"CAPITULO 6"

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Nunca me había gustado venir al cementerio a pesar de que aquí estaba una vieja tumba familiar. Los Raven, una antigua familia en este lugar, según Daniel, parte de sus antepasados llegaron a América luego de la Independencia y llegaron a ser parte importante de la fundación de este lugar, prueba de ello era el hermoso -y trillado- nombre que nuestro querido pueblito tenía. 

Generación tras generación, la familia Raven quedó muy bien posicionada, aunque algunos más, regresaron a Alemania, de donde provenían originalmente, pero Daniel, al crecer, estudiar y comenzar su trabajo en América, no fue capaz de ir con la abuela de vuelta a Múnich. Dëni y yo siempre supimos que él echaba de menos a su familia.

Pasando por todas las tumbas y las capillas, me puse a pensar que yo jamás había estado en un cementerio  realmente. Ni siquiera cuando el padre de Daniel murió, Janine no estuvo de acuerdo con la idea de que visitaramos lugares así. Jamás en mis cinco sentidos imaginé que entraría aquí en estas circunstancias.

Vagué por el lugar unos minutos, leyendo los nombres que se hallaban en las tumbas, algunas estaban muy descuidadas, era claro que nadie había venido en mucho tiempo. Y en el fondo, lleno de flores frescas, lilas en su mayoría, se hallaban juntas las tres lápidas. Por primera vez en mucho tiempo, lloré, lloré de verdad, los tres nombres grabados en letras doradas y con una foto de ellos:


    Dëni Raven
11 de Octubre de 1997
   ➕4 de Junio de 2015
"Hija, hermana y amiga querida"

     Nathan James Weber
⭐15 de Noviembre de 1997
➕4 de Junio de 2015
"Siempre te recordaremos"

     Vanessa Rodríguez
⭐4 de Junio de 1997
➕4 de Junio de 2015
     "Hija excepcional"


Me senté cuidadosamente en el pasto y acaricié la fría piedra con la que estaban hechas. ¿Por qué ellos?, todos me consideraban un milagro viviente pero la verdad yo no lo veía de esa forma, ni siquiera me sentía afortunada. Y aún así fue milagro que el salir volando por la ventana, me hubiera salvado la vida.

Las flores desprendían un maravilloso aroma, prueba de que habían sido cambiadas recientemente.

—Por favor, perdónenme.

Mi voz se ahogó en un terrible llanto, lo había contenido durante mucho, yera mi culpa, me había negado a llorar, sentía que era una hipocresía de mi parte, pero ahora, pensándolo detenidamente, me di cuenta de que no habia razón para ello. Merecía llorar, merecía sufrir, sacarlo todo, sacarlo porque me estaba consumiendo lentamente y no podía aguantarlo más.

Me estaba destruyendo. 

Era mi hermana, mi mejor amiga y probablemente el amor de mi vida. Ahora me arrepentía por nunca haber sido franca con mis sentimientos, por no haber sido una buena hermana y cuidar a Dëni como se lo había prometido y por no ser una buena amiga y dejar que Vanessa se sintiera menos a nuestro lado. Tendría que cargar con eso el resto de mi vida. Sentí los brazos de Daniel alrededor de mi.

—Esta bien, llora hija, lo necesitas.

—Es mi culpa —dije entre sollozos—, por mi culpa están muertos, papá.

Daniel se sentó a mi lado y tomó mi rostro entre sus manos, sus ojos brillaban con intensidad. Él no estaba de acuerdo en lo que decía.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now