"CAPITULO 31"

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Nos metimos al auto y el cuerpo de Anthony iba en la cajuela. Era una sensación extraña, esto era un crimen, sí alguien nos detenía, sería nuestro maldito fin. Mi mente se seguía llenando de imágenes de la mirada de Daniel cuando salí de la casa. Le había prometido que regresaría, y así sería. Esta vez cumpliría mi palabra.

—¿A dónde vamos? —pregunté por cuarta vez.

—A cualquier maldito lugar donde nadie te encuentre pero primero Anthony.

¿Anthony?, ¿qué rayos iba a hacer con él?

—Lo mataste.

Me miró por un segundo y luego volvió su vista a la carretera.

—No entenderías —susurró.

Entramos por una vieja cerca en donde alguna vez existió una casa, la cual quedó consumida por el fuego cuarenta años atrás. El camino estaba un tanto difícil y el auto se movía de un lado a otro.

Llegamos y Lena se bajó del auto rápidamente, no me quedaban muchas opciones más que ir tras de ella. Observó el terreno y comenzó a levantar las manos. En el suelo un agujero empezó a formarse. Observé detenidamente todo lo que Lena hacía. La tierra se apartó por completo hasta que quedó un hueco lo suficientemente grande para... enterrar a Anthony. ¿Por qué iba a dejarlo aquí? Lo mínimo que él merecía en esos momentos era regresar y tratar de descansar en paz en su lugar de origen.

—Ayúdame —ordenó Lena.

Pasó a mi lado dándome un golpe en el hombro. Ok, entiendo tu punto. Abrió la cajuela del auto y la poca luz del sol iluminó la cara de Anthony, no parecía que estuviera muerto. Y deseaba que no fuera asi. Lágrimas comenzaron a salir de nuevo de los ojos de Lena, por más que ella quisiera hacerse la fuerte no lo lograría tan fácil y yo tampoco.

Anthony estaba muerto por culpa mía.
Sacamos su cuerpo y lo llevamos hacia la tumba que Lena había cavado. Comenzó a cubrirlo con tierra y unas cuantas flores aparecieron alrededor.

—Perdóname —sollozó—, juro que te veré pronto. Juro que lo pagaré en la siguiente vida.

Lena cayó de rodillas en la tierra y empezó a llorar desconsoladamente. Eso le hacía falta, sacar todo ese dolor, todo el remordimiento y la culpa de haber matado a su hermano pero no creía que pudiera lograrlo. Ella misma lo había matado y no había dado razones de por qué. Algo curioso fue ver que Anthony pareció estar de acuerdo con todo eso, no puso resistencia alguna aún cuando pudo haberlo hecho.

Considé que tal vez podía escaparme, pero bastarían unos cuantos segundos para que ella fuera tras de mí. Y a la vez no queria dejarla sola, yo sabía lo que era perder a alguien tan cercano. Lena estaba destrozada por dentro, incluso más de lo que se atrevía a mostrar. Puse una mano en su hombro y vaya,  que error tan estúpido. Lena se volteó hacia mi y me tomó del cuello para después lanzarme al suelo. Mierda.

—¿Qué creíste?, que sólo por ayudarme a enterrar a mi hermano, ¡te dejaría en paz!

Era un tanto ridículo pero sí, eso fue justo lo que pensé. Creí que me sacaría de aqui justo como había dicho, pero al parecer, no era así.

—Y pensar que te mantuve con vida todos estos años —dijo molesta—, pensar que llegué a preocuparme por lo que pudiera pasarte, hubiera dejado que mi madre te matara.

—Lena, por favor —casi le estaba rogando—, yo no lo hice, te lo juro.

Puse mis manos en su pecho tratando de empujarla pero era inútil, ella era más fuerte que yo.

—¿En serio? —me miró incrédula—, te conozco Alexia, mejor de lo que crees...

—Yo lo hice —una voz distrajo a Lena.

Peter. Estaba parado junto a la tumba improvisada que se había cavado para Anthony. Lena me soltó y fui hacia el auto casi arrastrándome.

—Vaya, vaya, el hermanito enamorado ha aparecido —se burló—, debo admitir que te habías tardado, querido.

—Déjala en paz —Peter dijo sin rodeos—, me la llevaré de aquí y nos dejarás tranquilos.

Lena comenzó a caminar de un lado a otro. Movía sus manos de manera extraña y entonces una bola de fuego se impactó contra Peter, este se levantó y el tronco de un árbol comenzó a caer, Lena alzó las manos y el tronco salió volando antes de que pudiera causarle un rasguño. Podía darme cuenta de que Lena luchaba muchisimo mejor que Peter y que los otros idiotas. Mientras tanto, busqué las llaves por todos lados pero no había nada. Lena se las había llevado.

—¡Vamos! —gritó Lena—, ¡es todo lo que tienes!

Peter limpió su cara y su camisa se llenó de sangre. Ya estaba harto, era más que obvio, pero quizás era su orgullo lo que no lo dejaba darse por vencido. Sin más cosas de magia se lanzó contra Lena y la aventó contra el auto. Comenzó a golpearla en la cara y en el estómago, Lena por su parte trataba de darle unas cuantas patadas, sólo que Peter estaba como loco.

—¡Jamás tendrás lo que Robert! —le gritó Lena—, ¡aunque arruines mil vidas por ello!

Peter se detuvo y comenzó a retroceder. El cielo se tornó de un tono gris, casi negro, rayos y truenos hicieron presencia al igual que una fuerte corriente de aire. ¿Qué diablos estaba pasando?, un rayo impactó directamente en uno de los árboles. Un gran círculo de fuego cubrió el árbol, no era fuego ordinario, podía sentirlo, me llamaba.

—¡Victoria, entra ahí! —ordenó Peter.

—Antes la mato —Lena me miró y se lanzó hacia el árbol incendiado pero Peter la detuvo.

—¡Hazlo, maldita sea! —gritó mi hermano de nuevo—, ¡te veré del otro lado!

Salí del auto casi cayéndome y miré con ciertas dudas a Peter. Él y Lena no dejaban de pelear.

—¡Confía en mi esta vez, maldita sea!

Tomé impulso y corrí hacia las llamas, esperando no sentir nada. Y vaya que no esperaba lo que ocurrió después.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora