La Concubina Favorita Del Emperador Es Un O

Capitulo 3: Sueño

Wen Mingyu bajó la cabeza y mordisqueó pequeños bocados. Sus piernas temblaron levemente. Era como una pequeña presa atacada por una bestia feroz.

A mitad de la comida, Wen Mingyu se atragantó con la atmósfera demasiado tranquila y no pudo evitar levantar la vista en secreto. Como resultado, volvió a mirar al tirano, quien obviamente lo había estado mirando desde antes.

Wen Mingyu impulsivamente quiso encoger la cabeza, pero la otra parte lo vio espiar. Evitar inmediatamente la mirada sería demasiado deliberado. Sólo pudo sonreír dulcemente y decir: “Su Majestad, están muy deliciosos, ¿quiere probar?”

Mu Zhan, por el contrario, frunció el ceño. Miró la mesa con cierto disgusto y dijo con impaciencia: "Cómete la tuya".

Wen Mingyu sabía cuándo callarse, no le importaba si el tirano comía o no. Simplemente no quería ser el receptor de esas miradas. Él sonrió y continuó comiendo con el rostro rígido, y tratando de hipnotizarse para ignorar la mirada.

El hechizo no es tan efectivo, pero aun así fue útil. Sin embargo, antes de darse cuenta, había barrido la mayoría de los platos.

Por otro lado, Mu Zhan, el dueño del palacio, no movió mucho sus palillos. Después de dos bocados, se detuvo con desinterés y miró fijamente a Wen Mingyu durante todo el camino, como si observara algo.

Mu Zhan levantó la mano, movió las yemas de los dedos y la inclinó frente a su nariz. Podía oler un ligero aroma afrutado, era dulce y no le disgustaba. Este es el olor que sintió cuando tocó la cara de Wen Mingyu hace un momento. Era extraño y familiar.

Mu Zhan bajó los ojos, cubriendo la emoción escondida en su interior. Esto hizo que la gente no pudiera saber qué tenía en mente y cuál era su estado de ánimo.

Cuando el estómago de las personas está lleno, la guardia se relaja y su coeficiente intelectual disminuye. Esta afirmación no es del todo falsa.

El estómago de Wen Mingyu tenía un ligero bulto y tenía una expresión de satisfacción plasmada en su rostro. Su postura se relajó considerablemente en comparación con cuando entró por primera vez al pasillo, hasta que miró hacia arriba y vio a Mu Zhan. Su estado relajado inmediatamente volvió a ponerse tenso.

“Dijo que no quería comer, pero en realidad comió muy bien. Casi se había acabado toda la mesa de comida”.

Mu Zhan lo miró con una leve mirada de burla en los ojos.

Lo primero que Wen Mingyu quiso hacer después de escuchar esto fue levantarse y voltear la mesa. ¿Este tipo no le pidió que comiera hace un momento? Me pidió que comiera, me dijo que me callara y me indicó que siguiera comiendo de nuevo. ¿Ahora dice que como demasiado?

Aunque su corazón estalló de furia, en la superficie, Wen Mingyu, como si fuera sordo, inclinó la cabeza y sonrió dulcemente. Su rostro, puro e inofensivo.

El rostro de Mu Zhan no tenía emociones.

Con un batidor de cola de caballo en la mano, el jefe eunuco se adelantó respetuosamente para pedir instrucciones. Después de obtener el consentimiento de Mu Zhan, ordenó a los sirvientes que retiraran el resto de la comida.