Capitulo 7

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El lunes Alba decidió pasar por la librería a ver a Natalia y asegurarse de que su trato seguía en pie. Cuando entró saludó a Mikel que le indició que Natalia estaba en la trastienda. Como él le permitió adentrarse sola, se dirigió a la puerta que ya conocía, en busca De la Morena. Entró sin hacer ruido esperando sorprender a la morena y se la encontró sacando libros de unas cajas. Natalia no parecía haber reparado en la presencia de la rubia.

- ¡Hola! Buenas tardes. - Dijo alba sobresaltando a Natalia.

- Me cago... ¡Qué susto! - Se quejó Natalia mientras alba se reía. - Yo no le veo la gracia.

- ¿No? Yo sí. - Dijo alba entre risas.

- Ja, ja, ja. - Se burló Natalia ya recuperada de su infarto. - ¿Qué haces aquí?

- Asegurarme de que nuestro trato seguía en pie.

- ¡Oh! Por supuesto que sí. - Dijo Natalia . - ¿Ya has empezado? - Le preguntó.

- No, cuando llegué a casa empezaré. ¿Tú?

- No. En cuento llegué a casa lo haré.

- ¡Perfecto! - Exclamó alba. - También he traído merienda. - Dijo sacando las pastas que había comprado antes de ir a la librería.

- ¿Me quieres engordar? ¿No serás la bruja de Hänsel y Gretel? - Preguntó Natalia .

- ¿Tú haciendo una broma? ¿Dónde está Natalia? - Preguntó Alba divertida viendo como la morena  se sonrojaba. - ¿Merendamos? - Preguntó entonces para que la chica no se sintiera más incómoda de lo que ya estaba.

Natalia simplemente asintió así que se sentaron en las escaleras que usaban para llegar a los estantes más altos. Unas escaleras que empezaban a ser un sitio habitual para ellas. Alba desenvolvió las pastas que había comprado y las comieron en un cómodo silencio.

- Estaban muy buenas. - Dijo Natalia cuando hubieron terminado.

- Si que lo estaban, compraré más veces allí.

- ¿Dónde las has comprado? - Preguntó la castaña.

- En una panadería viniendo hacia aquí.

- ¿Cuál? - Indagó Natalia.

- Será mi secreto. - Dijo Alba con un tono de misterio.

Natalia la miró con cara de dímelo, pero no fue capaz de sonsacarle nada más a Alba

- ¿Qué tal terminó tu cumpleaños? - Preguntó alba.

- Bien. Los abuelos se quedaron a cenar y después se fueron para poder coger el último tren.

- ¿Dónde viven? - Preguntó alba.

- Desde que mi abuelo le dejó la librería a mi padre viven en Potsdam.

- ¡Ah! No queda lejos. ¿Os veis mucho?

- No tanto como me gustaría. - Dijo Natalia. - ¿Tú ves a tus abuelos?

- Bueno... Mi abuelo materno murió poco después de la Gran Guerra. Mi abuelo paterno murió hace diez años y mi abuela hace dos. Solo me queda mi abuela materna, pero vive en Buckow así que no la veo tanto como me gustaría.

- Vaya. - Dijo Natalia. - Lo siento mucho.

- No pasa nada. Ya hace tiempo que pasó. - Dijo alba encogiéndose de hombros. - ¿Y tus abuelos maternos? - Fue el turno de preguntar de alba.

- Ni idea. - alba la miró interrogante. - En casa no se habla de la familia de mi madre.

- ¿Por qué? - Preguntó Alba con curiosidad.

Serendipia (Albalia)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin