"CAPITULO 3"

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Todos estaban aquí: el equipo de fútbol, la cuadrilla de porristas y cualquier otro alumno que pudo haber sido invitado. Vanessa no se había movido ni un milímetro, estaba en shock probablemente, y el lugar se veía de lujo. Habían hecho un buen trabajo decorando esto. En los árboles colocaron esferitas brillantes de colores y tiras de papel; en una mesa había bebidas, botanas y más bebidas. Esperaba en verdad que el tema del alcohol se controlara, pues no eramos muy buenos midiéndonos, una vez que comenzábamos, era difícil parar.

Anthony, el hermano de Lena y típico cliché del atleta estrella, corrió hacia donde estábamos, tomó a Vanessa entre sus brazos y dio vueltas con ella, al igual que Lena, él parecía eufórico con toda esta celebración.

—¡Feliz cumpleaños, nerd! —su brillante sonrisa apareció y besó ambas mejillas, Vanessa estaba roja como un tomate.

—¿Qué es todo esto? —nuestra amiga no salía del asombro.

—Sólo una pequeña sorpresa —Lena la abrazó— de parte de todos, ¿no es así?

Todos alzaron sus brazos y vitorearon. Anthony tomó a Vanessa de la mano y la llevó entre la multitud, la abrazaban, besaban y entregaban regalos. Bueno, todo marchaba sobre ruedas. El sol brillaba intensamente y hacía un calor infernal, pero estábamos en un lago, tenía suficiente agua frente a mi, era tiempo de un refrescante champuzon.

—¡Lexi!

Nath venía hacia mí con una cerveza en la mano. Y de repente sentí más calor del necesario. Se veía muy bien Sólo vestía una bermuda roja y tenía su decente pecho descubierto. Tal vez no estaba igual de fortachon que Anthony, pero se defendía.

—Hey, aquí estás —me entregó la cerveza y me la tomé de un solo trago. 

—Oye tranquila —Nathan parecía divertido—, no empieces la fiesta tan temprano.

—Lo siento —me disculpé sin sentirlo en absoluto—, vamos al auto de Lena,  quiero cambiarme.

—Claro.

Subimos hasta llegar al auto y vaya, esto era inesperado. Tres chicos varados en la orilla de la carretera y un auto que parecía que se iba a prender en llamas. Ojalá y no lo hiciera, pero sacaba bastante humo y me hacía dudarlo. El hecho de que mis nervios estuvieran más alterados de lo normal creaba una gran desconfianza. 

Demonios.

Nathan y yo caminamos hacia ellos, parecían sorprendidos, tal vez nadie se había acercado a ayudarlos.

—Hola —él los saludó—, ¿problemas?

—Sí, hola —contestó el chico de cabello castaño—. Unos muy grandes. 

Tendría tal vez diecisiete o dieciocho  años. Era muy alto, de tez bronceada pero lo que más llamó mi atención fueron sus brillantes ojos grises. Mi análisis surtió efecto y esto no me gustaba.

—Me llamo Peter, ellos son Robert y Cedric —señaló a los otros dos chicos.

Ambos eran rubios, y al igual que Peter se veían un poco bronceados, quizá por el sol de las vacaciones o algo así. El que señaló como Robert tenía un semblante extraño, parecía ser ese tipo de personas que te estrangularían en un abrazo y no a propósito. Su sonrisa era muy bonita con dientes perfectos. Estaba segura de que este chico era un rompe corazones. Y el otro, si, era atractivo, algo desgarbado, pero tenía lo suyo, y eso suyo eran unos raros ojos de color violeta, eran muy intensos. Aunque su pose de chico malo le restó todos los puntos que pudo haber obtenido.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora