CAPÍTULO 34 ABUELOS

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Braulio decidió ignorara a sus abuelos, para su fortuna todos pensaban que seguía bajo el efecto del medicamento y se fingió dormido, no tenía ganas, ni las fuerzas para soportarlos. Siempre había estado agradecido con ellos por el techo y la provisión que les habían dado a él y a sus hermanos. Porque del cuidado diario se había encargado su tía Rosa, pero ahora su percepción de todas las cosas estaba cambiando, y le dolía mucho darse cuenta de que quizás no les importaban tanto sus nietos como ellos decían, porque nunca quisieron tomar en cuenta las llamadas de auxilio de Fernando, era lógico que dudaran de él, sí, pero ni siquiera se tomaron la molestia de investigar si era verdad o no, el hecho era que su desaparición era real, y ellos no hicieron nada. Así que ahora no sabía cómo enfrentarlos, y menos después de lo que estaba escuchando.

Había alcanzado a ver a su padre, justo en el marco de la puerta, quizás mas afuera que adentro de la habitación, sin embargo, a la distancia, lo escuchó levantar la voz contra sus abuelos, quienes, sin ningún reparo, estaban gritando. El trataba de calmarlos, por el bien de sus hijos, lo había escuchado decir y eso llegó a su corazón, en cambio a ellos no parecía importarles que sus nietos necesitaran paz, incluso le sorprendió en gran manera escuchar lo que su padre les dijo. Él no los había abandonado, al parecer habían sido circunstancias ajenas a él, además dijo que siempre había estado presente, él no sabía de qué forma, porque nunca se enteró, ni lo vio por ningún lado, pero lo peor fue que sus abuelos no lo negaron, al contrario, dijeron que ellos no le creerían si se los dijera, entonces... era verdad.

Consternado se estaba dando cuenta de que no conocía a sus abuelos, de que no eran lo que parecían y de que todo este tiempo había sido injusto con su padre y si bien, nunca lo había insultado como Fernando, si lo había ignorado y lo peor, despreciado en su corazón. Ahora lo entendía, entendía él gran amor que sentía hacia ellos, había conseguido el dinero, se había presentado personalmente y había enfrentado a esa gente aun sabiendo que podía morir, ese era verdadero amor. Su corazón estaba quebrado ante tanta revelación, pero más se quebró con lo que siguió, y él sin poder hacer nada.

*****
Alejandro y Magdalena entraron a la habitación, si dijeran que no estaban sorprendidos por el lugar y las condiciones en las que ese hombre tenía a sus hijos, mentirían, todo era de lo mejor, cuando entraron lo primero que vieron fue a Fernando, se sorprendieron de verlo en ese estado, pero más les sorprendió cuando miraron al fondo, ahí se encontraba Braulio, consternados al ver su estado se acercaron, pero estaba dormido, Lily les informó que lo mantenía sedado para su mejor recuperación.

Luego se acercaron a Fernando.

_ Ya estarás contento con lo que ocasionaste. - dijo Alejandro en tono duro.

_ Lo sé. - dijo él bajando la mirada. - reconocía que tenían razón.

_ Abuelo. - intervino Lily. _ creo que no es el momento.

_ ¿Y cuándo es el momento? - interrogó molesto. _ Tu hermano tiene que hacerse responsable de sus actos.

_ Lo sé. - dijo ella consternada por la actitud beligerante de sus abuelos, primero contra su padre y luego contra Fernando. _ pero esto se puede tratar después, ahora lo importante es su recuperación.

_ Lily tiene razón. - intervino Magdalena. _ ahora lo que tenemos que hacer, es realizar los trámites para llevarlos a casa.

_ Yo no voy a ningún lado. - protestó Fernando. _ aquí está mi padre y me quedo con él.

_ ¿Te has vuelto loco? - gritó furiosa su abuela, ya olvidaste todo lo que han pasado por su culpa?

_ Lo único que sé. - su mirada se volvió retadora. _ Es que fue él, quien acudió en nuestra ayuda y no ustedes.

ROMPIENDO MIS CADENAS/ No.1️⃣5️⃣ Serie: HOMBRES DE LA SIERRA Where stories live. Discover now