Capitulo 44

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La guerra continuaba. Bombardeos, lucha y muertes en ambos bandos. Los alemanes continuaban con su empeño de conquistar a Unión Soviética. Después de la batalla de Stalingrado, los soviéticos comenzaron a avanzar y conquistar posiciones hacia el oeste en una serie de ofensivas que los alemanes no fueron capaces de rechazar hasta Zaporiyia, donde pareció que volvían a recuperar el control, aunque la ilusión les duró poco.

En ese momento, después de otra serie de contraofensivas alemanas y una vez estabilizado el frente, los soviéticos poseían un saliente formado en torno a la ciudad de Kursk y la intención de Hitler era atacarlo y recuperar la iniciativa en esa guerra contra la Unión Soviética.

El ejército alemán había denominado la misión "Operación Ciudadela", como nombre en clave para esa batalla que se viviría en Kursk durante los meses de julio y agosto de 1943. Entre ambos bandos se desplegaron más de tres millones de soldados, 6000 tanques, 36000 morteros y cañones y 5000 aviones. Pese a que los alemanes tuvieron menos bajas que los soviéticos, finalmente fueron estos últimos los que ganaron la batalla y pese al alto número de bajas que sufrieron enseguida recuperaron su ejército y la iniciativa en su propio país haciendo retroceder a los alemanes.

Mientras los alemanes luchaban contra los soviéticos en Kursk, las tropas estadounidenses y británicas desembarcan en Sicilia, y a mediados de agosto, los Aliados la controlaban. Debido a la invasión de Sicilia, Mussolini fue arrestado por el mismo rey de Italia terminando así con la Italia fascista. Después de eso, los aliados entraron a Italia a través del estrecho de Mesina, avanzando hacia el norte, sin encontrar mucha resistencia. El nuevo gobierno italiano, comandado por Badoglio, firma la rendición el 8 de septiembre intentando ocultarle a Alemania la rendición para que Hitler no sospechara de la traición de su aliado al rendirse a los aliados. Pero pese a los intentos de Badoglio por ocultar la rendición, Hitler se entera de la ocupación italiana por parte de las tropas aliadas y decide invadir el país.

Así que, después de diversas confrontaciones, Italia queda divida en dos, igual que Francia. En el norte, Mussolini, que fue liberado por los alemanes el doce de septiembre, y que gobierna la República Social Italiana. Y, por el contrario, el sur queda a manos de los aliados.

Pese a todo, la lucha por Italia no había acabado y ambos bandos continuaban luchando para hacerse con el control total del país.

Pero no solo el ejército alemán estaba siendo atacado, en septiembre de ese mismo año las RAF volvieron a bombardear Berlín con más fuerza que nunca. En diez días se perpetraron tres grandes ataques contra Berlín en los que participaron más de 1500 bombarderos. La destrucción de Berlín fue tal, que se hablaba de que en uno solo de esos ataques, los daños sufridos en la ciudad igualaban los sufridos por Londres durante la batalla de Inglaterra en 1940.

El primero de esos bombardeos pilló a Natalia en casa y corrió a esconderse en el refugio más cercano encontrándose allí con sus padres que habían salido corriendo de la librería. A Alba por su parte la pilló en el Hospital de la Cruz Roja y pese a que no estaba bien visto que los puestos médicos fueran atacados, varias bombas cayeron muy cerca de ellos. El caos era total y entre los heridos que ya había en el hospital y los que iban llegando enseguida se vieron desbordados.

Alba y Natalia hacia varias semanas que habían dejado de trabajar con Miguel en su clínica, que se había visto reducida al cuidado de los soldados heridos en el frente, en su mayoría de alto rango, y ellas habían centrado todos sus esfuerzos y tiempo en el Hospital de la Cruz Roja.

Después de ese primer ataque Natalia se negó a separarse De Alba, ya que el no saber si estaba bien o no, la mataba de preocupación. Así que se quedaba con ella en casa, o si iba al hospital por que le tocaba trabajar, ella la acompañaba. Allí siempre necesitaban voluntarios para otras tareas que no fueran médicas y a Natalia, con tal de estar con Alba , no le importaba ayudar en lo que fuera necesario. El resto de los ataques los pasaron juntas, uno las pilló en casa de los padres De Alba, por la noche, cuando se acababan de acostar y donde corrieron a esconderse en el sótano. El otro las pilló en el hospital, justo antes de terminar el turno De Alba y donde volvieron a caer varias bombas bastante cerca, una de ellas incluso dañó una de las paredes del hospital, debido a la onda expansiva, aunque por suerte esta se mantuvo en pie. Los días siguientes varios voluntarios se encargaron de arreglar esa pared.

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now