"CAPÍTULO 44"

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Debo decir que cuando escuché la palabra "encerrada", no me imaginé esto. Por un momento creí que Cedric me llevaría a la torre en donde estaban los calabozos pero no. Me condujo a una de las partes más abandonadas del palacio. Nadie había venido aquí en años, y a pesar de eso lo mantenían impecable. Las paredes tintadas de un color rojo como la sangre y el piso alfombrado más impecable hablaban por si solos. Este lugar mantenía su encanto todavía y mientras más nos acercabamos comenzaba a asimilar el espacio. Estos pasillos oscuros y todas las puertas ocupando un lugar a cada lado. Yo sabía dónde estabamos, sólo que mi mente se negaba a admitirlo. Cedric alumbró delante de mi y en el final del pasillo vimos una puerta.

Oh no. Recuerdos de castigos, golpes y encierros vinieron a mi mente. Adrián adoraba tenerme encerrada en este lugar y ahora era el turno de Lena.

—Creo que es aquí.

No había nadie. Lena tenía fama de ser una maquina de guerra imparable, y aún asi, habían dejado la puerta sin protección alguna.

—Será más fácil de lo que creí.

Tomé el pomo de la puerta y vaya que debí pensarlo antes. Sin siquiera imaginarlo, una corriente eléctrica o algo parecido recorrió todo mi cuerpo y fui lanzada al suelo. Cedric fue hacia mí de inmediato y me ayudó a sentarme.

—¿Acaso eres idiota? —me examinó de pies a cabeza y suspiró aliviado—, está bajo protección, no puedes abrirla sólo porque sí.

—¡Pudiste decírmelo antes!

Lo aparté y me levanté del suelo. Si esto estaba protegido, ¿cómo rayos veríamos a Lena? No había ninguna posibilidad de que pudiéramos pasar.

—Dame un momento —Cedric fue hacia la puerta.

No pude ver del todo, sólo extendió sus manos y cerró los ojos por un momento.

—Listo, ya puedes abrir.

—¿Y ya? —pregunté un poco incrédula.

—¿Qué esperabas? —preguntó confundido.

No sé. Tal vez chispitas y destellos o algo por el estilo, pero bueno al parecer no era así. Ahora sí, tomé el pomo de la puerta y lo giré. El pestillo sonó y entonces entré.

La habitación estaba oscura, era muy grande pero a pesar de todo sólo había una cama de cuatro postes, una pequeña mesa y un sillón. Cuatro velas estaban iluminando tenuemente y aún asi Lena parecía no tener dificultad alguna para leer el libro en el que estaba pérdida. Entramos y parecía que ella no notaba nuestra presencia.

Cedric se posicionó a mi lado y puso un brazo frente a mí. No necesitaba tu protección amigo.

—Vaya, vaya, tenemos visitas —alzó la vista y nos miró fijamente.

No podía contemplar su expresión del todo pues la oscuridad no ayudaba mucho, pero sabía que Lena estaba que se la llevaba el diablo. Se levantó y dejó el libro en la mesa.

—¿Ahora son buenos amigos? —preguntó al ver a Cedric a mi lado—,  ¿después de que casi te rompe el cuello?

—Tenemos que hablar —dije firmemente.

—Tú y yo no tenemos nada de que hablar —contestó—, mejor lárgate porque sinceramente no estoy de humor para soportar sus niñerias y berrinches.

—Alexia es mejor irnos —Cedric tomó mi mano pero lo solté.

No podía irme. De una manera u otra yo tenía que ayudarla aunque eso implicara una muerte segura para ambas.

—Como siempre Darín, eres tan molesto —Lena tronó los dedos y Cedric cayó al suelo como un costal de papas.

Darín. Poco recordaba los segundos nombres de todos aquí. Me incliné hacia él. Respiraba, bueno, al menos no lo había matado.

—Su simple presencia me molesta así que, mejor que se quede así por un momento.

Fue cuando consideré la posibilidad de escaparme de ahí y dejar a Cedric. Lena ya me había molido a palos y no tenía ganas de que lo hiciera de nuevo.

—Sólo quiero hablar —mi voz apenas fue un susurro.

—Sí claro, lo mismo dijeron hace unas horas —se acercó más a mí y pude ver a qué se refería.

Tenía el ojo morado y el labio muy inflamado. Un gran corte se extendía por su frente. Mierda. ¿Quién pudo hacerlo? ¿Adrián? No sería la primera vez.

—Tranquila, no fue tu querido padre, si es lo que estás pensando —dijo como si leyera mi mente—, fueron unos malditos guardias. Se la pasaron muy bien.

—¿Estás bien? —que pregunta más idiota.

—¡Claro, estoy de maravilla! —respondió sarcástica—, me han dado el mejor trato, digno de la realeza.

Se sentó de nuevo e hizo un gesto de dolor. Llevó su mano a una de sus costillas, se les había pasado un poco la mano. Analicé la habitación tratando de encontrar algo que ella pudiera usar para atacarme pero al parecer no había peligro.

—Quiero, bueno, no sé ni por dónde empezar.

—Tal vez por el principio, y es mejor que te apresures.

No sabía cómo decirle o mejor dicho,  convencerla de olvidar todo lo que había pasado por el asunto de Robert.
Peter se había salido con la suya y ahora estaba afuera, culpando a Lena de la muerte de Halina. Otro punto menos a mi favor. Adrián tenía razón. No hubo nadie más con nosotros y mis únicas alternativas estaban muertas ahora. Pero pasando a otro asunto. Lena podía ayudarme a entender el por qué del interés que Adrian tenía en Halina.

—Siento mucho lo de Halina —dijo en voz baja—, quisiera haber hecho algo.

—Yo igual —admití—, Lena, tú pasaste más tiempo aquí, ¿qué ocurría con Halina?

—Creí que recordabas todo— replicó.

No pararía con eso.

—A medias, es como si hubiera tomado unas largas vacaciones.

Dio un gran suspiro y se acomodó con cuidado.

—Es lógico que después de que tú te fueras Adrián necesitara un remplazo —dijo con calma—, es decir, eras el modelo perfecto de hija, y todos lo sabían. Katrina ha tenido suerte en concebir hijos dotados. La desaparecida, el guerrero, la bendecida y la brujita.

—¿Por qué dices eso?

El que nos llamara asi me irritaba. En especial a Halina. Pero, un momento.
Uno, dos, tres... Cuatro. ¿Cuatro hijos?

—Lo estás pensando ¿verdad? —se burló—, son cuatro hijos, no tres. Me alegra saber que tu cerebro aún funciona para las matemáticas.

—¿De qué rayos hablas?

—Hablo de la princesa pérdida, la auténtica heredera.

Eso era imposible. Peter se casaría, había escuchado eso. La heredera era yo.

—Y no linda, no eres tú, hablo de la primera hija de Adrián y Katrina, Eleanor Katherine Vasilith.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now