*Capítulo 24*

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Comenzó, al fin era sábado y las clases iban a empezar; quizá lo que más le agradaba de ese día era conocer gente nueva y poder socializarse más con aquellos que sí sabían, aunque, ya se imaginaba a algunos tratando de pedirle ayuda.

Unos chicos y chicas iban avanzando directamente al colegio, llevando zapatillas que el mismo colegio no dejaba llevar, y con el pelo totalmente desarreglado, parecerán como personas que recién se levantaban de la cama, o algo así.

Por más de que quisiera, Vania no iba a estar junto a ella para poder hablar. De pronto salió a la vista un señor que iba revisando las mochilas y viendo si estaban óptimos para estudiar.

De los 50 estudiantes, solo 30 llegaron a entrar al salón, aunque en el caso de Janet, tuvo que entrar en tremendos líos para entrar, puesto a que se había olvidado de llevar un lapicero o lápiz para trabajar, aun así le dejaron entrar al colegio.

Adentro había sillas de madera, pertenecientes a los estudiantes. Resultaba que todos, incluso Janet, estarían estudiando en el patio del colegio, tratando de no quemarse con ese sol fuerte e intenso.

Los chicos se quejaban y solo Janet se puso un sombrero en su cabeza. El profesor que les enseñaría era uno bajito, con lentes en sus ojos. Por su rostro se hacía parecer a que no sería recto sino tranquilo.

Sin embargo, a todos los estudiantes les había callado la boca, por su forma de hablar y por su nivel muy estricto. Este les dio una hoja con algunas preguntas, las cuales tendrían que responder, aunque lo bueno es que, aparte, tenían un libro que les daría las indicaciones de cómo trabajar.

—Espero que todos ustedes se pongan las pilas y decidan trabajar, igual como yo lo he hecho a su edad, y por eso me siento muy seguro de todo lo que tuve —renegaba el profesor—. ¿Acaso ustedes harían lo mismo o no?

Janet no tenía nada a la mano y lo poco que había en su cartuchera eran colores y plumones, los cuales no le iban a dejar usar, por lo que se acercó a un chico de su costado, para así pedirle prestado un lapicero. El chico, con mucho gusto, aceptó darle el lapicero, un lapicero que no tenía tanta tinta.

—Espero te alcance con esa poca tinta que hay, es que es el único que tengo, pues el otro lapicero (azul) lo estoy usando.

El profesor pasó por cada carpeta, viendo que los chicos estuvieran usando el libro, si eso no pasaba, automáticamente se los quitaba. Janet palpitaba mucho, ya que no quería que ese hombre le dijera algo malo.

Unos 10 habían terminado, y acto seguido, también Janet.

Las clases duraron hasta las 1 de la tarde, aunque antes todos los estudiantes harían una fila, para poder recibir la nota de la prueba. Janet quería de una vez por todas recibir la hoja, para comprobar si había fallado en algo.

Pero no le sorprendía si se llegaba a sacar una mala nota, ya que lamentablemente no había estudiado. 

Cuando fijamente le tocó su turno de recibir la prueba, no salió tan mal como esperaba Janet; solamente había fallado en unas 3, pero lo peor: preguntas bien fáciles. Casi todos salieron con una nota de menos de 10, y Janet era de esas pocas personas superiores a ese número.

Janet, luego de recibir su prueba, se quedó unos minutos más sentada en esa silla, mientras se retorcía en el sol. Recién se dio cuenta de las palabras de su mamá, quien le decía que jamás tuviera cáncer de piel.

Todos a sus casas y Janet tan solo esperando que la puerta de la casa se abriera, ya que se encontraba una visita y su mamá no quería que algún familiar moleste. Se trataba de nada más, ni nada menos que su amigo del colegio, siendo la última vez desde que se vieron, hasta hoy.
 
Aunque no todo fue malo, ya que mientras veía la puesta, se percató de que iban caminando Elvis y Bobby, hablando de la trama de unas series de su propia infancia.

—Hola Janet, estás aquí esperando y yo volviéndome amigo de este individuo —se molestó—. Al menos salúdanos.

—Me está doliendo mucho la cabeza como para poder hablar con ustedes, pero... ¿Qué cosas se encuentran planeando?

—Pues nada, más bien queremos que vuelvas a vender los periódicos, como ya algunos te están conociendo.

—No, error, no me conocen —le corrigió Janet.

—¡Ay Janet! Te estamos animando a que vengas aquí, ya sabes, y así mismo podrás ganar un poco de dinero para ti misma.

—Me encantaría, y lo haría, solo que antes deseo no estar ocupada en el día de mañana.

El sonido de la puerta apareció, ya que el invitado de su mamá se estaba yendo. Janet lo saludó para informarle que era su hija.

Para ese momento, Elvis y Bobby se habían ido, para no poder incomodar. Y aprovechando esto, Janet avanzó a la entrada de su casa para poder hablar con su mamá y pedirle que guardara el examen que dio hoy.

—¿Te ha ido bien? ¿O solo has venido para calentar los asientos? —le dijo su mamá.

—He sacado una buena nota, pero no sé si sea superior o menos a las otras personas, de lo que sí estoy segura es que di mi mejor versión. 

—Mañana voy a ir a la fiesta de otra tía tuya, en la que van a conmemorar los 20 años de casados —le avisó su mamá con mucha emoción.

—Supongo que es tu mayor...

—Claro, cuando ella tenía 25 yo nací y la verdad me solía cambiar los pañales, por eso voy a tratar de recompensarle eso.

Cuando Janet colocó las llaves en el filo de la ventana. De pronto su mamá le agarró de la cintura para hablarle de algunas pautas.

—Así que, te vas a poner un vestido, porque vas a venir conmigo, juntas para presenciar la ceremonia —le insistió.

—Pero no tengo ningún vestido completamente decente —argumentaba Janet.

—No es necesario, ya que yo te lo voy a comprar, así que ¿aceptar mi amor?—le contestó su mamá.

—Okey, solo quiero despedirme de unas amigas.

Estando en su cuarto, se puso a pensar en todos los problemas que vendrían, solamente por el hecho de asistir a una fiesta, como, por ejemplo, cuando otros invitados te pedían para ponerte a bailar. Así que Janet llegó a una conclusión, más o menos con sentido, era quedarse en la cocina, ayudando a servir a cada invitado.

Todo esto mientras su mamá no la veía. Aquella ceremonia sería mañana, pero a las 8 de la noche. Ni siquiera su padre vendría.






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Data:

Punto pequeño

Capítulo 24

creativeLibrosJn

Publicado el: 12-04-2024

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