CAPÍTULO 26 INTRUSOS

471 143 25
                                    

Lily miró una vez más la pequeña pantalla, dentro de esa habitación en la que ya llevaban tres días encerradas. Nunca pensó que las instrucciones que sus padres les habían dado desde pequeños fueran a ser útiles algún día y menos pensó, que las fuera a recordar.

_ Si algún vez están en peligro. - decía su padre. _ o sienten que lo están, no duden en usar este cuarto. - eran sus constantes palabras. _ No importa si luego resulta ser una falsa alarma, más vale que estén protegidos.

Se trataba de un refugio que su padre Había construido en su casa, era una falsa pared, en el fondo de uno de los pasillos, la cual lucía un espejo de cuerpo entero, y no, el espejo no era la entrada, era la pared completa, junto con el espejo, y no tenía botones o cerraduras escondidas, para acceder a él, lo conseguían con un comando de voz y una clave, cada miembro tenía la suya personalizada, su padre decía que era una forma de tener controlado el acceso y estar seguro de que sus hijos no lo tomaban como un juego, y por supuesto ninguno de los tres se había atrevido nunca a jugar con eso, porque él se daría cuenta de inmediato, quien de los tres había activado la cerradura con su voz y su clave, sí, porque la voz de cada uno era reconocida y se abría con solo decir "Ábreme" lo que activaba la cerradura y con un "Cierra" lo hacía, esto les daba acceso a una pequeña estancia, de la cual si querían pasar más adelante usaban el mismo procedimiento y el código juntos, y no, no cualquiera que dijera "Ábreme" podía acceder, porque el sistema solo reconocía las voces de sus padres y las de ellos, así que el lugar era cien por ciento seguro.
Recordaba haber hecho unos tres simulacros en el transcurso de su vida, y siempre bajo la supervisión de su padre y con su madre al lado.

Recordó como él día que esa gente irrumpió en su hogar, ella tomó a su tía de la mano y la jaló, no supo hacía donde corría, pero de pronto estaba frente a esa pared y no dudó en utilizar lo que su padre le había enseñado aun siendo tan pequeña. Una vez dentro accedió al siguiente nivel, que era una estancia más grande que la anterior, en donde fácil podía estar toda su familia junta, sin sentirse oprimidos, no podía negar que el lugar era cómodo y acogedor y que todo lo que ahí se encontraba, era reciente, tenían alimento para varios meses, claro, nada perecedero, era como si alguien hubiese actualizado todo no hacía mucho, y no que tuviera años de abandono, como habían dicho sus abuelos que tenía la casa, seguramente su padre ahora que había estado ahí lo había hecho.

Fuera lo que fuera, ella lo agradecía, porque estaban atrapadas en ese lugar desde hacía tres días. Recordó que traía su celular en la mano y se dirigía a cargarlo, cuando su tía le informó que Julia estaba llegado, salió a recibirla aún con él y se olvidó de lo que estaba a punto de hacer. Ella estuvo poco tiempo y cuando esos hombres irrumpieron, no dudó en sacar a su tía del lugar, cuando Julia le dijo que lo hicieran y la verdad no recordaba en que momento había soltado su teléfono, lamentaba tanto no haber llevado a Julia con ella, pero a la vez sabía que de no haber actuado como lo hizo, ellas dos no hubieran tenido oportunidad de huir. Ahora Julia estaba en manos de esa gente y no tenía idea de porqué las buscaban. Lo único que sabía era que no podían salir de ese lugar, porque el asedio era constante. Desde el interior se podía ver lo que sucedía afuera, las cámaras de seguridad eran modernas y todo se veía perfectamente, definitivamente alguien había cambiado todo, ella recordaba las imágenes que su padre les mostró en aquellos años y eran un poco borrosas, nada que ver con lo que ahora se apreciaba, incluso en aquel entonces no contaban con sonido y ahora se escuchaba claro y preciso, sin embargo, lo había suprimido para no poner nerviosa a su tía, esa gente hablaba tanta grosería y tanta tontería, acerca de lo que hacían, que ella misma se sentía mal por lo que hablaban, que prefirió no escuchar.

Desde el día en el que esa gente llego y los dos siguientes, casi no abandonaron la casa, salvo por pequeños lapsos de tiempo, solo algunos minutos y nada más. No siempre eran los mismos, se turnaban para estar ahí, pero esa noche algo cambio, no supo que fue lo que sucedió, pero aun era de madrugada cuando despertó y miró a través de las cámaras, como siempre lo hacía y no vio a ninguno de sus acechadores, era como si se hubiesen marchado, sin embargo, ella no se atrevió a salir, no sabía si quedaba alguien, porque por supuesto las cámaras no podían abarcar el lugar al cien por ciento. Así que esperó a que amaneciera. Quizás se aventurara ella sola, así, si algo sucedía, al menos su tía estaría a salvo, pero había un problema, ella no podría salir por si sola si no lograba volver, así que desistió, no le quedaba más que esperar.

A media mañana miró de nuevo a la pantalla y sorprendida observó qué habían vuelto, no eran los que ya conocía, pero tenían que ser de los mismos, al igual que los anteriores, estaban armados y revisaban toda la casa. Un escalofrío recorrió su cuerpo, de solo pensar que pudo haber salido y caído en manos de ellos.

Miró a su tía, por fortuna en el lugar había libros y revistas en las cuales ella encontró entretenimiento, se alegró de que estuviera ajena a lo que sucedía afuera, no quería preocuparla, con gran esfuerzo había logrado tranquilizarla, no podía permitir que se asustara de nuevo, ella era dulce y tierna y había estado al lado de ella y de sus hermanos, les había dado el cariño y la paciencia qué su abuela no les tenía, era ella quien siempre estaba tras ellos y de no ser por su intervención y porque aceptó venir con ella, sus abuelos jamás le hubieran permitido cursar sus estudios universitarios en ese lugar, además había influido el hecho de que iba a ocupar esa casa que había sido la casa familiar, su tía luego le confío qué sus abuelos siempre habían peleado que quedara a nombre de su madre o de alguno de ellos, pero su padre se había negado, y no porque la quisiera para él, sino porque, sabía que sus abuelos podían apoderarse de ella una vez que su madre falleciera y era verdad, su tía le había comentado que el que le permitieran quedarse ahí, era con el fin de tener acceso a la casa en un futuro y quitársela definitivamente a su yerno, argumentando que ella la necesitaba, pero eso no quedaba ahí, antes de marcharse de la casa de ellos, había acudido a su recamara para tratar unos últimos detalles de su viaje que sería a la mañana siguiente y con horror los había escuchado, se enteró de que tenían problemas financieros y que no querían recuperar la casa para sus nietos, si no para venderla y lograr un poco de liquidez. Esa noche lloró como hacía años que no lo hacía, ¿qué más de sus abuelos había, que ellos no conocían? ¿Y que tanto de cierto había en todo lo que decían de su padre? ¿de verdad había sido un desalmado con su familia, con su madre? Ella no lo recordaba de esa forma.

Decidió ya no hablar con ellos esa noche, ni más adelante, solo sería cortés y los trataría lo estrictamente necesario, con quienes si tenía que hablar era con sus hermanos, pero ya no le dio tiempo, ya no lograron coincidir los tres y lo fue retrasando, hasta ahora y no sabía si saldría de esta, porque estaba viendo a esos hombres, veía algunas caras conocidas, habían estado el día anterior, otros no.

los había visto a través de la cámara y como ahora, habían inspeccionado toda la casa, incluso había visto cómo encontraban y recogían su celular y el de su tía y se los llevaban. Ahora repetían el mismo procedimiento, sin embargo, buscaban algo más, miró cómo se acercaban peligrosamente a la entrada del refugio y cómo inspeccionaban la pared. Se asustó, ¿acaso sabían del lugar?, con angustia escuchó lo que decían al encender el sonido, su tía también ya se había puesto en alerta al ver lo que sucedía.

_ Quédate en aquel lugar tía. - dijo indicándole el lugar más alejado. _ escóndete.

Mientras su tía obedecía ella tomó una de las armas que su padre les había enseñado a disparar y que permanecían en el lugar, la sostuvo con fuerza y apuntó a la puerta que estaba a punto de abrirse. Ellos habían logrado pasar a la primera estancia.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon