La Concubina Favorita Del Emperador Es Un O

Capitulo 53.1: Comportamiento oculto

No hace falta decir que asistir a conferencias en el Imperial College era sólo un aspecto de la educación de un académico allí; También se deben dominar las seis artes: música, tiro con arco, equitación, caligrafía y aritmética.

El entrenamiento del instructor en equitación y tiro con arco fue igualmente estricto como el de Mu Zhan. Se sentía como si estuvieran pasando por un cruel entrenamiento militar.

Entre ellos, el peor de todos sería Wei Chen, que tenía un talento intelectual pero una capacidad atlética inepta. Al ver los caballos palideció y se dio vuelta para huir, pero el instructor rápidamente lo atrapó y lo arrojó sobre el lomo del animal como si fuera un polluelo.

Entonces, todos los Imperiales vieron al siempre orgulloso Wei Chen con el rostro lleno de devastación y al borde de las lágrimas. Ésta era la única alegría en la miserable práctica. El resultado fue bueno, sin embargo. Bajo la presión del instructor, el pequeño cuerpo de Wei Chen se volvió más duro y, aunque todavía era un poco débil, pudo enderezar la espalda y montar a caballo. Aunque montaba una potra pequeña de comportamiento plácido, el instructor lo reprendió, alegando que incluso una tortuga podía caminar más rápido que él.

Wen Mingyu regresó de dos lecciones sintiéndose enfermo en todo el cuerpo.

Volvió a sentir el mismo dolor agonizante que había sentido al aprender a montar a caballo. Le dolía todo el cuerpo, incluidas las piernas débiles y temblorosas. La parte interna de sus muslos estaba en llamas y se vio obligado a caminar una vez más como un cachorro de pingüino que caminaba contoneándose.

Esta vez, Mu Zhan ya estaba presente cuando llegó. Era inusual que él fuera el primero en estar aquí, por lo que Wen Mingyu no pudo evitar sospechar que Mu Zhan lo estaba haciendo a propósito.

Sin embargo, Wen Mingyu realmente lo cubrió con una olla esta vez. Mu Zhan a menudo quería regresar antes, pero simplemente había demasiados asuntos oficiales que atender. Hoy terminó un poco más temprano de lo habitual, por lo tanto estaba de buen humor, como un animal social que termina temprano el trabajo.

Las emociones de Mu Zhan no eran evidentes en su rostro, pero Wen Mingyu, a través de sus feromonas, podía sentirlas. Se paró en la puerta, tirando de ella, mirándolo con ojos de mala gana. Dudó en entrar como un cachorro indefenso al que le hubieran confiscado sus juguetes.

Mu Zhan lo notó y quedó un poco perplejo. "¿Por qué no entras?"

Luego se levantó, como si se dispusiera a ir a buscarlo.

Sabiendo que no podía evitarlo, Wen Mingyu, presionando sus labios, simplemente entró por su cuenta, solo para volver a andar como un cachorro de pingüino.

Mu Zhan se congeló durante unos segundos antes de reírse a carcajadas, de manera muy casual e implacable. Wen Mingyu esperaba esto, pero aun así estaba tan enojado que su rostro se puso escarlata. Le lanzó una mirada furiosa. Sólo entonces Mu Zhan dejó de reír a regañadientes, pero la sonrisa que se curvó en su boca permaneció persistente.

Wen Mingyu se dirigió al entrenador de belleza, se acostó y básicamente actuó como un pescado salado que no quería volver a levantarse.

Esa postura serena de cruzar las manos sobre el estómago y descartar una vez más la irritación de los asuntos mundanos hizo que Mu Zhan se riera a carcajadas.