INNOCENT ; YOONMIN : + 21 ( CORREGIDA )

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JIMIN POV

El trayecto es corto, al menos a mi parecer ya que me he quedado dormido sin percatarme. Yoongi me agita con cierta fuerza y me avisa que llegamos poco antes de salir de la camioneta. Me incorporo aún adormilado y observo el entorno procurando orientarme. Es una calle con muchos árboles y altos edificios visualmente agradables para la vista. Es un lindo lugar, un poco anticuado, pero pacífico.

El azabache golpea la ventanilla sacándome de mis pensamientos. Salgo de la camioneta y me coloco junto a él para ingresar a un edificio blanco bastante alto con un hall hecho de loza y fuentes de mármol elegantes. Una pequeña alarma suena detrás de nosotros, Yoongi me sujeta de los hombros para guiarme por unas escaleras que comenzamos a subir. Llegamos al cuarto piso y saca una llave para abrir una de las dos puertas que se encuentran allí. Espero en silencio observando mis manos que arden como el mismo infierno y el dolor en mi mejilla que aún está presente. No quiero verme al espejo, seguramente estoy hecho un desastre.

Abre la puerta e ingresamos a un enorme espacio color gris, es increíblemente vasto y eso que hay varios muebles, pero yo diría que es minimalista. Industrial, fresco, no es mi estilo ya que me gustan los colores vivos, pero he de admitir que la pulcredad visual es atractiva.

— Ven — Me llama.

Lo sigo a un arco gigante con pequeñas telas de colores que caen. Tras pasarlas ingresamos a una enorme habitación con una cama king color oscuro, luces moradas y rojas, distintos afiches estilo 80's o 70's colgados y una gran pantalla de plasma. Examino el lugar con enormes ojos. Vaya cambio de decoración.

— El baño está allí — Yoongi señala la puerta de metal abierta permitiéndome ver un baño algo pequeño comparado con la inmensidad de la habitación—. Báñate y sales para que te cure las heridas, podrás dormir en la cama o en sala, como mejor te acomode.

Se acerca a mí para sujetar mi rostro entre sus frías manos y examinarme de cerca.

— Sí... te dieron un feo golpe.

Río desanimado y sorbo por la nariz. Él soba detrás de mi nuca haciéndome temblar.

— Mi muñeco lindo... —niega con una sonrisa escalofriante—. Esos hombres pagaron por lo que te hicieron, aunque merecían algo mucho peor.

— ¿Por qué me hablas como si fuera un niño? —Elevo una ceja—. Esos cabrones hijos de puta no merecieron ni una pizca de lo que pudieron haber merecido.

Yoongi coloca su índice en mis labios.

— No es bueno decir malas palabras —Me observa severo—. Haré algo de cenar mientras tanto, apúrate.

Me suelta y sale de la habitación dejándome solo. Relamo mis labios, suspiro pesado antes de ingresar al baño y así poder despojarme de mis prendas. Tras prepararme mentalmente me observo al espejo examinando cada rincón. Mi estado es realmente deplorable: tengo la mejilla sucia, sudor, sangre, heridas, ojos hinchados y rojizos, cabello alborotado. Mierda, qué asco.

Abro la llave de la regadera y para mi suerte es la caliente. Agarro el shampoo y me pongo una porción exagerada en la mano ya que me siento asqueroso. Me tallo en todos lados, como si eso pudiese lavar y quitar el tacto de los hombres sobre mi piel. Todo se llena de vapor y creo que paso más de una hora allí, mis dedos parecen los de una persona de cien años y mis piernas duelen, por suerte, me siento mucho más tranquilo y relajado.

Salgo y busco con la mirada una toalla, pero no hay ninguna. Muerdo mis labios y busco ropa. No hay nada, mierda. Me metí sin nada qué ponerme encima.

— ¿Yoongi? — Llamo en voz alta y corro a meterme a la ducha otra vez.

La puerta se abre unos segundos después.