser dado a cualquiera persona y ciertamente te sentías menospreciada y humillada por ver cómo entregaba tan fácilmente el cetro a un brujito sin parece, una presencia de cerebro.

—Pensé que podría confiar en Juan.— murmuró el mayor de los presentes, haciendo que el mencionado baje inevitablemente la cabeza arrepentido y triste.

—Él no sabe lo que conlleva tener nuestra sangre en las venas, no puedes confiarle algo tan preciado a un irresponsable inexperto.— indico Drako quien también estaba desesperado por no encontrar el báculo de su padre.

—Podrían dejar de insultarme como si no estuviera aquí.— pidió Juan queriendo tener un lugar en la habitación.

—¡No!.— gritaron los dioses al de anteojos quien sintió más molestia que algún otro sentimiento.

—¿Por qué simplemente no hacemos un hechizo de rastreo? Eso hago para encontrar mis llaves.— pregunto sencillamente, pero sin duda tu hermano y tú querían golpearlo en ese momento.

—Sos alto idiota Juan.— dijo frustrado el hijo menor.

—El báculo no puede ser rastreado, se le puso un encantamiento para evitar eso y no se puede romper.— explico el mayor de los presentes.

—Se hizo para que nuestros enemigos no sepan nuestro paradero.— termino de decir la de cabellos albinos.

Una parte de sus palabras tomo la atención del hechicero—¿Enemigos? ¿De qué enemigos hablas?.— pregunto confundido.

Miraste a tu padre quien apartó la mirada—¿No le has contado?.— interrogaste a lo que una sonrisa nerviosa te dio la respuesta—¿Y así quieres que tome un lugar entre la familia?.—

—Debemos buscar entre los tres pueblos, seguramente algún habitante lo tiene en su hogar.— cambio la conversación Drako a una más importante, ante sus palabras varios asintieron.

—¿Quién hubiera hecho algo como ésto?.— preguntaste al aire pero ninguno supo que responder.

Aunque cierto híbrido apareció en tu cabeza. Imposible, él no haría algo como eso...

_"¿O sí?"_

。𝒐○☆❦☆○𝒐。

Estabas mirando más que impactada la escena frente a ti, Spreen en sus manos portaba el báculo que tú padre había perdido, bueno aparentemente el ladrón había aparecido y ahora estabas más que conmocionada por ver quién fue el causante.

—¿Por qué?.—

𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)Where stories live. Discover now