Serendipia (Albalia)

Capitulo 4

Salieron de la librería después de despedirse de Mikel y se pusieron a caminar.

- ¿A dónde quieres ir? – Le preguntó Alba a Natalia.

- Donde quieras. – Dijo Natalia.

- Podemos ir donde el otro día o cambiar. Aunque no conozco mucho la zona.

- Pasada la plaza hay una pastelería que está muy bien. Podríamos coger algo para llevar y pasear por Tiergarten aprovechando que hace buen día. – Propuso Natalia.

- Me gusta el plan. – Dijo Alba con una sonrisa. – Tú guías. – Le dijo a Natalia.

Siguieron caminando en silencio, a Natalia como buena tímida que era, ya le iba bien porque no sabía que decir, pero Alba, por el contrario, se encontraba algo incómoda y estaba buscando un tema de conversación para quitarse esa sensación.

- Me está gustando mucho el libro que me recomendaste. – Dijo Alba.

- ¿En serio? – Preguntó Natalia.

- Si, en serio. Es muy bonito.

- ¿Por dónde vas?

- Más o menos por la mitad.

- Si que lees rápido. – Dijo Natalia calculando que más o menos la mitad del libro debían ser unas 300 páginas.

- Cuando algo me gusta me olvido del tiempo. – Dijo Alba encogiéndose de hombros.

- Yo también. – Dijo Natalia levantando por primera vez la mirada desde que habían salido de la librería y conectándola con la de Alba . – Ya hemos llegado. – Dijo Natalia señalando la pastelería.

Entraron y ambas pidieron un café para llevar y después Natalia un pastelito de nata y chocolate y Alba uno de chocolate. Tal y como había dicho, Alba pagó las consumiciones y pusieron rumbo al parque para seguir paseando.

- ¿Cuál es tu libro favorito? – Preguntó Alba mientras se dirigían al parque.

- Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. – Dijo Natalia. - ¿Lo has leído?

- No. – Dijo Alba con sinceridad.

- ¿Cómo? ¡Eso no puede ser verdad! – Dijo Natalia sin creerse que Alba, si realmente eran tan lectora, no hubiera leído esa joya de la literatura.

- Bueno... Pues habrá que ponerle remedio ¿No? – Insinuó Alba. - ¿Tienes alguno en la librería?

- Varios. – Dijo Natalia.

- Pues después me llevaré uno. – Dijo simplemente Alba dando también a entender que acompañaría a Natalia de vuelta a la librería.

- ¿Cuál es el tuyo? – Preguntó entonces Natalia.

- Los Miserables de Victor Hugo.

- No lo he leído. – Dijo Natalia con sinceridad. – Nunca me ha llamado la atención.

- Pues es una obra maestra. ¡Que lo sepas! – Dijo Alba con convicción.

- No se...

- Te propongo algo... - Insinuó Alba

- ¿Qué? – Preguntó Natalia con miedo.

- Yo leo Orgullo y Prejuicio y tú Los Miserables, y después los comentamos. – Propuso Alba.

- Eso querría decir que nos tendríamos que volver a ver... - Dijo Natalia con timidez y con las mejillas ligeramente sonrojadas.

- ¿Y eso sería tan malo? – Preguntó Alba divertida. Si tenía que ser sincera, le encantaba la timidez de la chica.