CAPÍTULO 12 NO FUE FÁCIL

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Bruno tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para que los recuerdos no lo derrumbaran, no quería que Julia lo viera en su peor momento, pero no podía hacer nada, se sentía quebrantado, dolido, perdido y por descabellado que pareciera, ella venía a ser un ancla, que lo mantenía cuerdo, quizás porque el estar sacando todo lo que por años y años se había guardado solo para sí, lo estaba ayudando a mantenerse a flote.

_ mis hijos me culparon por la muerte de su hermano, y no los juzgo, porque yo mismo me culpé por ello. Sabía lo que pasaría y no me moví lo suficientemente rápido. Aunque Fernando y Braulio, me culpan, no porque no supe defenderlo, si no por el hecho de pertenecer a ese tipo de grupos, y la verdad es que también tienen razón, mi hijo no hubiese perdido la vida, si yo no hubiera hecho lo que hacía, si no me hubiera relacionado con esa gente.

_ Es difícil, pero no puedes culparte por algo que no estaba en tus manos decidir.

_ Mi esposa y yo nunca se los explicamos, porque eran muy chicos y no lo hubiesen entendido, solo hubiéramos ocasionado qué vivieran asustados y en zozobra, luego vino lo de Felipe y todo estaba tan confuso, había tanto dolor, que ni siquiera lo pensamos, después ella enfermó y cuando menos pensamos empezaron a señalarme y a culparme, nunca pudimos tener una plática normal, ellos no me escuchaban y yo no tenía cabeza para pensar con claridad, así que tanto ellos como yo nos ofuscábamos con rapidez, fue cuando ella me pidió que me marchara... - los recuerdos lo abrumaron de nuevo. Se detuvo un momento mientras recobraba la compostura. _ fue duro tener que dejarlos, pero ella estaba muriendo y me rogó que los dejara, quería morir en paz y yo a su lado no le daba esa paz, eso no quiere decir que no me amara. - aclaró. _ lo hacía y yo a ella, siempre la amé con locura, fue el amor de mi vida y la madre de mis hijos. Por eso acepté, aunque muriera por dentro.

_ Siento que hayas tenido que pasar por eso.

_ A todo se acostumbra uno. - intentó sonreír. Por años me acostumbré a saber de mis hijos por otros, a mirarlos de lejos, sin que se dieran cuenta de que estaba ahí, de que, aunque no me querían en sus vidas, estuve en cada momento importante para ellos.

_ ¿Por qué, cuando ella murió, no regresaste con ellos? Supongo que era el momento de intentar aclarar las cosas.

_ No fue fácil, mis suegros son personas difíciles, la verdad es que nunca me quisieron, ni siquiera cuando mi vida no tenía nada que ver con ningún grupo delictivo. Se con certeza que fueron ellos quienes empezaron a envenenar a mis hijos en mi contra, porque cuando murió Felipe, pasaron un largo periodo de tiempo en nuestra casa dando apoyo a la familia, fue cuando ellos empezaron a cambiar conmigo, luego cuando Graciela enfermó, también estuvieron, cuando me marché, inmediatamente tomaron el control de la situación y me prohibieron pisar mi propia casa, y yo no insistí, porque quise respetar los deseos de mi esposa. Así que cuando ella nos dejó, mis hijos ya no quisieron verme y terminaron yéndose con ellos a otro estado. La única que jamás me reprochó, ni me insulto, ni me hizo malas caras fue mi Lily, pero era tan pequeña, que no podía decidir por sí misma si quería estar conmigo o no.

_ ¡Por primera vez, haz algo bueno en tu vida! - recordó cómo le había dicho Magdalena su suegra. _ sabemos que tienes derecho sobre los chicos, son tus hijos, pero vamos a pelear por ellos, tú no eres buena influencia para ninguno, jamás podrás darles un hogar, ni una estabilidad emocional, menos a Lily.

_ ¿Qué valores les puede inculcar un criminal como tú? - había dicho su suegro apoyando a su esposa. _ ellos no merecen sufrir por tu egoísmo.

_ Son mis hijos, tengo derecho a tenerlos, y los necesito conmigo. - se había defendido.

_ Si intentas llevártelos. - sentenció Alejandro nos iremos con todo contra ti, recuerda lo que eres, no es justo que ellos, además de llevar la carga de saber que su padre es un criminal, también tengan que cargar con el estigma de que su padre esté en prisión, y créeme que nos encargaremos de que lo estés. Además, ¿qué peleas? Si ellos no quieren saber nada de ti

Recordó la impotencia que sintió en esos momentos, porque ese hombre tenía razón, estaba perdiendo a sus hijos y no podía hacer nada. Ellos mismos a excepción de Lily, estaban decidiendo romper toda relación con él.

_ Nos los llevaremos. - dijo él con toda la calma del mundo. _ y tú no vas a hacer nada. Desde este momento te olvidas de que tienes hijos, no te queremos ver en el funeral de nuestra hija, no te aparezcas por ahí, si no quieres que tus hijos se avergüences más de ti, porque el ultimo recuerdo que se llevaran de su padre es haciendo un escándalo al ser sacado del funeral de su madre, ¿De verdad es eso lo que quieres? - le había dicho con suficiencia.

Él sabía que si quería, esa gente no podría hacer nada en su contra, porque tenía la forma y el poder de ponerlos en su lugar, pero no podía hacerlo por sus hijos, porque los más lastimados serían ellos, si su propia esposa le había pedido alejarse por el bien de ellos, entonces lo haría, no por temor a ese hombre y a esa mujer que lo amenazaban, ni por él, si no por sus hijos, porque entendía que no lo querían en sus vidas, así que los enfrentó y se impuso, les concedió no pararse en la funeraria, pero estaría en el panteón y eso no estaba en negociación. Lo haría sí o sí y si a ellos no les importaba armar un escándalo al mandarlo sacar, a él tampoco le importaría armar otro al involucrar a su gente para que lo impidieran.

_ De ustedes depende que todo se haga en orden. - les había dicho. Y sabía que aceptarían, porque era gente que tenía dinero y les importaban las apariencias.

_ Sé que quizás esto no te traiga consuelo en estos momentos. - lo volvió Julia de sus pensamientos. _ pero tarde o temprano ellos tendrán que darse cuenta del maravilloso padre que tienen y la excelente persona que eres.

_ ¿De verdad crees eso de mí? - tomó sus manos entre las suyas.

_ Lo creo porque sé que lo eres. - le sostuvo la mirada. _ eres un hombre bueno, leal, y das todo por los tuyos. No cualquiera lo hace. - dijo con las emociones a flor de piel.

_ Gracias. - la abrazó en un impulso, estaba conmovido. _ en tantos años, eres la primer persona, aparte de Santiago, que me dice que cree en mí y que soy confiable, y nadie me había dicho que soy buena persona. No lo soy. - dijo con voz quebrada. _ pero se siente tan bien que alguien lo piense.

Ella permaneció estática envuelta por aquellos fuertes brazos, sabía que había tocado una fibra sensible en él, él estaba sensible y ella estaba sensible, ninguno de los dos supo en que momento traspasaron los límites, pero no les importó, ella no lo detuvo ni el hizo el intento por detenerse, al contrario, tomó su rostro con suma delicadeza y la besó, fue algo inesperado, pero sumamente placentero, las emociones de ambos se avivaron, ambos habían amado y habían sido correspondidos por sus parejas, pero ahora estaban solos y necesitados, necesitados de amor sincero, amor real, como el que habían perdido, no sabían si esto era sólido, si pasaría los estándares qué cada uno tenía, pero, se sentía tan real y tan bien, que se darían la oportunidad. No se lo dijeron, pero no hacía falta, en sus acciones estaba implícito.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now