*Capítulo 21*

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El día siguiente, después de haber comido, Janet se dirigió hacia aquella tienda de periódicos, para informarle a aquel señor que no tendría tiempo para trabajar, puesto a que en las tardes estaría totalmente dedicada al servicio de las tareas escolares.

Sin embargo, la tienda se encontraba con un montón de gente, por ende muchos de los chicos pasaban y pasaban los periódicos a los clientes para venderles. Janet no estuvo tan enterada de nada, solamente observó.

Acercándose a su costado, el mismo chico con mucho dinero (Elvis) pudo sentir sensaciones de que estaba con miedo, aterrado porque la gente le observaba.

-¿Estás triste? ¿O solo son algunos de tus temas personas? -preguntó Janet con confusión al principio.

-No es nada de eso, es que a mi mamá le habían detectado cáncer a la piel, todo por este sucio clima -se enojó Elvis.

-Piensa que no es solo por eso, pero...

-No hay "peros", es solamente una verdad y ya está.

Sí, Janet no lo vio por tener un poco de pena, además presentía que debía de estar solo. Por desgracia no la dejaron entrar hacia el colegio, pues todo su salón se había ido a un paseo y su mamá no había pagado.

¿Cómo se suponía que esto pasara? A causa de esto, Janet miró si había algunos compañeros suyos, aunque nadie tenía la osadía de llegar hasta acá. Ella estuvo muy parada y se sentó en la vereda.

En unos días habría una nueva presentación por parte de algunos profesores, los nuevos. Y Janet no quería presentarse de buena manera, ya que deseaba darles esa impresión sencilla y humilde, capaz de hacer por dentro todas las pruebas (aunque no las supiera).

De pronto el director, cuando se acercó a la entrada del colegio, vio a Janet, estando sentada; al verla su cara de expresión no fue de felicidad.

-¿Y usted? Se suponía que tendría que venir al paseo escolar, el mismo que sé ya organizado para que todos pudieran venir.

-Es que, escúcheme bien; lamentablemente mi mamá no pudo tener el dinero suficiente.

-Ese es el mismo problema, pero no te preocupes, que igual no habría tareas ni nada.

Tratando de no pasar vergüenza, Janet entró a lo que parecía un servicio libre, gratuito y público de ayuda emocional, a recomendación del director, quien sabía que necesitaba ayuda. Había un gato que colocaba sus garras en el ventilador, esto provocaba un sonido.

Una señora bien arreglada y con tacones la recibió, aunque antes le colocó un sticker pequeño, sobre una cara feliz; era como estar volviendo a tus momentos de 3 años.

-Hola señorita -dijo Janet-. Me presento, mi nombre es Janet y estoy viniendo aquí para poder...

-Sí, hija, sé a lo que te refieres, por eso me gustaría que vengas a una sala de oficina -le pidió la señorita.

-Pensaba que me iba a atender usted, es que tiene brisa de ser como una madre.

Al pasar y pasar, vio la sala de oficina, en la que un señor atendía a doce personas a la vez. No iban en círculo, sino cada uno sentado en una mesa muy grande, mientras eran atendidos.

Janet, al verlos a todos, alzó su mano para poder saludar. Hasta el momento en el que ella estuvo sentada, no paraba de molestarle esas palabras de aquel señor, que le daban directo al corazón, a un punto de pensar en ella misma.

Aunque aún le seguía notando un poco de cursi a las palabras del señor, por eso quería algo más, diferentes palabras que no fueran: "Todo va a estar bien", "no te preocupes" o "Ya va a pasar".

Y se tocó la alarma de aquel lugar, que indicaba que todos los trabajadores estarían en descanso, y sin atender. Sin más que decir, retornó a su casa para ponerse a trabajar en la presentación de unos nuevos cuadernos.

En pleno forrado de cuadernos, su mamá salió con una taza de café, informándole a secas que su hermano la llevaría para conocer un poco de aquel país en el que vivía. Como era de esperarse, Janet no quiso, ya que, si no podía convivir ni en su propio país, ¿cómo lo haría en uno diferente?

-Mamá, prefiero que me dejes forrando mis cuadernos, pues me siento tan apenada para aceptar.

-Vas a conocer por unos días a la gente, además de que ya le he pedido permiso al director de que vinieras -argumentó su mamá.

-¿Cuándo será eso? Lo de ir a otro país.

-Será en unos 5 días, o sea, cuando tu hermano tenga su día de descanso, por eso debes de estar bien cambiada y alegre, con una sonrisa en su rostro -le habló moviendo su sonrisa.

-Podría ir, lo sé, pero no puede ser justo estar molestándolo.

-Ay Janet, si el mismo te lo acaba de pedir, ¡que vengas!

Janet estaba en su habitación, sentada al frente de una mesa donde hacía sus tareas de colegio; y su mamá había entrado. Quería tocarle otro tema (sobre las clases del sábado); sin embargo, estuvo sin opción, cada vez que hablaba, automáticamente era cortada por su mamá.

-Me avisas y así trataré de venir -declaró Janet.

-Al fin, ahora ya veo que es un gran logro que me hicieras caso -se alegró su mamá-. Quisiera que me acompañaras con el maquillaje, para así poder conversar un rato nosotras dos.

-Cuando termine de forrar todos mis cuadernos, mamá, ahí vendré.

Janet movió sus manos para acabar lo más rápido posible. El sonido del viento no paraba de molestarle, pues hacía mover cada material suyo.

Hasta que, lo terminó, así que se dirigió al pequeño salón de maquillaje de su mamá, uno pequeño, a pesar de que su habitación no fuera grande, o ¡no tan grande!

Ella le pasó el rimel, y algo parecido a una esponja. Janet no sabía los nombres, nada de nada.

-Tú solamente haz las cosas que yo te pido, hija -le avisó su mamá. -Porque luego te vas a equivocación.

-Sí, mamá, tienes razón.

-Hay una familia de la cual están sufriendo mucho, y con la que te recomiendo no estar, porque, ya sabes, por su dolor sienten esa necesidad de ser obstinados -dijo su mamá.

Y luego nombró el nombre de uno de los chicos del grupo, llamado Elvis. Al parecer, su mamá la había visto, junto a personas de su edad, en la casa de este chico.

-Por eso necesito que te cuides bastante, por favor -le pidió su mamá.

-Es que, no hay nada de malo tener que juntarme con algunos amigos, ¿no?

-Tienes razón, es solo que en esa casa de ese chico suelen tener una actitud...

-Ya lo sé, mamá, pero sé que también quieren protegerse de visitas inadecuadas.






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Punto pequeño

Capítulo 21

creativeLibrosJn

Publicado el: 11-03-2024

Punto pequeñoWhere stories live. Discover now