Capitulo 5

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Era lunes y Natalia estaba nerviosa. ¿Por qué? Porque solo a ella se le ocurría invitar a Alba para enseñarle sus más queridos libros. Su padre la había mandado a ordenar las estanterías y las nuevas adquisiciones y la había alejado de la caja porque no daba una. Y por si fuera poco su madre se había presentado más pronto de lo normal y parecía no tener intención de irse. Y no se iba a ir, Natalia lo sabía, igual que sabía que tenía muchas ganas de conocer a Alba.

La hora en la que, en principio, Alba llegaría, cada vez estaba más cerca y con eso aumentaba el nerviosismo de Natalia. Sus padres la habían dejado tranquila, pero no podían evitar sentir cierta ternura ante el comportamiento de su hija.

Cuando la puerta se abrió, Natalia se sobresaltó y se asomó disimuladamente entre dos estanterías para ver si era la persona que había entrado era la que ella estaba esperando. Y sí, efectivamente, era alba. Así que comprobar lo obvio solo hizo que la morena se pusiera más nerviosa.

- ¡Hola Alba! - La saludó Mikel de forma entusiasta. - Te presento a mi mujer, María. María, está es la famosa alba.

- Encantada señora...

- María está bien. - Dijo con una sonrisa.

- Encantada María. - Se corrigió alba con un ligero sonrojo.

- Lo mismo digo. - Dijo María . - Natalia debe andar perdida entre las estanterías. - Apuntó.

Natalia en ese momento salió de entre las estanterías con una tímida sonrisa. Alba se acercó a donde estaba la morena.

- Nosotros os dejamos a lo vuestro. - Dijo Mikel.

- Hola. - Saludó Natalia y con su habitual timidez.

- Hola. - Dijo alba esbozando una sonrisa.

- Has venido. - Apuntó Natalia.

- Te dije que lo haría. - Dijo Alba encogiéndose de hombros.

- ¿Vamos? - Le preguntó Natalia después de unos segundos de silencio entre ambas.

- Claro. - Dijo Alba.

Natalia se puso a andar hacia la zona interior de la tienda, abrió la puerta y dejó pasar a alba antes de traspasarla ella también. Alba se quedó maravillada al ver la cantidad de libros que también había allí, y la cantidad que debía haber en las cajas que también estaban por toda esa zona.

- ¡Vaya! ¡Cuánto libro! - Exclamó alba  recorriendo con su mirada toda la estancia.

- Si. Tengo todavía algunas cajas por colocar. El resto son libros que ya están en las estanterías y los voy poniendo a medida que se van comprando los de fuera. - Le explicó Natalia.

Natalia siguió caminando hasta el fondo y le señaló a alba una pequeña vitrina.

- Mis tesoros. - Dijo Natalia señalando la vitrina.

- Vaya. Que cuidados los tienes. - Dijo alba al ver los libros tan bien colocados y protegidos en esa vitrina.

Natalia se encogió de hombros, y abrió la puerta de la vitrina para coger uno de los libros. Fue con el libro a sentarse en una pequeña escalera que tenían para llegar a los estantes más altos. Le hizo un gesto a Alba para que se sentara con ella y Alba hizo eso mismo.

- Este fue el primer libro que conseguí. - Dijo Natalia

- Moby-Dick. - Leyó Alba. - Vaya, todo un clásico.

- Si. - Dijo Natalia. - Es la primera edición que salió en alemán. - Añadió.

- La portada es preciosa. - Dijo alba pasando una mano delicadamente por la tapa.

Serendipia (Albalia)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt