Capitulo 41

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Diciembre empezó de forma negra. El día seis una contraofensiva soviética empujó a los alemanes que estaban a las afueras de Moscú a una rápida y caótica retirada.

Al día siguiente, el día siete, Japón bombardeaba por sorpresa la base naval de Estados Unidos en Pearl Harbor en Hawaii. Los estadounidenses perdieron varios acorazados, cruceros y destructores, aeronaves y lo peor, casi 2500 vidas. El ataque causó tal impacto en la población estadounidense y sus líderes, que al día siguiente Estados Unidos declaraba la guerra a Japón y entraba de llenó en la guerra del lado de las tropas aliadas.

Por supuesto la respuesta de Alemania no se hizo esperar y tanto ellos como sus socios del Eje le declaraban la guerra a Estados Unidos el día once.

Estas nuevas declaraciones de guerra implicaban a muchas más naciones y por lo tanto a muchos más inocentes. Alba no podía evitar pensar que su amiga se había ido tan lejos para no tener que sufrir ese error y ahora la guerra también la alcanzaba. ¿También habría bombardeos allí? Parecía que estaba tan lejos...

Por otro lado, Alba había metido la Natalia en su grupo de la resistencia alemana, aunque cada vez era más difícil encontrar un sitio para los bebés, los último habían terminado en orfanatos religiosos, pero estos ya estaban al borde de su capacidad, y estaba claro que con la guerra muchos más niños terminarían huérfanos. Si al menos los alemanes estuvieran dispuestos a ayudar y colaborar... pero cada vez era más arriesgado buscar y encontrar familias en las que se pudiera confiar. Así que, a parte de buscar sitio para bebés, empezaron a buscar sitios para las familias, pero era difícil encontrar casas que aceptaran a todos los miembros de una familia, si ya costaba colocar a un judío solo ¿Como para hacerlo con toda la familia? además muchos no se querían separar, cosa perfectamente entendible, y preferían arriesgarse a la deportación y permanecer unidos.

Lo único bueno de esas semanas fue que las cosas entre Alba y Natalia habían vuelto a la normalidad y parecía que esa discusión que habían tenido había fortalecido todavía más su relación.

Esas navidades pasaron sin pena ni gloria. No había nada que celebrar, excepto a lo mejor, pedirle al año nuevo que finalmente cesara esa estúpida guerra. Ese año los Reche celebraron las fiestas con los Lacunza, incluidas las abuelas que se habían desplazado desde sus respectivos pueblos para pasar las fiestas con la familia. Los que no la pudieron celebrar, aunque los últimos años tampoco lo habían hecho, fueron Aurora y Sergio. Habían cambiado su ubicación de una de las fábricas a uno de los almacenes de la empresa, que en esos momentos no tenía mucho uso y por lo tanto había muy poca gente que pasará por ahí y por lo tanto menos riesgo a ser descubiertos. Pero Miguel seguía convencido de que, si a las SS o la Gestapo les daba por investigar a los Medina, de buscarlos para deportarlos, enseguida los relacionarían con su familia e investigarían todos los almacenes y fábricas en su búsqueda, por eso quería buscarles otro escondite, pero la cosa estaba muy complicada.

Pero si para algunos su deseo para 1942 era el fin de la guerra, ese deseo no se vio recompensando. Nada más empezar el año, el 20 de enero, en una casa ubicada en el suburbio berlinés de Wannsee tuvo lugar una reunión de 15 funcionarios de alto rango del gobierno alemán y del partido nazi para hablar de "la solución final". Esa solución era solo un código para evitar llamarlo por su verdadero nombre, nombre con el que se conocería después, por toda la humanidad, el plan perpetrado por los nazis. Oficialmente los nazis vendieron la conferencia de Wannsee como la forma en la que se iba a tratar el problema judío. En esa conferencia Heydrich, oficial nazi de alto rango y uno de los máximos responsables del plan, indicó que aproximadamente 11 millones de judíos serían sometidos a esa "solución final", siguiendo las Leyes de Núremberg, aprobadas en 1935, como base para determinar quién era judío. Heydrich dijo que, bajo una supervisión adecuada, los judíos debían ser llevados al este y reclutados para el trabajo apropiado. También se informó de que los judíos en condiciones para trabajar serían separados por sexo una vez llegados a los campos de trabajo y seleccionados para trabajos como para construir caminos o armamento de guerra, y pese a que una gran parte de esos judíos se perdería por el desgaste natural, los que sobreviviesen a esas condiciones deberían ser tratados adecuadamente. A pesar de todo lo que se habló en esa reunión, nadie podía hacer oídos sordos a los eufemismos de esa "solución final", y quien era un poco avispado podía leer perfectamente entre líneas que esa solución final no era otra cosa que la exterminación en masa del pueblo judío europeo.

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now