"CAPÍTULO 49"

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Los gritos comenzaron y todos trataban de ayudar al hombre que con toda la intención del mundo se encontraba envuelto en llamas. El verdugo siguió azotando a Lena hasta que notó el caos que se estaba desarrollando ahi. Ya no sabía cuantos llevaba, sólo pude ver la espalda llena de sangre y lineas rojas.

—¡Anda, ve a ayudarla!

Cara se arrodilló junto al hombre y puso su chaqueta encima para apagar el fuego. Corrí hacia Lena y el hombre alzó el látigo ante mí. Alcé las manos y otra vez tenían pequeñas lenguas de fuego.

—Ni siquiera te atrevas, ¡apártate!

Levantó las manos en señal de paz y dejó el látigo en el suelo. Fui hacia Lena y apenas estaba consciente. No podía quitarle las esposas y eso me estaba retrasando más de lo que tenía planeado.

—Por favor resiste —le supliqué—, voy a sacarte de esto, solo dame unos segundos.

Comenzó a cerrar los ojos y en su condición no sabía cuánto más iba a aguantar.

—Gracias —susurró.

—Te sacaré de aquí, solo déjame quitar esto...

Sentí como alguien tiraba de mi por el cuello de la chaqueta hasta hacerme rodar en el suelo. Aparté el cabello de mi cara y lo vi. Maldito traidor.

—¿Qué demonios estás haciendo? —Peter me miró furioso.

Me tomó del brazo con fuerza y comenzó a arrastrarme lejos de ahí. Me resistí lo más que pude pues no estaba dispuesta a dejar a Lena. Esta vez no.

—¡Sueltame! —le grité.

Con la mano que tenía libre, logré darle un buen golpe en la cara. Me soltó lanzándome lejos y ahora todos observaban la escena con bastante asombro. Los dos hermanos, los niños que eran inseparables y se cuidaban la espalda el uno al otro, ahora peleaban y no era por diversión. Peter saco la espada que traía con él y me apuntó directamente.

—Sinceramente, ya me estas hartando hermanita.

—¡Pues anda, matame! —grité furiosa—, ¡no sería la primera vez que lo intentas!

Estaba más que lista para atacar. Cualquier cosa que él intentara, yo lo detendría. No me importaba quedar al descubierto.

¡Muevanse!

Robert apareció entre la multitud y nos miró pero luego sus ojos fueron hacia Lena. No lo podía creer.

—¡Eres una traidora Alexia, siempre lo serás!

Entendía perfectamente el doble sentido de las palabras de Peter, ¿él planeaba hacer esto? Bien, era momento de saber quién podia hacerlo mejor.

—¡Cuéntale a tu padre! —grité y miré hacia donde estaba Adrian— ¡Cuéntale cómo junto con Lucinda me sacaste de aquí!

—Alexia ya basta —Robert me miró desconcertado.

—¡Tú sólo sacala de aquí! —le grité señalando a Lena.

Por un momento regresó a la realidad y fue hacia ella. De un tirón rompió las cadenas que tenían atada a nuestra querida princesa.

—¡Cuidado! —oí el grito de Cara.

Tuve tiempo para ver como el fuego venia hacia mí y tuve apenas tiempo para detenerlo. Peter y yo sabíamos perfectamente quién ganaría si empezabamos de esta manera. Todos nos miraban y poco a poco la gente comenzó a alejarse de ahí.

—¿Es lo mejor que tienes? —lo reté—,  como siempre demuestras que eres un idiota, un débil.

Al menos tenía que obtener un poco de diversión con esto. Lancé la siguiente bola de fuego y Peter la esquivó con la espada. Cualquiera que supiera lo que pasaba en este mundo, esperaría que ocupara otra cosa que no fuera el fuego, pero luego de años sin hacerlo y sin entrenamiento apropiado, era lo que recordaba mejor. Arrojar estúpidas bolas de fuego al azar.

—¡Jamás serás rey! —le grité—,  ¡siempre estarás en segundo plano!

Entonces ya no ocupó el fuego. Se me lanzó encima. Sentí el primer golpe en el estómago y ambos caímos al suelo. Los golpes que ambos nos dabamos caían en cualquier parte de nuestro cuerpo y la cara.

—¡Ya basta! —la voz de Adrián hizo que Peter se detuviera un momento.

Pero no me dejó. Me levantó con él y pasó su brazo por mi cuello. Me sujetó con una fuerza que jamás había sentido. Esto iba muy en serio.

—Ambos estamos en esto Alexia —susurró en mi oído—, ambos vamos a caer y lo haremos con honor, hermanita.

—Sabes que no es verdad —hice lo posible para zafarme de su agarre pero fue inútil—, déjame ir.

Puse atención en como varios guardias apuntaban con sus arcos y ballestas. Comenzaron a rodearnos, listos en cuanto Adrián diera la orden.

—Deja a tu hermana Peter —Adrián parecía muy calmado pero podía ver el pánico en sus ojos.

—Ni siquiera ella tendrá el trono padre —Peter rió como loco—, no si la pequeña Eleanor aparece.

¿Qué?

—Quizás yo he estado en segundo plano, pero tú también lo estarás hermanita, ya lo verás.

—Papá, por favor, ayúdame —le supliqué a Adrián.

Sus ojos se abrieron como si no diera lugar a mis palabras. Avanzó un poco más hacia nosotros, levantando las manos en señal de calma.

—Saquen a la gente de aquí —Peter apretó más—, ¡ahora!

—Háganlo —Adrián miró a uno de los guardias, era quien nos había encontrado hacia un momento—, ¡de inmediato!

La gente comenzó a salir del gran patio. Algunos protestaban y otros salían muy rápido. Poco a poco el lugar se quedó vacío. Pude ver como Robert acunaba a Lena y Cara estaba a su lado.

—Ya está hijo —Adrián trató de sonreírle a Peter—, ahora baja eso, no lastimes a Alexia, por favor.

¿De qué demonios hablaba?

Y entonces lo sentí, había algo en mi pecho. Alcancé a ver el puñal de plata,  estaba directamente apuntando hacia mi corazón. En cualquier minuto Peter me mataría, sólo tenía que empujarlo lo suficiente. Cedric y Magnus ahora estaban con Adrián al igual que Iván. Él quería acercarse a Lena.

—Todos estamos perdidos —la voz de Peter era una mezcla de mortificacion e ira—, lo estamos desde que ella apareció, no puedes dejarla como tu sucesora, ¡no puedes!

—Peter podemos hablar de esto, sólo déjala —la voz de Katrina venía de detrás de nosotros.

—Mamá, tú eres la menos indicada para calmar esto, pero al menos ten el consuelo de que nos iremos juntos, es nuestro destino.

Sus labios bajaron por mi mejilla. Parecía haberse vuelto loco. Y yo, yo estaba muerta de miedo.

—Tienes razón pero no lo haré ahora —dije con el poco aire que tenía—, tú ya estabas en el hoyo desde hace mucho.

Soltó un poco el agarre pero no lo suficiente para escapar.

—Así es Vicky, al menos sé que la futura reina no serás tú, ¿cierto Iván?

Todos lo miraron desconcertados pero él no hizo caso a las palabras de Peter, estaba junto a Robert tratando de reanimar a Lena.

—No trates de ignorarme Iván. Porqué no les dices a todos que la dulce Helena, la chica a la cual tú —señaló a Adrián— moliste a golpes, la chica a la que casi matas en aquella noche, ¡es la linda bebé de ojos grises que fue raptada desde su cuna la noche en que nació!

Maldita sea.

Adrián miró a Iván y éste sólo bajó la cabeza. Escuché el grito de Katrina y vi como corría hacia Lena.

Te irás al infierno Peter.

—Y tú me alcanzaras despues Vicky —respondió como si hubiera leído mis pensamientos.

Besó mi cabello y el puñal se hundió. Grité por el inmenso dolor y caí al suelo, justo a tiempo para que la flecha impactara en la cabeza de Peter, cayendo encima de mí.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now