𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝 || (𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏 𝑿 𝑻𝒖́)

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𝐂𝐨𝐧𝐯𝐨𝐜𝐚𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚.

Como cualquier mañana ibas a recoger el correo.
Pasabas sobre por sobre dejando la típica publicidad de lado y las cartas personales del dueño hasta que notaste un logo que llamo tu atención.

Llegaste a tu escritorio afuera de la oficina de Iván para poder apreciar bien el sobre.

Era uno de color negro que en la parte trasera portaba con un logo que llamaba la atención de cualquiera.

Tomaste un pequeño cuchillo que tenías en el escritorio y abriste el sobre para tener la carta en tus manos, siendo está del mismo tono oscuro.

Leíste todo para ir directamente a la oficina de Spreen.

Azotaste la puerta del cuarto y ver cómo Spreen se levanto de golpe pues tal parece estaba durmiendo.

—¡Pelotuda toca!.— grito por el susto que le dio su amiga.

—Te quieren para un evento.— dijo acercándose al escritorio con la carta en mano.

—Léela.— ordenó acomodándose en su silla y subiendo sus pies sobre el escritorio.

𝐒𝐞 𝐡𝐚 𝐜𝐨𝐧𝐯𝐨𝐜𝐚𝐝𝐨 𝐚𝐥 𝐒𝐞𝐧̃𝐨𝐫 𝑺𝒑𝒓𝒆𝒆𝒏𝑫𝑴𝑪 𝐡𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐜𝐢𝐩𝐚𝐫 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐜𝐫𝐞𝐚𝐝𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐞𝐥 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝑰𝒃𝒂𝒊𝑳𝒍𝒂𝒏𝒐𝒔 "𝐋𝐚 𝐕𝐞𝐥𝐚𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐧̃𝐨".

𝐄𝐥 𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐠𝐢𝐫𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐨𝐫𝐧𝐨 𝐚𝐥 𝐛𝐨𝐱𝐞𝐨 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐧𝐨𝐬 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚𝐫𝐢́𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐮𝐬𝐭𝐞𝐝 𝐩𝐞𝐥𝐞𝐞́ 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐫𝐚 𝐨𝐭𝐫𝐨 𝐡𝐚𝐛𝐢𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐓𝐨𝐫𝐭𝐢𝐥𝐥𝐚𝐋𝐚𝐧𝐝.

𝐒𝐢 𝐞𝐬 𝐪𝐮𝐞 𝐠𝐮𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞 𝐚𝐜𝐞𝐩𝐭𝐚𝐫 𝐥𝐚 𝐢𝐧𝐯𝐢𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐚𝐜𝐮𝐝𝐚 𝐚𝐥 𝐜𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐩𝐮𝐞𝐛𝐥𝐨 𝐞𝐧 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞 𝐬𝐞 𝐝𝐚𝐫𝐚́ 𝐭𝐨𝐝𝐚 𝐢𝐧𝐝𝐢𝐜𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐝𝐞𝐥 𝐜𝐨𝐦𝐛𝐚𝐭𝐞, 𝐚𝐝𝐞𝐦𝐚́𝐬 𝐩𝐫𝐞𝐬𝐞𝐧𝐭𝐚́𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐚 𝐥𝐨𝐬 𝐩𝐞𝐥𝐞𝐚𝐝𝐨𝐫𝐞𝐬 𝐝𝐞𝐥 𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐲 𝐡𝐚𝐫𝐞𝐦𝐨𝐬 𝐞𝐥 "𝐂𝐚𝐫𝐚 𝐚 𝐜𝐚𝐫𝐚".

ᴀᴛᴛᴇ: 𝓘𝓫𝓪𝓲 𝓛𝓵𝓪𝓷𝓸𝓼.

Termino de leer la carta para regresar su mirada a su jefe el cuál se quedó pensando en lo que acaba de escuchar.

—¿Aceptarás?.— pregunto al no obtener respuesta de Spreen.

—Dale.— respondió sencillamente alzándose de hombros—En quince salimos.— indico a lo que la contraria asintió.

Salió de la oficina dejando al mayor solo y se quedó pensando contra quién podría pelear.

_"Es más que obvio"_

。𝒐○☆❦☆○𝒐。

Ambos chicos caminaban por el pueblo central notando a varios ciudadanos los cuales iban al mismo lugar que ellos.

Lo primero que vieron al llegar fueron a dos hombres robustos con gafas oscuras siendo claramente guardias de seguridad.

Aunque a ambos le detuvieron el paso antes de entrar.

—¿Qué pasa boludo? Estamos invitados.— comento el pelinegro mirando a los dos hombres más altos que él.

Notaron como una chica con una gorra y un micrófono cercano a su boca se acercó a ambos.