*Capítulo 17*

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Janet toda la noche se portó como una chica demasiado paciente, esperando a que el reloj marcará las 1 de la mañana, justamente era la hora promedio en la cual su mamá solía venir; con el dolor hasta el cuello, se dirigió a su cuarto, para ver si no había dejado nada sucio, y así mismo, para revisar su celular.

Otra vez su hermano Ignacio le informaba de otro logro conseguido, ahora resultaba que había logrado crear una pequeña empresa de poco tiempo de fundación, dedicada a la venta de artefactos electrónicos y virtuales. Al ver esto, Janet escondía cada palabra o frase negativa para poder decírselo, pero prefirió no botar nada.

En definitiva, lo único que pensó por dentro era ya no ver cada logro que él consiguió, y para que no se le notará la envidia que rebozaba en ella. Caminó en cada lado por su desesperación, deseaba ya que su mamá viniera. 

Durante todo el momento, en angustia, pensó en qué pretextos hablarle a su mamá, para que pudiera notar lo que sentía y la falta de ayuda que carecía. Su padre volteó a verla para pedirle que se fuera a dormir; al principio Janet le hizo caso, aunque luego volvió a la sala.

Hasta que vino su mamá, llevando una bolsa donde compró muchas cosas, entre los víveres, estaban algunas vendas y cosas de ese estilo, especiales para poder quitar las heridas que tenía el papá de Janet.

Mientras tanto, Janet se puso en un rincón del reloj, lo único que quería era verlos de manera normal. Y no pasó nada fuera de lo alcanzado; no sé llegaron a decir cosas bonitas como pareja, solo se miraron y ya. Pero al menos todo bajó ligeramente.

Ella se acercó a Janet para hablarle de unos percances y temas correspondientes a su nivel escolar

—No sé qué dirás, de seguro será que tengo que irme a otro colegio para poder desarrollar un buen nivel escolar —susurró Janet con los brazos cruzados y las piernas también.

—Aún no he dicho lo que tengo para decirte, pero si gustas no te lo digo —le respondió su mamá mientras se dirigía a la mesa para ordenar cada alimento.

Janet avanzó conjuntamente con ella.

—Prefiero escuchar tus palabras que tener ansiedad en mi mente; mamá, necesito que me lo llegues a decir para así darte una respuesta. 

—A ver, sigo viendo las notas que cada día las actualizan. Como soy amiga de la secretaria, ella me pasa la información antes que todos los estudiantes de este colegio; en verdad, si quieres cambiar.

—Trato y trato de hacerlo por ti, pero no, a la vez pienso que no. Solo que no tengo el apoyo necesario, por eso ayúdame también, para no ser ese fantasma de Ignacio.

La mamá de Janet volteó a verla, parecía estar enojada y furiosa, con ganas de jalarle de los pelos.

—A ver, a ver, a ver; ¿Qué tiene que ver tu hermano en estos temas? Él ha sido un profesional porque lo fue.

—Mamá, esto, o sea, ten en cuenta que me alegro de lo que Ignacio haya logrado, pero cuando él empezó su camino hacia el éxito, yo recién estaba en 3.º de primaria, y la verdad no he recibido tu ayuda, como Ignacio salía de la casa. No hubo nadie que me aconseje en este camino —explicó al fin lo que quiso decir.

—¿Y dime tú si puedes tener las capacidades correctas para sobresalir? —preguntó su mamá con enojo.

—Pues, en el 3.º año de la escuela, ¡ese tonto año! Yo llegué a ganar un premio y un diploma de honor debido a mi reconocimiento. Te llamé y te llamé. Nunca llegaste a responderme, ni siquiera fuiste a la ceremonia.

Su mamá empezó a pensar todo, dándose cuenta posteriormente, que en efecto su hija tenía razón. Ella le pidió perdón a Janet por todo lo sucedido.

—Y al siguiente año casi doy mi peor versión: Repetí el año, pero bajé un poco mi nivel, y ahora, ¡ahora me sentí como alguien secundario en la familia! Dándole más caso a Ignacio que a mí.

—Pensé que jamás te llegarías a molestar, por eso no tomé importancia.

—En una familia que tiene a un hijo exitoso, a ese siempre le prestan más atención, sé que se lo merece, pero ¿Y los otros hijos? Hijos que a veces quieren ser iguales que su hermano, pero no pueden por el apoyo.

Janet se marchó a su cuarto para poder dormir, ya que de lo contrario su vida iba a ir en desmayos, bostezos, etc. Pero al menos se quedó con las disculpas de su mamá desde la puerta.

El logro que tanto quiso Janet era hacerle dar entendimiento a su mamá, para que pudiera ver el dolor por dentro y así recibir ayuda, aunque sintió que faltaba su padre, que aún no conocía sus temas personales. 

A casa de la falta de ayuda, Janet necesitaba reunir a todos sus amigos, a los que conocía y que ellos también. Con el único objetivo de poderse ayudar como un grupo, compartiendo sus gustos, miedos, problemas para que en el grupo de amigos todos se pudieran ayudar, además para no quedarse sola.

En primer lugar, Janet en el colegio se dedicó a esperar a que Vania terminara de escribir la tarea de la profesa, a pesar de ello no terminó, mas su amiga se le acercó para explicarle algo.

—Hola Janet, no puedo salir de aquí porque ya sabes, la profesora no nos va a dejar; tantas hojas nos dio que ya ni sabemos qué es la tarea, en fin, te veo en la salida.

Así que, Janet espero a que el día en las clases llegara a terminar, de pronto alguien se le apareció, aquel chico le preguntó si era la misma que vendía. Ella, cubierta con sus manos, respondiendo que "sí".

Por atrás apareció de nuevo Vania, que con alegría le preguntó por qué la llamaba. Janet solo dijo que la necesitaba para algo importante y que a las 3 de la tarde se reunirían para estar juntas.

Con Cristina no pasó un gran lío, puesto a que cuando le preguntó para verse con ella a las 3, aceptó sin ningún problema. Así mismo le pidió traer a algunos amigos suyos, siempre y cuando no sean todos los chicos de la venta de periódicos.

Ahora faltaba ese tal chico, llamado Austin. Al que no lo encontró al principio por las calles, así que ingresó a la tienda de libros, dándose cuenta de que Mendoza no estaba vigilando la entrada. 

Era su oportunidad y Janet lo supo aprovechar; se dirigió a cada parte de la tienda, incluso a las que nadie solía pasar. Y ahí estaba, Austin, con una chica mayor que él por solo unos dos años. Estaban en pleno beso.







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Punto pequeño

Capítulo 17

creativeLibrosJn

Publicado el: 07-03-2024

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