Capitulo 2

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- ¡Julia vamos! ¡Que llegamos tarde! – Gritó Alba a su amiga.

- ¡Tranquila! – Dijo Julia en tono pausado. – Ya sabes que María no se entera de la hora cuando trabaja, hasta que no lleguemos ni se dará cuenta de la hora que es.

- No se porque te arreglas tanto. – Se quejó Alba.

- Nunca se sabe a quien te puedes encontrar Reche. – Dijo Julia divertida.

- ¿Ya estás? – Preguntó Alba al ver a su amiga saliendo de su habitación.

- Si ya estoy. Pesada. – Dijo Julia. – Que poca paciencia tienes.

- Me gusta ser puntual. – Dijo Alba encogiéndose de hombros.

Salieron de casa de los Medina dirigiéndose a la empresa de los Reche y Medina, aunque ese último nombre había que obviarlo tal y como estaban las cosas en el país, para recoger a Maria. Al menos una vez a la semana intentaban quedar las tres para tomarse un café o un té y ponerse al día. Cuando llegaron a la empresa, fueron a la zona de fábricas, donde sabían que estaría su amiga, y por supuesto Maria todavía no estaba lista y tuvieron que esperarla.

- ¿Ves? – Dijo Julia. – Te lo dije, María todavía no está lista.

- No se porque decimos una hora si después hacéis lo que os da la gana. – Se quejó Alba.

- Hoy estás muy refunfuñona Alba. – Dijo Julia.

- Es que cada día es lo mismo. – Siguió quejándose la rubia.

- ¡Ya estoy aquí! – Dijo María saliendo disparada por la puerta. - ¿Qué os pasa?

- Aquí la rubia que hoy no tiene espera.

- Vamos rubia que te invito a un chocolate para que se te bajen los humos.

- Te tomo la palabra. – Dijo Alba poniéndose a caminar en dirección a la cafetería. Y es que ella no iba a decir que no a un buen chocolate.

Casi siempre iban a la misma cafetería, aunque de vez en cuando variaban. Una vez llegaron a la cafetería se sentaron en la mesa de siempre, con vistas a una plaza peatonal. Cada una hizo su pedido: Julia un café, María un té y Alba el prometido chocolate. También pidieron unas pastas para comer junto con sus bebidas. Hablaron de cosas banales mientras esperaban a que les trajeran sus pedidos. Una vez se los sirvieron la conversación cambió a las novedades en su día a día.

- ¿Qué tal las clases? – Le preguntó Julia a Alba

- Pues muy bien. Igual que la semana pasada. Pero estoy aprendiendo mucho. – Dijo Alba. – Esta semana hemos estudiado un poco de historia de la enfermaría. ¿Sabíais que en Alemania se empezó a estudiar la enfermería como tal en 1920?

- No. – Negaron sus amigas.

- Pues resulta que La Cruz Roja Alemana empezó los cursos en 1920 pero en vez de dos años, como ahora, eran de un solo año.

- ¿Y eso que quiere decir? – Preguntó María sin entender a donde quería llegar su amiga.

- Pues que ahora hacemos más cosas y necesitamos más tiempo para aprenderlas ¿no?

- Si, es una posibilidad. – Dijo Julia.

- O que ahora sois más tontas. – Apuntó María.

- ¡María! – Se quejó Alba a la vez que negaba con la cabeza. – Pues que sepáis que ahora hay más de 60 escuelas de la Cruz Roja en todo Alemania ya que todos los hospitales municipales cuentan con una y además hay tres que funcionan anexas a las universidades. ¿Os imagináis que un día la enfermería sea una carrera universitaria?

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now