Capitulo 23

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Habían pasado varias semanas desde esa primera cita de la que ambas habían quedado sumamente satisfechas. Como se había planteado, el lunes después de la cita Natalia fue a buscar a Alba a la salida de las prácticas del hospital. Cuando Alba salió iba hablando con otra chica, a la que Natalia no conocía, pero parecía que tenían una conversación agradable. En un primer momento Alba no vio a Natalia, pero cuando su mirada se encontró con la de la morena no pudo evitar que una enorme sonrisa adornara su rostro. Alba se acercó junto con la otra chica a Natalia.

- Hola. - Saludó Alba a Natalia con un abrazo y un beso en la mejilla.

- Hola. - Dijo Natalia devolviéndole el saludo y el beso en la mejilla.

- Esta es Sabela. - Presentó Alba a la otra chica. - Sabela esta es... mi amiga Natalia. - Dijo después de dudar un segundo en como presentar a la morena. Y sintiéndose a rabiar por no poder decir lo que de verdad quería decir.

Ambas chicas se saludaron cortésmente antes de que Alba siguiera con las presentaciones.

- Sabela es enfermera en el hospital.

- Bueno... Terminé el año pasado. - Especificó la chica.

- Pero técnicamente ya lo eres. - Apuntó Natalia.

- Sí pero todavía me queda mucho por aprender.

- La vida es aprender ¿no? - Dijo Natalia.

- Si, tienes razón. - Aceptó Sabela.

- Y Natalia es la chica de la que te he hablado. La que trabaja en la librería con sus padres.

- ¡Ah! La chica que surte de libros a Alba

- Esa soy yo. - Dijo Natalia con una sonrisa.

- Vaya Alba, hoy te veo mucho mejor acompañada. Me alegra que me hagas caso.

- Lárgate Isaac. - Dijo Alba de malas maneras.

- Si, si, hoy me voy tranquilo, te veo en buena compañía. - Dijo Isaac marchándose luciendo su asqueroso uniforme de las Juventudes Hitlerianas.

- ¿A qué ha venido eso? - Preguntó Sabela.

- A que ese tío es gilipollas. - Dijo Alba sin medir sus palabras.

- Eso ni que lo jures. Que uniforme más repugnante. - Murmuró Sabela.

Bueno, por lo visto ambas chicas opinaban lo mismo sobre el indeseable de Isaac. Después de separarse Alba y Natalia se fueron a hacer lo que mejor se les daba, dar un paseo y merendar.

Después de ese día Alba y Natalia se habían seguido viendo con asiduidad, al menos dos veces entre semana y una el fin de semana. Siempre intentaban encontrar un momento a solas para hacer lo que no podían hacer delante de la gente, que era besarse y acariciarse como les diera la gana.

Era sábado doce de marzo y ya empezaba a mejorar el tiempo, todavía hacía frío, pero al menos los días empezaban a ser más soleados. Ese sábado era el elegido por Natalia para su segunda cita oficial y diferente a lo habitualmente hacía con Alba. Esta vez, en vez de quedar por la noche habían quedado a medio día. Natalia quiso ir a buscar a Alba a su casa, ya que la rubia era la invitada, pero como por la mañana tenía que trabajar en la librería, Alba insistió en pasar a buscarla cuando cerraran para empezar la cita. Después de algunas protestas por parte de Natalia, ésta terminó cediendo ante el último argumento de la rubia. Si ella iba a buscarla tendrían más tiempo de estar juntas. Solo eran unos veinte minutos más, ya que Natalia tenía intención de pasar por casa de Alba justo al salir del trabajo, pero veinte minutos más, eran veinte minutos más.

Serendipia (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora