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La semana había transcurrido lenta para la sublime desgracia de los dos jóvenes que huían de los universitarios que deambulaban en la misma zona que ellos. En el momento se sentían capaces de sobrellevar la situación, pero al distinguirlos entre la multitud o al cruzar miradas la vulnerabilidad acechaba sus cuerpos una vez más.

Jungkook y Taehyung habían sido suspendidos poco más de una semana debido a la pelea y Jimin le tocó quedarse solo ese lapso. Por fortuna, Min Yoongi no lo buscó en lo absoluto y eso en parte comenzó a preocuparlo.

— Jimin —lo llamó Jungkook, el rubio volteó.

— ¿Sí?

— ¿Irás con tu madre en la tarde? —susurró el castaño.

— Eso espero, ¿por qué?

— ¿Crees que podrías ir a la papelería y comprarme más marcadores?

Jimin asintió, Jungkook agradeció en silencio y volvió la vista al pizarrón. Ambos chicos se hallaban golpeando sus cuadernos con sus lapiceras con un semblante incómodo.

Y es que sí, para joder, compartían una clase opcional de idiomas con Min Yoongi, Kim Taehyung y otros universitarios de primer año. ¿Coincidencia? ¡Por supuesto que no!

— Taehyung no deja de verte—Le murmuró Jimin al castaño conforme seguía escribiendo para disimular.

El menor enrojeció y volteó sutil a la derecha a través de su hombro; en efecto el pelirrojo le tenía clavada la mirada sin disimular ni un poco. El de lentes volvió la vista al frente con el corazón latiendo desenfrenado en su interior, aquello sin duda le molestaba. Le molestaba sentir aquel calor y aquel hormigueo en su estómago.

— Yoongi creo que te ignora —acotó el de lentes.

— Lo sé —El rubio evitó mostrarse irritado—. ¿Estás feliz por eso?

—Es mejor que sentirse acechado.

— Buen punto.

El salón se hallaba silencioso y la tormenta que había al exterior le cedía un aspecto frío e inquietante al lugar. La profesora corregía unas actividades en el escritorio y los demás anotaban en silencio.

— Necesito a dos personas que vayan a la biblioteca a recoger unas fotocopias, ¿voluntarios? —preguntó la vieja mujer elevando la mirada.

— Yo, señorita Blanche —se ofreció Jimin levantando la mano al instante.

— Gracias, joven Park. Usted siempre tan servicial —La mujer asintió, Jimin sonrió satisfecho—. Necesito que alguien más te acompañe.

— Yo — Jungkook elevó la mano a su turno.

— Ya parece que permitiré que los dos mejores amigos salgan juntos —acotó la profesora con sutil sarcasmo.

Taehyung golpeó el codo de Yoongi. El mayor dirigió la mirada al adverso con visible molestia, pero al observar la sonrisa del pelirrojo comprendió lo que ocurría. Observó a Jimin y levantó la mano con calma.

— ¿Min? De acuerdo —La profesora le cedió su credencial al rubio—. No tarden. Pueden dividirse en dos la cantidad de copias.

Taehyung esbozó una sonrisa, Jungkook se limitó a morder el interior de su mejilla. Jimin observaba el suelo incapaz de reaccionar, mucho menos al sentir a Yoongi colocarse junto a él. Debido a que el rubio no reaccionaba el azabache tomó la credencial y se acercó a la puerta; el de hebras claras mordió su labio inferior y salió conjunto al mayor.

El aroma a humedad inundó sus fosas nasales con sutil nostalgia, los truenos rugían inquietantes y el cielo se había tornado negro. Ni una pizca de luz asomaba entre las espesas nubes. El menor quedó ensimismado con el paisaje.

INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )Where stories live. Discover now