"CAPITULO 14"

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Oh dios mio, no podía creerlo, la tía Emma estaba ahí, en la puerta. Tenía más de dos años sin verla. Dëni y yo habíamos estado en las vacaciones de verano durante dos años en Londres, y fueron los mejores meses de nuestras vidas. Emma no era solo una viuda de cincuenta y un años, no, era una de las mujeres más populares en el barrio de Chelsea, se codeaba casi con la mismísima realeza. Fue una experiencia muy buena el haber vivido con ella. Fiestas, las cuales rara vez atendimos, pues según ella, todavía no era tiempo, pero aún así, nos dejaba ver un poco; gente rica, famosa y bueno, mucho más. Aunque ahora vivía en París pero por mi experiencia sabía que su estadía ahí era temporal. Janine era toda la familia que la tía Emma tenía y sentíamos un gran afecto por ella. Y esta vez, era momento de usar ese cariño.

—No puedo creerlo —la abracé fuertemente y ella besó mis mejillas.

—Hermosa, lamento venir hasta ahora.

Se quitó sus gigantes lentes y pude observar como sus ojos se llenaban poco a poco de lágrimas. Emma no asistió al funeral de Dëni, quedó destrozada con la noticia, pero por asuntos de trabajo le fue imposible.

—No te lamentes por eso, estás aquí ahora.

—Alexia, ¿quién toca la puerta?

Janine venía aún con los ojos medio cerrados, pero se abrieron enormemente al ver a Emma ahí parada.

—¡Oh mon dieu, tia Emma ne peut pas être! —dijo Janine con su perfecto francés.

—Ma chère.

Corrió hacia Emma y le dio un fuerte abrazo mientras le comentaba varias cosas, algunas en francés, algunas rápidas, en fin, de todo.

—¡Daniel, niñas, vengan aquí!

Los gritos de Janine sonaron en toda la casa y de inmediato papá y las gemelas bajaron, estas estaban eufóricas, mientras que Daniel le dio una calurosa bienvenida.

—Jovencito, ¿podrías apresurarte?

Emma se dirigió al pobre taxista que se esforzaba por bajar todas las maletas que traía. Tal vez fueran uno o dos días los que mi tía estaría aquí, pero era usual en ella traer equipaje como para un mes. Me fascinaba porque entre todo eso, estaba segura de que venían varios regalos para todos.

...

Luego de haberse instalado por completo, Nina nos preparó un delicioso desayuno con un pequeño toque especial para la tía Emma. Nuestra querida nana había aprendido todo tipo de comida francesa gracias a Janine. 

Desayunamos muy a gusto y mientras tanto Emma se la pasó hablando de sus muchas experiencias en París en el mundo de la moda. Ella era parisina por nacimiento, al igual que Janine, pero en realidad era de un lado y de todos, se la pasaba viajando y conociendo lugares, fue gracias a ella que Janine llegó a la vida de Daniel. 

Emma era una vieja amiga de universidad de la madre de Daniel, en unas vacaciones que pasamos en Alemania luego de que Daniel se divorciara -algo que ni Dëni ni yo disfrutamos al principio-, Emma llegó a la casa de los Raven con su única sobrina, Janine, su padre acababa de morir y ella la tomó bajo su cuidado. En aquel entonces, Janine tenía apenas dieciocho años, y Daniel, bueno, él tenia treinta y dos. Lo sé, lo sé, si somos personas listas podemos darnos cuenta de la diferencia de edad entre Janine y Daniel pero sorpresivamente a nadie pareció importarle, mucho menos a ellos. En aquel tiempo, Daniel necesitaba a su lado a una compañera cariñosa y fiel y además una madre para sus hijas pero Janine era una niña o al menos eso decía la abuela. 

En fin, al cumplir los veinte años Janine y luego de mucha insistencia por parte de nuestro angustiado padre, Emma dio la aprobación para que se casaran. Pasó unos pocos meses antes de que el padre de Daniel muriera, y la boda fue una gran noticia en Múnich.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now