"CAPÍTULO 45"

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—¿Sorprendida? —Lena se burló—, creí que en el hermoso tiempo de calidad que compartiste con tus padres ya te habías enterado.

Katrina sólo me había contado la mitad de su patética historia y entonces comencé a sacar conclusiones. Pero no era claro y lo más confuso, ¿qué tenía que ver Lena en esto? En ese momento ella estaba aquí por una razón o bueno quizá varias; una, ser una traidora que casi me mató; dos, tratar de sacarme de aquí, de nuevo. Y la última, la muerte de mi hermana. Algo por lo cual Peter tendría que pagar, no ella.

—Cuéntame lo que sabes —dije sin pensar.

—¿Y que tendré a cambio?, es demasiada información y muy valiosa, como para darla gratis.

¿Qué rayos quería que le diera? No podía garantizarle sacarla de aquí, porque no sabía cómo. Aunque podía intentarlo.

—Te sacaré de aqui.

Entrecerró los ojos y asintió levemente.

—Aunque sé que no es verdad lo que prometes, te daré un resumen general del asunto —parecía resignada—. Supongo que estás enterada de la linda relación que mi madre y Adrián tuvieron, cómo acabó todo, y bla, bla, bla.

"Adrián ama a tu madre, de eso estoy segura, aunque sea un amor un tanto torcido —sonrió irónicamente—. Ella lo aceptó a pesar de que él no la quería en un principio pero como buena esposa, le dio lo que él más anhelaba: hijos sanos, fuertes y con habilidades fascinantes: Peter un excelente guerrero, muy dedicado, todo un hombre lleno de valor. Victoria, bendecida al nacer por la diosa del fuego y dotada con el control total del mismo. Y Halina una excelente conocedora de almas, una magnífica vidente.

Mierda. Eso era. Por ello Halina había actuado de manera tan extraña cerca de mí. Ella sabía lo que estaba pasando y no sólo conmigo, con todos los demás también. Tal vez no era bueno pensarlo pero por una parte, era mejor que Halina estuviera muerta, pudo abrir la boca y ocasionar muchisimos problemas.

—Es por eso que Adrián la tenía cerca todo el tiempo —Lena continuo—, Halina evitó muchas cosas, como ataques al reino y a todos en el, nadie podía mentirle a la pequeña brujita.

—Peter la mató por eso.

—Error, él queria matarme y ella se metió, fue su culpa si lo ves desde esa manera.

—Pero era una niña y...

—Una niña muy entrometida —interrumpió—, y debes saber que si Peter no la mataba, alguien más lo haría, no somos los únicos en contra de tu familia, consideralo como muerte piadosa.

Ya lo tenía entendido. Ahora esperaba que me contara la verdadera razón de este desastre. En este maldito lugar cada uno tenía su versión de los hechos, pero ninguno convincente o al menos no para mí.

—¿Y la otra?

—Oh, te refieres a Eleanor —suspiró—. Bueno la historia de ella es un drama total. Al casarse con Adrián, Katrina ya estaba embarazada y la bebé nació tal vez, seis meses después pero el mismo día de su nacimiento, desapareció, nadie la vio, solo Adrián por unos cuantos minutos.

—¿Cómo pudo desaparecer asi? —dije sin creerlo—, alguien tuvo que notarlo.

Dios mío. Este lugar estaba lleno de gente que se la pasaba vigilando, había guardias en todos lados, fue un milagro que no me mataran el día que aparecí en la puerta.

—Se dice que la partera se la llevó, y hubo una sospechosa principal, no creo que te cueste saber de quién hablo.

Lucinda.

—Mi pobre e inocente madre, ella se casó con Iván casi de inmediato. Ya era una vergüenza para su reino después de su escándalo con Adrián y necesitaban control en la familia. Para variar ella y Katrina se embarazaron casi al mismo tiempo, quizá mi madre lo hizo uno o dos meses antes.

Rayos. Haber estado tanto tiempo lejos me hizo perder la nocion del tiempo en cuanto a Lena y todo este lugar. En Ravenville se hacía pasar por una adolescente de diecisiete años pero la verdad es que ya era una mujer madura.

—Logras engañar a cualquiera con un poco de esfuerzo y magia —admiti—,  veintiséis años no se ocultan tan fácil.

—Lo sé, es sorprendente lo que un hechizo puede hacer —sonrió orgullosa—, como sea, el embarazo de mi madre fue delicado, ella se fue al campo a descansar y justo después desaparece la hija de Katrina.

Era demasiada coincidencia y además Eleanor...

—¿La niña se llamaba Eleanor? —pregunté estúpidamente.

—Mi madre era muy despiadada —rió como si fuera muy gracioso—, y me nombró igual que a esa bebé, pero creeme, no pretendas ni siquiera pensar que soy...

—¿Cómo lo sabes? —la interrumpí—, yo no estaría tan segura.

La actitud de Lena me hacía creer que ni ella estaba tan segura de eso. Ella tambien tenía dudas y era lo más lógico. Eran demasiadas cosas y la venganza de Lucinda no tenía límites. Lo sabía.

—Mi padre es Iván Tornander —su tono se volvió más serio—, crecí en paz y armonía con ellos a pesar de la actitud de mi madre. Siento mucho lo que pasó con esa bebé pero mi madre no hizo nada. Tus padres la acusaron sin razón y jamás consiguieron nada.

—¿Entonces por qué la ayudaste?

—¡Adrián tenía que pagar lo que me hizo! —por un momento creí que se lanzaría sobre mí—. Durante mi entrenamiento me indicaron no sentir nada y eso hice, hasta que Robert llegó  —su voz comenzó a quebrarse—, él me hizo ver todo de manera diferente, ¡y Adrián me lo quitó todo!, tenía que hacerlo pagar, tenía que sentir un mínimo de sufrimiento, aunque conociendolo, sé que le importó una mierda que desaparecieras.

Se levantó del sillon y lanzó la mesa. Las velas no se apagaron, pero tampoco provocaron un incendio.

—Ya no me importa si fuiste tú o Peter o Cedric, ya me quitaron todo lo que quería, mi madre está muerta, maté a mi hermano y probablemente mi padre me desterrará de la familia, ya no me queda nada. No puede herirme más.

No pude decir nada al respecto. Lena de verdad estaba sufriendo y todos la veían como la villana de la historia. Y sí lo era, pero en una pequeña parte, muy dentro de ella tenía un lado bueno y había que sacarlo a relucir.

—Ya vete —tronó los dedos de nuevo.
Cedric se quejó en voz baja. Fui hacia él y me miró sorprendido.

—¿Qué carajos paso? —preguntó.

—Vámonos —lo ayudé a levantarse y abrí la puerta.

—Los veré mañana en primera fila —dijo Lena antes de que salieramos.

Cerré la puerta y me recargué de ella. ¿Qué rayos iba a hacer ahora?

—Apártate —Cedric me hizo a un lado y tomó el pomo de la puerta—, no deben saber que venimos.

—¿Qué quizo decir con eso de mañana? —pregunté mientras caminamos por el pasillo.

—Creí que ya lo sabías.

—¡Qué mas no sé! —ya me tenían harta todos sabían más cosas que yo.

—Ejecutarán a Helena mañana.

"El Elemento Perdido #1: Fuego" ⚠️Disponible Hasta El 31 De Diciembre⚠️Where stories live. Discover now