CAPITULO 18 "AMIGOS"

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Fernando se resistió, no quería reconocer que todo esto estaba pasando por su estupidez, porque al hacerlo, tenía que reconocer que era el culpable de la desgracia de su familia y se miró en el lugar de su padre, solo que él no tenía hijos que lo culparan, ni sus hijos tendrían abuelos que lo culparan, porque su madre ya no estaba y su padre quizás no lo culparía, o al menos no de la forma en la que él lo había hecho con él.

¿cómo es que había sido tan estúpido? ¿cómo es que jamás lo vio venir? Tantos años de amistad, ¿y nunca se dio cuenta?

Su mente voló varios días atrás, cuando uno de esos chicos que se decían sus amigos, o amigos de Salvador, lo llevó ante él.

Como ya se estaba haciendo costumbre para su amigo, estaba en aquel bar y aunque estaba cerrado para el público porque aún era temprano, no para ellos.

_ Amigo. - se acercó saludándolo efusivamente como siempre. _ qué cara traes, ¿se te murió alguien? - bromeó.

_ Son mis abuelos. - empezó a quejarse después de saludar a los demás. Están molestos porque se enteraron de que dejé la escuela, ahora no me quieres dar dinero.

_ No seas idiota. - se acercó David él amigo de varios años de Salvador y detrás de él Iván su más reciente amigo y líder de toda esa pandilla, y que fue quien habló. _ no se los pidas, exígelo, es tu derecho.

_ No es fácil. - empezó a quejarse.

_ No depende de ellos. - interrumpió. _ llamalos. - le extendió su propio teléfono qué había tomado de la mesa donde lo había dejado. _ márcales y demuéstrales quien manda, el dinero es tuyo, tu madre te lo dejó, ya no eres un niño y ellos no pueden impedir que lo tomes. Exige los documentos del banco para que vayas a retirar lo que te pertenece. ¡vamos! - lo instó.

Él había marcado y había terminado peor que en un principio, ambos se habían negado, no solo no quisieron proporcionarle los papeles para él, poder tomar poseción de su parte, si no que le volvieron a advertir, que no existía tal herencia, y lo peor, que no le darían ni un centavo más. Lo querían de regreso y que se pusiera a trabajar, si no quería estudiar más.

Cuando terminó la llamada, no pudo evitar notar la expresión de disgusto de Iván.

_ Salvador. - se volvió hacia él.
_ vas a tener que enseñarle a tu amiguito como se hacen las cosas. - lo miró de forma maliciosa.

_ Solo necesita más tiempo. - dijo nervioso.

_ No pienso esperar más. - golpeó con furia la mesa del lado de Salvador, haciéndolo estremecerse. _ lo haces tú, o tendré que intervenir yo.

_ ¿Tiempo para qué? ¿de qué hablan? - los miró extrañado.

_ Hablamos de que ya es hora de que te pongas a modo con nosotros, ya te hemos esperado demasiado tiempo

_ ¿Esperado para qué? - seguía sin comprender de qué hablaban.

_ ¿Eres idiota o qué? - se acercó Iván amenazante y tras de él dos hombres más. No creerás que todo este tiempo te hemos estado cuidado de a gratis.

_ No sé de qué hablan. - se puso de pie nervioso. _ a ustedes apenas si los conozco, además a mí nadie me cuida, yo no les debo nada.

Observó cómo Iván se acercaba más a él, su rostro reflejaba burla y diversión.

_ ¿Tu "amigo" no te lo ha dicho? - rio a carcajadas. Tú eres uno de los nuestros.

_ ¿Están locos? - dio unos pasos atrás. _ yo no tengo nada que ver con ustedes, jamás haría lo que ustedes hacen.

_ ¿Ya olvidaste lo que hiciste? - no apartaba su mirada burlona de él. Aun así, sacó su celular y le mostró un video.

No podía creerlo, lo habían grabado, con eso podían arruinar su vida.

_ Fue solo una vez y lo hice porque David me prometió que me dejarían en paz después de eso.

_ Y eso fue lo que hicimos. Es por eso que ahora me debes toda tu herencia. ¿No habrás pensado que te librarías tan fácilmente de nosotros? Tú amiguito. - miró de nuevo a Salvador. _ te reclutó para trabajar con nosotros, por eso permití qué solo vendieras en esa ocasión, porque él nos aseguró que estabas nadando en dinero y nuestra recompensa sería buena, así que ahora no nos puedes salir con que no te van a dar nada o que ya no tienes herencia. Nosotros no vamos a perder y de una u otra forma nos vas a dar lo que nos pertenece. - amenazó. _ o nos cobraremos a nuestra manera.

Él no podía creer todo ese montón de mentiras, solo querían asustarlo, Salvador era su amigo, tenía años de conocerlo, él no le haría eso, Salvador ni siquiera pertenecía a ese grupo, ni a ningún otro.

Lo miró, permanecía a unos pasos de él, pero no levantaba la vista, no quería mirarlo a los ojos.

_ ¡Diles que mienten! - gritó exasperado. _ ¡mírame! ¡dímelo a mí! - exigió acercándose a él.

El no dijo nada y su silencio se lo dijo todo.

_ ¡Dímelo a la cara! - lo empujó furioso. _ ¡eras mi amigo! ¡confiaba en ti! ¡me traicionaste, me vendiste! ¡dime! ¿qué ganaste con esto? ¡DIMELO! - lo empujó de nuevo.

Estaba a punto de golpearlo, cuando Iván intervino de nuevo.

_ Basta ya de tanto drama. - se interpuso entre ambos. - tú. - se dirigió a él. _ por más que grites y le hagas al valiente, no escaparas de nosotros y tu deuda la pagarás sí, o sí, y tú. - se dirigió a Salvador. _ te doy unos cuantos minutos para que le expliques a tu amiguito qué es lo que se espera de él y que no tiene escapatoria, pero no lo haremos aquí, pronto abrirán el lugar y no necesito espectadores, así que vámonos. - dio la orden y todos empezaron a moverse, a él, lo tomaron entre dos hombres y lo obligaron a caminar hasta las camionetas que se hallaban en el estacionamiento, luego lo llevaron hasta ese horrible lugar en donde se encontraba ahora. Cuando llegó ahí, jamás pensó que viviría la peor pesadilla de su vida, de haber sabido que al aceptar aquella inocente invitación de Salvador a beber tiempo atrás, cuando no acostumbraba a hacerlo y a conocer a sus recientes amigos, que es lo que le había dicho acerca de ellos, jamás lo hubiera aceptado, y tampoco hubiera aceptado aquella primera invitación a probar las drogas y mucho menos a venderlas, solo lo había hecho una única vez, había sido en la misma universidad a la que todavía asistía y lo había hecho porque no pudo soportar el acoso de David y su gente, entonces no sabía que pertenecían al crimen organizado y que su amigo era Iván, o mas bien su jefe, le prometieron que si lo hacía, lo dejarían en paz, no lo volverían a obligar a tomar ninguna sustancia prohibida y tampoco a venderla, si lo hacía en esa ocasión, ahora entendía su juego, como no lograron atraparlo en la adicción, como a tantos más, optaron por obtener algo con lo cual poder tenerlo en sus manos y lo habían conseguido.

Durante su traslado, se dio cuenta de que, aunque Salvador era uno de ellos mismos, porque no lo había negado, también era tratado mal por Iván, y era comprensible, al parecer no había cumplido con sus expectativas, él también estaba furioso con Salvador, aún no podía creer que lo hubiese traicionado y usado de esa forma.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now