Capitulo 49

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Una semana después, a primera hora de la mañana, Miguel salía de casa sin que nadie supiera a donde iba. Solo Rafi sabía el destino de Miguel, que había decidido ir por su cuenta a Bergen-Belsen e indagar allí sobre los Lacunza. Sabía que poco antes de la liberación del campo había habido una gran epidemia de Tifus que había terminado con muchos presos, incluso después de la liberación por parte del ejército británico y su ayuda a los afectados, muchas personas habían continuado muriendo. Pero ya había pasado más de un mes y seguían sin noticias de Mikel y Maria. No dijo nada porque sabía que Natalia se empecinaría en ir con él y conociendo a su hija, no querría dejar sola a Natalia y querría ir con ellos también. Pero ambas tenían que terminar de recuperarse y Alba estaba a punto de dar a luz, un viaje así era impensable. Esperaba llegar antes de finalizar el día y a poder ser al día siguiente volver con los Lacunza a casa, aunque no sabía si eso sería posible.

Pese a que la guerra parecía haber terminado en Europa, todavía continuaba en el pacífico. Estados Unidos y Japón seguían en guerra, sobre todo una guerra aérea. Aunque al menos los alemanes se alegraban de que allí hubiera terminado todo. Aunque el final había sido espantoso. Alba, Natalia, Marilia y Sabela se enteraron de que cuando los soviéticos entraron en Berlín ayudados aéreamente por Estados Unidos y Reino Unido, habían cometido actos atroces. No solo habían matado a gente y saqueado casas y negocios, sino que también había habido múltiples violaciones a mujeres e incluso niñas. Lo que habían hecho los nazis no era humano, pero eso tampoco lo era, está claro que el ser humano no es capaz de tener una pizca de humanidad, no importa la raza, no importa el país, no importa la cultura. Sí, Berlín se había liberado de los nazis, pero ¿a costa de qué?

Al menos habían llegado noticias de Joan y sabían que estaba bien. Él y Miki tenían intención de volver a Berlín cuando las cosas se calmaran un poco.

Rafi estaba preparando el desayuno para toda la tropa que tenía en casa. Estaban un poco apretados pero a nadie parecía importarle. Los Medina habían ofrecido alguna habitación de su casa pero ninguna de las chicas parecía tener intención de irse de allí. Al menos por el momento. Suerte que tenían habitaciones de sobras.

Alba y Natalia dormían en su habitación de siempre, ahora acompañadas por Olivia. Rafi propuso buscar una cama para la pequeña, que cabría sin problemas en la habitación, aunque por el momento Olivia no parecía tener intención de dormir en otro sitio que no fuera bien pegada a Alba. Pero cuando naciera el bebé habría cosas que tendrían que cambiar. Miguel hacía días que había subido del sótano la cuna que había pertenecido a Alba y la había dejado como nueva para el nuevo o la nueva integrante de la familia.

Sabela y Marilia se habían quedado con la habitación que había pertenecido a Maria. Africa y Thiago dormían en la última habitación disponible.

Ese día que Miguel se había marchado sin decir nada, poco a poco todas se fueron levantado y entrando en la cocina sentándose para desayunar. Rafi las miraba y las veía a todas con mucho mejor aspecto, en un mes casi habían recuperado su peso y su cuerpo, aunque sabía que psicológicamente tardarían mucho en recuperarse, si es que algún día lo hacían. La única que todavía no estaba recuperada del todo era Sabela, la última que había llegado.

Sabela había contado su historia. Había estado en el campo de Sachsenhausen, y como Alba, había trabajado en la enfermería, y por lo tanto no había sufrido tanto como otros presos. Pero cuando los alemanes se enteraron de que los soviéticos se acercaban decidieron evacuar el campo, dirigiendo a los presos a barcos que después hundían para no dejar constancia de lo que habían hecho. Pero por suerte algunos presos pudieron ser liberados por los soviéticos, entre ellos Sabela. Nadie se podía creer que Sabela hubiera estado a 40km de Berlín y no hubieran sido capaces de encontrarla. Fue ella, la que gracias a la ayuda de otras personas, consiguió llegar a Berlín por varios medios de transporte, incluso a pie en algunos tramos. No sabía si encontraría a Marilia pero por algún sitio tenía que empezar. Lo primero que hizo al llegar fue buscar su casa para después darse cuenta de que estaba completamente destruida así que decidió ir a buscar a los Reche, deseando que continuaran allí ya que después de la detención de Alba y Natalia no estaba segura de que continuaran en casa y no buscando a las chicas desesperados. Por suerte allí había encontrado a Marilia, y por fin, había podido volver a respirar tranquila.

Serendipia (Albalia)Where stories live. Discover now