"CAPITULO 27"

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Me quedé helada antes aquellas palabras al igual que, mi hermano. Lena lo miró fijamente con una sonrisa triunfal en el rostro.

—Jamás llegué a pensar eso de ti —Lena ladeó la cabeza—, ¿qué pensará Adrián cuando sepa de esto?, su mayor  orgullo, bueno, si es que le crees, cometiendo uno de los pecados más grandes para él.

—¡Yo no lo pedí, sólo pasó! —gritó Peter furioso—, y por eso debo llevarla a casa.

—¿Y tú piensas que es asi de fácil?—Lena se rió—, que sólo con decirle a Alexia que eres su hermano, ¿ella correrá a tus brazos y se irá contigo?

Pues no, no sería así. Ni siquiera sabía si era buena idea seguir aquí como idiota escuchando todo pero mi curiosidad me mataba, quería saber qué más decían de mí y de todo este caos.

—Sólo si ella regresa, esto se detendrá Helena —la voz de Peter se escuchaba mortificada.

—¿En serio? —Lena se levantó y se paró frente a él—, me bastó verte menos de una hora en su casa el sábado, tus ojos no me engañan, conozco esa mirada, porque es la misma que Robert me dedicaba a mí, estás loco por ella.

—No, no es verdad.

Peter se fue a la esquina del cuarto y puso las manos en la cabeza, se veía desesperado.

—Puedes tratar de engañarte a ti mismo, pero no a mí, ni a ella, te estás hundiendo Peter, y nos saldrás esta vez —Lena caminó despacio hacia él y le puso una mano en el hombro—, así que te daré un consejo, lárgate y deja que esto siga su curso.

En un microsegundo Peter se volteó contra Lena y la tomó por el cuello y la arrojó a la cama. ¡Diablos!

—Peter no, no por favor, no me mates  —suplicó Lena.

Debía conseguir ayuda, estaba loco, y lo peor era que todos estaban ajenos a la situación. Pero una carcajada me hizo cambiar de opinion. Era Lena.

—Eres tan estúpido Peter —en una rápida maniobra lo tomó por los brazos—, escúchame con atención, imbécil, cuando tú aprendiste a empuñar una espada, yo ya había matado a muchas personas —Peter trataba de zafarse, pero era inútil—, soy la dirigente más joven que han elegido en los últimos trescientos años de un ejército con más mil miembros. No eres rival para mí, no eres nada para mí, ni para nadie. Lárgate de aquí y deja que todo tome su curso. Y ahora si me disculpas, Alexia está por llegar.

Se levantó y enderezó el vendaje del pecho, entonces me vio, su cara se puso pálida, estaba casi blanca como la cal. Sus penetrantes ojos verdes se posaron en mi. Peter se levantó con dificultad y no daba credito al verme ahí parada.

—Alexia, déjame explicar... —Lena empezó a caminar hacia mí y di un paso hacia atrás.

Empieza el juego.

—Aléjense de mí —advertí.

Comencé a caminar hacia atrás, dejándolos ahí. Corrí lo más rápido que pude y noté las miradas reprobatorias de la gente. Oh vamos, a esto si prestaban atención. Al llegar a la salida del hospital choqué fuertemente con alguien. Anthony.

—Alexia, ¿qué te ocurre?

Me examinó de pies a cabeza tratando de encontrar la falla. No supe ni qué decirle, pero los quería lejos de mí a todos.

—¡Suéltame, aléjense de mí o los mataré! —le grité como una loca.

Corrí hacia el coche y metí las llaves rápidamente, debía ir a casa. Cerré la puerta y me puse el cinturón. En la entrada del hospital aparecieron Lena.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now