"CAPITULO 21"

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Entré a la pequeña habitación y ahí estaba Lena, dormía tan placenteramente que nadie hubiera pensado que estuvo a punto de morir. Tomé la silla que estaba en la esquina del cuarto y la acerqué a la cama, me senté ahí y la observé durante un breve momento. Tomé su mano, estaba fría, esperaba que abriera los ojos y me dijera algo por estar aquí de sentimentalista pero no lo hizo.

—Se supone que a la que le pase todo este tipo de cosas es a mí, Lenn —dije en voz baja—, necesito que despiertes  pronto. Robert estuvo aquí y gracias a él estás bien —algo como una risa salió de mi garganta, pero quería evitar llorar—, tu madre casi quiso matarlo, pero bueno ya sabes cómo es ella, y mi padre la calmó. Necesito que despiertes, no quiero irme sin despedirme de ti.

Así es, me iría con Emma, de una u otra forma todo esto era culpa mía. Esta vez había sido Lena y a pesar de que yo podía parar esto de una buena vez, no quería arriesgarme a que la próxima víctima fuera Daniel, Janine o las gemelas.

Me recargué un momento de su brazo sin soltar su mano. Me sentía totalmente cansada, ya me iría cuando Lucinda o Anthony llegaran.

...

El gran prado se extendía ante nosotros. Mi primo me llevaba de la mano. Me encantaban este tipo de paseos y más cuando sólo me traía a mí con él, solo yo sabía su secreto. Así que en estas ocasiones, me libraba de los regaños de padre y de todo lo demás.

—¿Qué pasa, linda?

—¿Amas a Eleanor? —pregunté.

Él me sonrió con sus bonitos dientes blancos, me tomó entre sus brazos y caminó conmigo.

—Claro que si, ¿por qué lo dices?

—Porque padre se enoja cada vez que hablas de ella.

Era verdad. Se molestaba mucho y era como cuando se enojaba conmigo. Se volvía alguien malo.

—No te preocupes, muy pronto ella y yo estaremos juntos por siempre y nadie nos detendrá esta vez.

Seguimos nuestro camino y una mancha se acercó muy rápido. Era Leny. Bob me bajó al suelo rápidamente y me puso tras de él.

—¡Nos encontraron! —gritó Leny—, ¡vete, vete antes de que nos encuentren juntos!

—Vicky, vete ya sabes el camino, corre.

Me alejé de ahí lo más rápido que pude, no sin antes ver como se llevaban a Leny y a Bob. Corrí muy rápido y sabía que yo era mala, igual que papá. Esto era mi culpa.

...

—¿Alex?

Me desperté de un salto y vi a Lucinda inclinada mirándome un tanto confundida.

—Lo siento, me quedé dormida.

Me levanté de la silla y miré a la ventana, ya era de día, y vaya que había un glorioso cielo azul. Genial.

—¿Qué hora es? —pregunté un poco desorientada.

—Pasa de las ocho de la mañana —me sonrió—, cuando vine ya estabas dormida, no quise incomodarte. Daniel te espera afuera.

—Gracias, yo, bueno espero que despierte pronto.

—John dice que tal vez en el transcurso del día o hasta mañana —miró a Lena preocupada—, está muy débil a pesar de la sangre de ese tipo.

Se refería a Robert. No dije nada al respecto. Era lo mejor.

—De acuerdo, supongo que vendré en la noche.

—Hoy iré a tu casa, linda —dijo antes de que saliera—, así que te veré en unas horas.

Se sentó en la silla donde yo había estado hacia unos minutos y no dijo nada más.

...

Después de darme un largo baño, caí rendida en mi suave cama. Me sentía fatigada y muy cansada. Repasé mentalmente el mega discurso que le diría a Daniel para justificar que me iría con Emma a Londres. Me dolía dejarlos, eso era cierto, después de todo ellos seguian preocupados por mí.

Estuve acostada y realmente no pude dormir nada, por más que traté no pude conseguirlo. Era momento de hablar con Daniel. Bajé las escaleras y no había nadie. Tal vez estaban durmiendo. Me asomé a la ventana y el auto no estaba. O tal vez se habían largado y no me avisaron. 

—¿Papá? —lo llamé.

¡Estoy en la cocina!

Bueno él sí estaba aquí. Perfecto. Me preguntaba si no debí haber traído mi caja de pañuelos pues esto se pondría un tanto emocional e incómodo. Estaba tomando jugo de naranja y sonrió al verme.

—Creí que estarías dormida.

—No puedo, ya sabes, son las tres de la tarde.

—Sí, ¿quieres comer algo? —preguntó—, Nina dejó preparado, algo así como enchiladas, no entendí bien.

—No, no tengo apetito, tal vez más tarde, por cierto, ¿a dónde fueron?

—Llevaron a las niñas a una caminata, y decidieron ir todas.

—Bien —no sabía ni cómo empezar—.  Papá necesito hablar contigo acerca de un asunto importante.

De repente se quedó serio. Ahora no sabía si era correcto decirle algo, tal vez debía esperar a Emma y que ella me ayudara. Saqué un vaso y tomé la botella de jugo. Me serví casi todo lo que quedaba y lo bebí de un solo trago. Daniel se recargó de la barra y me miró fijamente.

—Y bien, ¿cuándo te irás?

¿Qué?

—Espera —interrumpí—, lo sabes.

No era una pregunta era una afirmación.

—Emma me lo dijo en el momento en que pisó esta casa, linda, sólo esperaba que tú ya lo supieras también.

—Papá, lo pensé mucho anoche y hoy, con todo lo que ha pasado, tengo la sensación de que tal vez, solo tal vez, esto esté pasando por mí.

Daniel frunció el ceño y se acercó más a mí.

—¿Por qué lo dices?

—Corine habló conmigo y me contó lo que piensas de Peter.

—Es la verdad —su tono era muy serio—, no le tengo la más mínima confianza y en estos momentos apoyo lo que Corine me dijo hace tiempo.

—Entonces, ¿crees que él esta relacionado conmigo?

—No lo creo, estoy totalmente seguro.

La mirada dura de Daniel me dejó en claro que si él averiguaba la verdad sobre Peter no se dejaría vencer tan pronto. No permitiría que me alejaran de su lado.

—Así que sí tú estas de acuerdo, puedes irte a Londres la semana entrante ¿Qué dices?

—Yo... —dudé durante una fracción de segundo—, lo haré.

No hay vuelta atrás, tonta.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora