CAPÍTULO 10 CONFRONTACIÓN

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El sol empezaba a ponerse en el horizonte, Bruno había regresado esa tarde de su viaje, ambos habían cenado y Julia empezaba a recoger la mesa, para lavar lo que habían usado.

_ Deja eso y hablemos. - dijo Bruno sacándola de la cocina. ¿qué te sucede? Has estado rara todo este tiempo, ¿hay algo que quieras decirme?

Ella no supo que contestar, ¿tan transparente era? No quería mentirle, pero tampoco quería poner en aprietos a María, era una buena mujer y si la descubría quizás perdiera su única fuente de ingresos y ella se sentiría culpable, aunque también se sentía culpable por Bruno, que era a quien le debía lealtad, más que a María, sin embargo, con ella se sentía identificada, sabía lo que era vivir al día y depender de un empleo.

_ ¡Vamos! ¡dímelo! - la voz de Bruno la sacó de sus pensamientos. _ sé que algo no está bien.

Bruno la tomo del brazo para conducirla hacia la sala, cuando la puerta de entrada se abrió.

Ella lo sintió tensarse. Se quedó estático y su rostro palideció, también miró las expresiones de sorpresa de los visitantes, era una mujer mayor, una jovencita y un joven, mientras en ellas se podía ver un rostro cargado de sorpresa, el del joven cambiaba de sorpresa a furia total.

_ ¿Qué haces aquí? - casi se abalanzó sobre Bruno.

_ Es mi casa. - dijo él con calma, sin moverse de su lugar. _aquí vivo.

_ ¡Ni es tu casa, ni vives aquí! ¡Es la casa de mi madre! - gritó pegando su rostro furioso al de Bruno, que no se inmutó. _ ¡Y ESTA MUJER! ¿QUIEN ES? ¿QUÉ DEMONIOS HACE AQUÍ? COMO TE ATREVES A TRAER MUJERZUELAS A LA CASA DE MI MADRE. - lo empujó.

Bruno solo dio un paso atrás para no perder el equilibrio y aun cuando el chico lo siguió empujando, él no perdió la compostura.

_ Hijo, cálmate.

_ NO ME LLAMES HIJO, NO LO SOY Y NO ME CALMO, ¿COMO TE ATREVES A TRAER A OTRA A ESTA CASA? ¿A LA CASA DE MI MADRE?

_ No es lo que piensas, vamos a hablar.

_ NO TENGO NADA QUE HABLAR! ERES UN MALDITO TRAIDOR, SACA A ESA MUJERZUELA DE AQUÍ. - se apartó de Bruno y la tomó a ella del brazo con brusquedad. _ TU NO TIENES VERGÜENZA. - la jaloneó furioso. _ SAL DE AQUÍ. - la aventó hacia la salida, ella hubiese caído de no ser por las dos mujeres que la socorrieron.

Cuando levantó la vista se dio cuenta de que Bruno ya no permanecía impasible y ahora se enfrentaba al joven.

_ No vuelvas a poner una mano sobre ella. - sujetó el brazo del chico.

_ ¿AHORA LA DEFIENDES? ¿A ELLA SÍ? ¿PORQUE NO ESTUVISTE CON MI MADRE? ELLA TE NECESITABA, PERO NO TE IMPORTÓ, ¿FUE POR ESA?

_ Ella no tiene nada que ver, ese fue otro asunto.

_ ¿OTRO ASUNTO? ¿ESO ERA MI MADRE? ¿ESO ERAMOS NOSOTROS? ¿OTRO ASUNTO?

_ Estás mal interpretando todo lo que digo. - lo miró frustrado. Pero... ¿que esperaba? Siempre había sido así, todo lo que él decía o hacia era mal interpretado por sus hijos, era el malo de la película y siempre sería así.

_ NO HAY NINGUNA MAL INTERPRETACION, ELLA ESTÁ AQUÍ. - se acercó y la tomó nuevamente con fuerza del brazo poniéndola delante de Bruno. _ NIEGALA. - lo miró con furia.

_ Dije que la sueltes. - lo obligó a dejarla libre. _ ella no tiene nada que ver en esto.

_ ¿PORQUÉ NO ERES HOMBRE? CUANDO MENOS RECONOCELO, ¿NO TEMES OFENDER A TU RAMERA? - lo miró con burla y odio.

Bruno nunca pensó hacer esto, pero lo hizo no tenía derecho a ofender a una buena mujer, fueron solo segundos, pero ya estaba cruzando el rostro de su hijo con una bofetada.

Todo quedó en silencio. Todos los rostros sorprendidos miraban hacia él, se arrepintió al momento, pero ya lo había hecho. Su corazón no podía estar más quebrado, no quería agrandar la brecha entre él y su hijo, pero ahora estaba destruyendo cualquier oportunidad de reconciliación, lo sabía, este era el fin y no podía hacer nada.

_ ¡UNA VEZ MAS ESCOGISTE! - lo miró Fernando con tanto odio, tanto rencor, que todos en el lugar sintieron escalofrío. _ ¡RECOJAN SUS COSAS! - se volvió con rostro duro y mirada fría hacia su hermana y su tía. _ NOS LARGAMOS DE AQUÍ. NO SOMOS BIENVENIDOS, AHORA ESTA CASA ES LA CASA DE ESA ZORRA.

_ No. - las detuvo Bruno, esta casa siempre será de ustedes. Nos vamos nosotros. - miró a Julia. Ella entendió, corrió a su habitación por sus cosas, solo tomó su bolso y salió dejando lo que Bruno le había comprado. Cuando regresó, Bruno se hallaba en la puerta, la mujer y la chica apenas si se habían movido de su lugar, ambas lucían consternadas, mientras que el joven, se movía furioso de un lado para otro, por un momento sus miradas se cruzaron y ella se sobresaltó. Había rabia, rencor, y mucho dolor, sus ojos estaban inyectados, la miraban con odio, pero ella podía ver más allá, notó como contenía las lágrimas, y sus sentimientos, el anhelo que tenía por su padre, pero que lo disfrazaba con tanto rencor.

Estaban a punto de salir, ella alcanzó a ver la escena completa, cómo, cuando su hermano les dio la espalda una vez más, la chica se acercó a su padre y sin mediar palabras lo abrazó, fue un abrazo tan sincero, tan emotivo, pero tan fugaz, que las lágrimas de ambos fluyeron. Ella no se pudo quedar atrás.

_ Tu padre te ama. - dijo apretando su mano al pasar para regresar al lado de su tía. Ella le dedicó una tímida sonrisa con sus ojos aún cristalizados, la tía le dedico otra leve sonrisa. Ya no vio más porque Bruno ya la jalaba hacia el exterior.

En la camioneta el silencio era abrumador. Ella no quiso hablar, no lo consideró apropiado. El sufría y no había nada que ella pudiera decir.

Condujo por varios minutos, hasta detenerse en una casa en un barrio pobre. Sin decir palabra bajó, tocó a la puerta de una de las casas.

Se sorprendió cuando quien salió fue María. Los miró discutir por unos momentos, él seguía alterado. Ella se cubrió el rostro y empezó a llorar. Estaba a punto de bajar e intervenir, cuando lo miró abrazarla. Momentos después ella entraba más tranquila a su casa y él regresaba a su lado.

Después de manejar por varios minutos más rompió el silencio.

_ Yo tuve la culpa de todo. - dijo abatido. _ le pedí a María que se hiciera cargo de la casa cuando mi esposa murió.

Ella no esperaba esta confesión, siempre supuso que se habían separado, que ella vivía con sus hijos lejos de él, por eso el odio de su hijo contra su padre.

_ Pasé años esperando que ellos regresaran a casa, tenía la esperanza de que cuando regresaran podría acercarme y verlos, hasta que perdí las esperanzas y le pedí a ella que si algún día regresaban no me lo dijera por mi propio bien, y lo hice porque creí que de verdad no volverían, así que ella solo cumplió mis órdenes. Resulta que Lily mi hija entró a la universidad y tiene seis meses viviendo aquí con su tía, estaba de vacaciones y el lunes regresa a clases, por eso llegaron hoy.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora