Capitulo 52

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El nacimiento de Hope, como era previsible, cambió las rutinas en toda la casa. La pequeña comía cada dos horas, como mucho aguantaba tres por la noche, y además era una glotona, aunque, al menos, una vez comida no había niña. Según les había explicado Rafi era normal que los niños que nacían pequeños, porque habían pasado hambre en la barriga de su madre, fueran las causas que fueran, fueran más ansiosos y glotones a la hora de comer, pero que tampoco se los podía atiborrar porque el estómago que tenían era pequeño como ellos.

Alba iba cansada pero feliz. Nunca dudó en quedarse a esa pequeña cuando se enteró de que estaba embarazada, pero desde que la sostuvo por primera vez en brazos tuvo claro que haría lo que hiciera falta por protegerla, porque no tuviera que pasar por lo que ella pasó, por lo que sus madres y su hermana pasaron, porque pudiera crecer en un mundo diferente, un mundo tolerante y feliz.

Natalia también iba cansada pero casi se podría decir que estaba más feliz que Alba. Se encargaba de cambiarle el pañal a la niña, cosa que aprendió a hacer enseguida gracias a rafi, la acunaba, la mimaba y porque ella no podía darle el pecho que sino también lo haría. Sin duda se había enamorado de esa pequeña preciosidad que con el paso de los días se parecía más a Alba, parecía que iba a ser castaña pero los ojos apuntaban a que serían como los de su madre y Natalia decía que también tenía su nariz pero Alba le decía que era demasiado pronto para saberlo todavía.

El mayor cambio fue para Olivia, ella intentó dormir con Alba y Natalia como antes del parto, pero la pequeña la despertaba por la noche, y si no eran las pesadillas las que la despertaban. Probaron poniendo otra cama en el dormitorio, cama que Miguel se había encargado de conseguir hacía días precisamente para eso, pero se despertaba igual. Finalmente se mudó a la antigua habitación de Maria, que había quedado libre, después de que Alba y Natalia hablaran con ella y la convencieran de que era lo mejor, de que así descansaría y Hope no la despertaría por la noche. Eso no quitaba que siempre alguna de las dos se quedaba con ella hasta que se quedaba dormida o que cuando tenía una pesadilla fuera ella la que corría a refugiarse con Alba y Natalia, que la tranquilizaban y cuando se volvía a dormir la volvían a llevar a su habitación.

Marilia y Sabela finalmente se habían marchado a casa de los padres de ésta última, que después en enterarse de lo sucedido les abrieron las puertas de su casa. Marilia empezó a trabajar otra vez en la tienda de sus padres y Sabela tenía intención de volver a trabajar de enfermera aunque todavía no se encontraba con fuerzas suficientes, prefería esperar un poco más.

Los Lacunza volvieron a su casa pese a las protestas de Natalia, no quería separarse de sus padres pero tampoco quería dejar a Alba y a las niñas, pero sabía que posiblemente sus padres lo que necesitaban era volver a casa, intentar poco a poco volver a la normalidad, así que finalmente cedió a su marcha. Pese a todo se veían casi a diario. Si no eran los Lacunza los que iban a ver a su hija, eran Natalia y Alba con las niñas las que aprovechaban para dar un paseo y salir un rato de casa e ir a ver a los Lacunza, o como ellos ya empezaban a llamarse, los abuelos.

Miguel y Rafi seguían trabajando en la clínica aunque mucho menos que antes, habiendo delegado mucho de su trabajo en sus subordinados. Por su parte Miguel intentaba mantener a flote su empresa, comenzando a producir otra vez después del parón de más de un año debido a la guerra donde prácticamente la producción se había parado, volviendo a contratar a trabajadores antiguos y también a muchos nuevos, no era difícil porque la precaria situación que se vivía en el país hacia que hubiera mucha mano de obra disponible.

Por su parte, tanto Miguel y Rafi como Mikel y Maria, empezaron a trabajar con los aliados para intentar recomponer el país, ayudando en lo que hiciera falta, los contactos que Miguel había hecho durante la guerra con los estadounidenses, pasando información, les había servido para poder reunirse todos juntos otra vez. Alemania había quedado dividida por las potencias aliadas. El país quedó dividido en zonas dependiendo del país que las ocupara. Así Alemania se dividió en la zona soviética, la zona británica, la zona francesa, la zona norteamericana y la zona polaca. Berlín por su parte también se vio dividido, en este caso en cuatro zonas: el sector francés, el sector británico, el sector americano y el sector soviético. Por suerte ninguno de ellos vivía en el sector soviético, que parecía ser el más conflictivo y el que no terminaba de encajar con la forma de hacer del resto de naciones.

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now