CAPÍTULO 1 EMBOSCADA

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Julia se encogió en su lugar cuando la camioneta en la que viajaban frenó abruptamente. No atinó a moverse, el pánico la invadió al ver cómo eran rodeados por varios hombres armados, no supo cuántos eran, solo supo que tanto Bruno, como los dos hombres que los acompañaban, eran bajados con brusquedad del vehículo, cuando miró hacia afuera se dio cuenta de que, aunque no la habían bajado, también era encañonada por un arma de fuego. Su dilema era que hacer, no sabía si quedarse en su lugar o bajar con las manos en alto, no tenía idea de qué era lo que esa gente esperaba de ella. Bruno y sus amigos habían desaparecido de su campo de visión y no podía buscarlos porque no quería provocar a esos hombres.

De pronto escuchó un disparo, no tuvo tiempo de sentir pánico, porque de inmediato se escucharon más detonaciones, el hombre que le apuntaba, en un momento estaba y al siguiente ya no, apenas estaba pensando que hacer, si tirarse al suelo y esconderse o aprovechar y salir corriendo para alejarse del lugar, cuando la puerta se abrió abruptamente y sintió que un hombre la sacaba con brusquedad, no se resistió, no pudo, con rapidez fue llevada hacia el interior del bosque, los disparos y los gritos se seguían escuchando, pero el hombre no le permitía detenerse, al menos había algo bueno en eso, la estaba alejando del peligro, de pronto tropezó y rodó por los suelos, el hombre se detuvo y la levantó casi en vilo, fue justo en ese momento que lo reconoció, era uno de los hombres que iba con Bruno, el dolor punzante que sintió en su tobillo, no le permitió alegrarse, el hombre notó su situación y no la pensó dos veces, sin dificultad la cargó y se la echó al hombro como si fuera un costal de papas, no tuvo tiempo de sentirse avergonzada, sus vidas dependían de que se alejaran de ahí, los hombres que los atacaron eran muchos y no sabían si había más por el lugar, o después llegarían refuerzos, su única alternativa era alejarse y eso hacían.

*****
Bruno sintió su cuerpo tensarse. De alguna forma que él no sabía, los podía sentir, solo que en esta ocasión fue demasiado tarde, cuando quiso reaccionar, ya estaban frente a ellos, aun así, le dio tiempo de cruzar miradas con sus compañeros, cada uno sabía lo que tenía que hacer y lo hicieron.

mientras él y Luis, uno de sus hombres eran bajados a golpes y con sus armas encañonándolos, no se defendieron como pudieron haberlo hecho, pero lograron oponer un poco de resistencia, al estar fuera de la camioneta, el otro, Julián, el que iba del lado de Julia, se rindió de inmediato y con docilidad bajó de la unidad, aunque eso no lo salvó de los golpes y las malas palabras, sin embargo, la resistencia que ellos opusieron creó un momento de distracción, fue mínimo pero suficiente para que Julián actuara, quien con rapidez sacó su arma y en una fracción de segundos, dos de los hombres, el que encañonaba a Julia y uno de los que estaba a su lado cayeran con una bala en sus cuerpos, mientras que otro de los que los encañonaba a ellos reaccionaba. Julián no perdió tiempo, sacó a Julia y la arrastró con él hacia el bosque, no miró atrás, porque perdería segundos valiosos, sabía que sus compañeros lo necesitaban, pero la orden era sacarla a ella, costara lo que costara, y lo hizo, ella era su prioridad.

Bruno y su compañero, tampoco perdieron tiempo ante la sorpresa y la confusión de los primeros disparos, aprovecharon para sacar sus armas y empezar una ofensiva, con rapidez se deshicieron de los hombres que tenían más cerca, el caos empezó a gobernar, porque pronto se empezaron a disparar unos contra otros ante el pánico. Nunca supieron de dónde habían venido los disparos, supusieron que estaban siendo emboscados y solo disparaban a ciegas, lo que ellos aprovecharon para escapar, la verdad era que sus contrincantes eran demasiados y aunque el caos era general, no faltó quien los descubriera y atacara.

Por un momento Bruno pensó que podían huir sin más consecuencias y dejarlos destruirse entre sí, pero pronto fueron ellos también el blanco de sus armas, no tuvieron más remedio que repeler la agresión y deshacerse de tantos como pudieran para poder salir con vida, eran ellos o esos hombres y por supuesto siempre escogerían vivir ellos.

Todo sucedió rápido, la adrenalina estaba al cien por ciento, de pronto escuchó la orden de retirada de sus enemigos, desde su escondite observó como con rapidez, los que podían, subían a las camionetas y arrancaban, dejando detrás de ellos a sus compañeros sin vida. Bruno no pudo dejar de pensar en la diferencia abismal que existía entre esa gente y los hombres de Santiago Morán, su jefe, o de cualquiera de sus amigos. Todos sin excepción eran entrenados para situaciones difíciles como esa o de mayor riesgo, todos eran bien pagados en cualquier puesto que desempeñaran y todos tenían acceso a la educación si es que así lo querían, cada uno llegaba hasta donde ellos mismos se lo permitían, Santiago no les ponía límites, eran ellos mismos quienes decidían hasta donde querían llegar y no solo ellos, también sus familias.

¿Cómo podía él, esperar que estos hombres fueran como los suyos, si no eran leales ni con ellos mismos? su gente jamás hubiese dejado a ningún muerto tirado a su suerte, mucho menos a sus heridos, y esos hombres lo habían hecho, dos de sus atacantes aún contaban con vida. Con rapidez habían inspeccionado el lugar, Bruno calculaba que sus atacantes eran una treintena más o menos repartidos en cuatro camionetas, por lo pronto habían dejado dos de las camionetas, varias armas de fuego, como unos diez hombres sin vida y dos heridos, su compañero revisó a los heridos, no era de gravedad, así que simplemente los dejarían ahí, en estos momentos su preocupación era otra, tenía que buscar a Julia y constatar que estuviera bien, pero aquí surgía otro problema, miró como por su mano izquierda escurría un hilo de sangre, con rapidez descubrió su brazo y fue entonces que se dio cuenta de que le habían dado.

_ Déjame revisarte. - se acercó Luis.

_ ¡No! - lo detuvo. - tenemos que salir de aquí, no sabemos si regresarán pronto, recoge todas las armas que encuentres, las dejaremos más adelante, donde no tengan acceso a ellas, tengo que ver que Julia esté bien.

Luis obedeció, sabía que no podía discutir con él, solo esperaba que aguantara.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Onde histórias criam vida. Descubra agora