CAPÍTULO 17 LLAMADAS

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Aunque Bruno estaba listo para enfrentar lo que viniera, jamás se imaginó lo que aquella llamada iba a provocar en él, de hecho, no había sido una, habían sido varias y aunque todas devastadoras, había una qué había sacudido todo su ser.

Primero la de los abuelos de sus hijos, luego aquella que jamás esperó qué llegara.

_ Papá. - había escuchado la voz de Fernando. _ te necesito... necesito... mucho dinero... por favor... tú no me falles... alguien te marcará.

No tuvo mucho tiempo para contestar, la llamada había sido cortada rápido, y no era que le sorprendiera la llamada en sí, si no quien la había hecho. El escuchar a su hijo, derrotado, abatido y temeroso, pidiéndole que no le fallara de nuevo, rompió su corazón. Y se dio cuenta de varias cosas, una, que aunque fuera muy en el fondo de su corazón, todavía había un pequeño lugar para él en el de su hijo, lo conocía, sabía el orgullo que se cargaba, no le había dirigido la palabra en años y según su carácter, no lo hubiese hecho ni aunque se estuviera muriendo, sabía que había algo más que lo obligaba a hacerla, aun así, había más gente a la que hubiese podido recurrir, sin embargo, había recurrido a él, al hombre que decía odiar con toda su alma, a quien había repudiado y jurado no contactar jamás en la vida. Pero todos sabían que en un momento de angustia a quien se recurre es a la persona en la que se confía y él había recurrido a él, era una revelación agridulce, porque después de que pasara todo eso, si su hijo aún lo seguía rechazando, él sabría con certeza, que en su corazón tendría un lugar, por pequeño que fuera, pero lo tenía.

Otra de las llamadas había sido de Santiago, siempre se comunicaban a diario, generalmente al empezar el día y al terminar, sin contar lo que hablaban durante su transcurso, para dar y recibir instrucciones, pero esta había sido especial.

_ Amigo. - le había dicho antes de que él pronunciara palabra. _ Estoy contigo. Todo saldrá bien, te lo prometo.

Él no había podido decir nada, más que un simple gracias, pero había sido suficiente. Él sabía que no estaba solo y Santiago seguramente entendía cuánto lo agradecía, lo que él no sabía y no comprendía, era cómo Santiago a estas alturas ya estaba enterado de todo lo que estaba sucediendo, porque de no estarlo o de faltarle algún detalle, se lo hubiera preguntado directamente, y no había hecho ningún comentario, lo que decía que sabía todo lo que tenía que saber, y su llamada era simplemente de apoyo. Apoyo que apreciaba con el alma.

Ahora solo esperaba la llamada de esa gente para saber cómo actuar, no iba a dejar que le hicieran daño a su hijo por simple dinero, lo tenía y tenía mucho, y estaba preparado para lo que viniera.

Su preocupación ahora era otra, Sam él abogado que se encargaba de los asuntos de sus hijos, había estado tratando de localizar a Braulio y a Lily a petición suya y le había informado que ambos seguían ilocalizables, también, él ya estaba moviendo a su gente, pero aun no tenía noticias, incluso él personalmente había intentado llamarles, y ninguno contestaba, el teléfono de Braulio al igual que el de Fernando, mandaban directo al buzón y el de Lily, solo se escuchaba el tono de llamada, pero nadie contestaba, lo que lo tenía sumamente nervioso, y por si eso no fuera poco, uno de sus hombres le acababa de informar qué Julia había salido del hotel acompañada de uno de los escoltas, ahora él escolta estaba en el hospital inconsciente y Julia desaparecida.

No tenía idea de cómo Santiago, que le acababa de ofrecer todo su apoyo horas antes, tomaría el hecho de que Julia estuviese desaparecida y su escolta herido, lo que indicaba que ella estaba en peligro y sobre todo cuando había confiado ciegamente en él para que la mantuviera a salvo.

Tenía que decírselo sí o sí, por lo pronto sus hombres ya se estaban movilizando, al igual que su gran amigo James, el genio informático que siempre les prestaba ayuda a ellos y a todos LOS HOMBRES DE LA SIERRA, grupo conformado por varios ex jefes criminales que ahora estaban del otro lado de la ley y luchando contra lo que ellos mismos habían sido.

Lo peor del caso era que al parecer todo estaba relacionado, ya que su escolta había sido atacado fuera de su casa, donde ahora vivía Lily, lo cual le indicaba que las tres mujeres estaban juntas lo que no sabía era si eso lo tranquilizaba o lo ponía peor, porque al menos no estaban solas, pero a la vez eran tres mujeres en peligro y dos de ellas eran su vida. Además, en estos momentos no podía ir personalmente en su búsqueda y tenía que conformarse con que alguien más lo hiciera por él, y confiar que lo hicieran bien.

*****
Fernando miró aterrado él caos que reinaba en el lugar. Era una vieja bodega, todo permanecía cerrado, el olor era nauseabundo, estaba a punto de perder la cordura de ver todo lo que esa gente era capaz de hacer y de ver hasta donde, él mismo había sido capaz de llegar, pensó en su padre, en cuantas veces le recriminó lo que era y cuanto lo ofendió. No le dio vergüenza llorar, ya no le importaba si se burlaban de él o no, de hecho, nadie le prestaba atención, todos estaban ocupados, la droga y la bebida corrían por el lugar, y algo más, habían traído chicas con las cuales divertirse y lo hacían de buena gana porque también bebían y consumían, al igual que ellos, no entendía como podían hacer todo eso, ahí, a la vista de todos, y, sobre todo, en ese dantesco escenario. Era una locura, era la peor escena de una película de terror, de la cual quería salir, pero no podía y lo peor era, que él solo se había metido, por idiota, por creer en sus "amigos", por vivir juzgando a los demás, y no ver sus propias acciones que lo llevaban a tomar el mismo camino que tanto criticó.

Ahora tendría que atenerse a las consecuencias, y lo que más le dolía, era que no solo él las pagaría, su familia ya las estaba pagando y de la peor forma. Miró a su hermano tirado en aquel frío y sucio piso, golpeado, ensangrentado y sin conciencia, quería creer que de verdad se hallaba inconsciente, porque no quería reconocer que estaba muerto. No se lo perdonaría jamás. Sus recuerdos se trasladaron a ocho años atrás, cuando aquellos hombres sacaron a toda su familia de su casa, él tenía quince años, entendía lo que estaba sucediendo, y porqué, había visto a esa gente golpear a su hermano mayor Felipe, llevarlo hacia la parte trasera de su casa, junto con su padre y luego escuchar el disparo, era lo que había recordado por todos estos años, o lo que había querido recordar, porque ahora, en estos momentos en los que estaba sucediendo todo esto, su mente se estaba aclarando y veía más de lo que había querido ver, recordaba como esos hombres golpearon con saña también a su padre, quien se resistió a dar muerte a su familia y como otro hombre, al que había odiado tanto o más que a su propio padre por habérselo arrebatado según él, hacia acto de presencia y prácticamente se los quitaba de las manos a esos criminales, ahora lo recordaba, Santiago Moran había salvado a su familia, era doloroso reconocerlo, sobre todo porque ahora estaba viviendo una escena semejante, y ahora el malo era él, el que había puesto a su familia en esa situación.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now