Capítulo 5

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Desperte apagando la alarma y solo me quedé en la cama por algunos minutos antes ponerme de pie por completo e ir hasta la ducha, después de darme un baño me vestí y termine de arreglarme para después bajar a tomar el desayuno. Mis dos hermanos estaban aquí, Gerardo y Mauricio.

-Buenos días- salude tomando asiento en mi lugar de siempre, ambos me miran y sonríen.

-hola- responden al mismo tiempo.

Miro el lado vacío de mi padre para después llevar mi mirada hasta mi hermano mayor.

-¿papá no desayunara?- pregunte dirigiéndome a él quien niega lentamente.

-no- responde- al parecer desde temprano se fue a la oficina, eso fue lo que dijo nana- finaliza y solo asiento.

-que raro- solté con sarcasmo ganándome una pequeña mirada de su parte, no podía negarlo, él sabía que todo esto era cierto, su trabajo era ahora su prioridad.

Desde que mi mamá murió mi padre ya casi nunca estaba con nosotros, entiendo, sé que seguramente no es fácil perder al amor de tu vida pero creo que era necesario que mi papá entendiera que estamos nosotros, lo necesitamos, él no fue el único en perder, posiblemente él perdió al amor de su vida y nosotros perdimos a nuestra madre aunque al parecer también a nuestro padre.

Terminando de desayunar me despedí de mis hermanos y de mi nana, iba camino al instituto llegue y aparque mi auto en un lugar disponible, me adentre a tomar mis clases pero por alguna extraña razón todos se encontraban en el gimnasio al parecer la directora diría algo importante y eso importante quizás es darnos la bienvenida o avisos, ya no me extrañaba; llegue a el gimnasio en donde encontré a Mia para caminar hasta ella.

-hola- salude dándole un pequeño abrazo.

-hola- responde de la misma manera.

-¿sabes que hacemos aquí?- pregunte mirando a mi alrededor al mismo tiempo que tomaba asiento a su lado.

-no- responde- ¿tú sabes?- negué aunque sabía que ambas teníamos una idea.

-tampoco- respondí.

El gimnasio que a este punto ya se encontraba repleto de alumnos estaba lleno de ruido también, todo ese ruido comenzó a bajar su intensidad al momento en que aquella mujer que dirige esta institución entró por la puerta del gimnasio con su característico porte haciendo que con su sola presencia más de uno se callara.

-buenos días- saluda a través del micrófono que se encuentra en el lugar donde ella queda a la vista de todos- se han de preguntar para que los reuní a todos aquí y lo que tengo que decirles es acerca de la fiesta de bienvenida que como ya saben se realiza cada año- todos comienzan a sonreír- este año se realizará aquí en las instalaciones de la escuela- se escucharon lamentos en la sala ya que cada año era en un lugar fuera- silencio jóvenes- pidió aquella mujer - también quiero comentarles que el día de mañana habrá un partido de fútbol contra otro instituto, así que solicito al capitán del equipo- hablo mirando a todo el cuerpo estudiantil en busca de aquel chico hasta que da finalmente con él- Rodrigo- menciona su nombre- pasa al frente por favor.

Dicho eso Rodrigo se puso de pie y camino hacia donde le habían indicado quedando junto a aquella señora.

-como saben, en este instituto uno de nuestros mayores logros es que contamos con uno de los mejores equipos de fútbol en cuanto a las escuelas rivales se refiere, espero que esté año no sea la excepción y también logremos llevarnos esa esperada victoria- habla mirando al castaño quien asiente.

-por supuesto directora cuente con eso.

-confió en usted y en el equipo de fútbol- sonríe y vuelve a mirarnos- alumnos, el partido se llevará a cabo el día de mañana,  claro, en este su instituto así que espero y todos estén ahí apoyando a su equipo ¿entendido, jóvenes?- sería un placer.

Se escucharon asentimientos en toda la sala.

-pueden retirarse a su salón de clases, que tengan un buen día, una estupenda semana y un excelente inicio de ciclo escolar, alumnos de último año recuerden que este año debe de ser el mejor para ustedes, el siguiente paso es la universidad, no se den por vencidos- dicho eso el gimnasio poco a poco se fue quedando vacío.

Las primeras clases pasaron rápido, ahora estaba con Mia en la cafetería, estaba copiando algunos apuntes mientras ella comía una manzana.

-oye- llama mi atención, levanto mi cabeza y la miro- ¿quién crees que gane mañana?- pregunta ella con una ceja elevada.

-obviamente nosotros- respondo de inmediato- hasta la pregunta ofende- suelto riendo y a los segundos ella ríe también.

Nos quedamos en silencio de nuevo y simplemente continúo en lo que estaba haciendo pero ella vuelve a llamar mi atención.

-¿vamos a ver a los chicos entrenar?- pregunto ella con cara divertida pero al mismo tiempo llena de picardía.

Río ante su expresión.

-tú lo que quieres es ver a Ricardo- suelto burlona y sus mejillas se tiñen de rojo.

-no, no, no- suelta- bueno sí- sonrío- vamos- insiste de nuevo- además, así puedes tú también ver a Rodrigo- mueve sus cejas de arriba a abajo.

Que propuesta.

-suena bien, vamos- respondo mientras nos ponemos de pie y salimos de la cafetería.

Llegamos hasta el campo donde ya se encontraba el quipo entrenando, nos sentamos en unas gradas disponibles y fingimos que hablábamos, bueno, al menos yo sí lo hacia porque la mayor parte de tiempo Mia sólo observaba a Ricardo dejándome hablando sola.

Solo ruedo mis ojos mientras comienzo a ver mi celular y ella mira a aquel tipo que tanto le gusta, después de algunos minutos más mis ojos miran a la chica que entra al campo, sigo cada uno de sus movimientos hasta que finalmente se lanza al chico castaño y de ojos color miel para besarlo, Rodrigo y Natalia se besan.

Solo tomo mis cosas y me voy de aquí.

¿Él y yo?Where stories live. Discover now