Capitulo 47

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Natalia fue conducida hasta un coche aparcado a un par de calles más allá de donde se la había llevado, la metieron en el coche y le colocaron una capucha en la cabeza que no le quitaron hasta que la dejaron tirada en una inmunda celda. Pasaron varias horas, encerrada en esa celda sin saber nada, a la espera de que alguien apareciera por allí. En un momento dado empezó a oír gritos de dolor y el llanto de alguien en una celda cercana, se estremeció al oírlo solo de imaginar lo que debía estar pasando allí.

- ¿Te gusta lo que has oido? - Le preguntó Isaac sin obtener respuesta por parte de Natalia. - Tu novia tiene un coño muy apetitoso.

- Al... - Fue a gritar Natalia pero Isaac la rodeó por detrás tapándole la boca con la mano.

- Ni se te ocurra gritar o me la estare follando hasta que la deporten. ¿Entendido? - Natalia asintió mientras las lágrimas caían por sus mejillas. - Te voy a destapar la boca, un solo sonido y ella lo pagará.

Y dicho esto volvió a destapar la boca de Natalia que no podía evitar que las lágrimas corrieran libres por sus mejillas solo de pensar por lo que tenía que estar pasando Alba.

- Déjala. - Suplicó a media voz viendo como Isaac negaba con la cabeza con una asquerosa sonrisa en el rostro. - Házmelo a mí. - Volvió a suplicar.

- ¿Meter mi polla en una sucia judía? ¡Ja! - Dijo Isaac con desprecio.

- Ni un sonido o lo pagara - La amenazó Isaac mientras salía de la celda para ir a buscar a la rubia y trasladarla a su celda, por supuesto, una celda bien alejada de la de Natalia.

Natalia no pudo evitar quedarse callada con esa amenaza y rompió a llorar en cuanto ese desalmado salió de la celda. Se aferró a su colgante mientras lloraba pensando en Alba, finalmente se lo quitó para contemplarlo bien, acariciando ese corazón que su amada le había regalado hacía tantos años ya. Después lo escondió lo mejor que pudo, no tenía intención de dejárselo quitar.

A la mañana siguiente volvió a aparecer el hijo de puta, sacándola de su celda de malas maneras y arrastrándola hasta el patio de la prisión en la que estuvieran y subiéndola a un transporte donde había mucha más gente, pero ninguna era su rubia.

- ¡Que os divirtáis! - Dijo Isaac cuando todos los prisioneros estuvieron abordo pero mirando con intensidad a Natalia.

Los llevaron hasta las afueras de Berlín, donde un tren de mercancías, o de ganado, no lo tenía muy claro Natalia, los esperaba. Empezaron a meter a los prisioneros en los vagones y cuando a Natalia prácticamente la tiraron en uno de ellos se dio cuenta de que había mucha gente allí, más de los que había llegado, y todavía se llenarían con más gente.

Después de más de dos días sin prácticamente comida, ni agua y con varios muertos por vagón y algunos que empezaban a mostrar claros síntomas de agotamiento y abatimiento, llegaron a su destino.

Resultó ser el campo de concentración de Mauthausen-Gusen. En la primera selección separaron a las mujeres de los hombres. Después todas las mujeres con niños fueron apartadas de la fila y también las ancianas o todas aquellas que no parecían estar en condiciones óptimas. Después las hicieron pasar una revisión individual que duró horas, mientras esperaban de pie a que les tocara el turno. Cuando a Natalia le preguntaron si tenía alguna experiencia en algo ella dijo que no, no creía que allí hubiera una librería o biblioteca o similar. Le dieron un uniforme con un triangulo negro y otro amarillo superpuesto: preso asocial judío y le hicieron entregar todas las cosas de valor que poseyera. Entregó una pulsera pero no su colgante, que tenía bien escondido y tampoco nadie la registró.

Después, junto con otras mujeres, las llevaron hasta un barracón. Barracón que como pudo comprobar Natalia estaba abarrotado. Una mujer se acercó al grupo de recién llegadas con cara de muy malas pulgas y un garrote en las manos. Se presentó como la Kapo del barracón y según ella su función era que el barracón funcionase bien y se siguieran las normas del campo, que no eran otras que seguir a rajatabla cualquier orden dada, y por supuesto no intentar escapar. También les dijo que su función en el campo en esos momentos era cualquier tipo de trabajo que los SS consideraran oportuno, en esos momentos era cavar zanjas.

Serendipia (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora