Capítulo 45

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Mía tenía razón, tenía que hablar con Rodrigo sobre su pequeña insistencia al decir que me lastimó, entiendo que se preocupa por mí pero creo que es realmente demasiada preocupación y no me gusta verlo así. Tengo miedo de lo que él pueda decir, miedo de que sea algo de su pasado, algo que simplemente le hizo daño, sé que no será fácil convencerlo de que hable y me diga que esta pasando pero esto me empieza a preocupar un poco.

El timbre sonó indicando que el descanso terminaba y ahora nos dirigíamos al laboratorio de química. Aquí generalmente nos tocaba compartir asiento con una pareja y cuando nos asignaron me toco con Rodrigo así que espero que pueda sacarle un poco de información. Llegue al laboratorio junto a Mía y nos colocamos en nuestros asientos, mientras yo esperaba que Rodrigo llegará empecé a sacar mis cosas sobre la materia. Alguien se sentó en el asiento de a lado y sin dudarlo me dirigí a él

-tenemos que...- me calle en cuanto vi que la persona que estaba ahí no era Rodrigo

-¿qué tenemos que hacer?- preguntó Jesús con una media sonrisa ladeada

-perdón, pensé que eras alguien más- dije volteando al frente

-me entere que Rodrigo no llegará, tiene permiso de faltar al igual que todo el equipo de fútbol- dijo recargandose en el respaldo de la silla

-umh, gracias por el aviso- dije sin verlo aunque podía sentir la mirada de él- ya puedes irte

-creo que eso no será posible, el profesor dijo que estaba bien si tomaba este asiento por hoy

Volteé a verlo sin ninguna expresión

-entonces si vas a estar aquí has el favor de callarte

La clase había comenzado hace alrededor de veinte minutos y seguía sintiendo su mirada en mí. Esto era incómodo y más cuando tienes presente la persona que es, trate de no darle importancia; el maestro explicó la actividad y paso a cada lugar revisando que todo estuviera en orden. Me concentre en el ejercicio y solo en eso pero una mano en mi barbilla me volteo, era él

-eres realmente hermosa- me quede estática no sabía que es lo que planeaba- no entiendo que haces con Rodrigo cuando podrías estar conmigo Sofía

-Jesús déjame trabajar por favor

-simplemente no lo entiendo, trato de hacerlo pero no puedo. Yo, yo te amo, te quiero, te necesito a mi lado. Puedo ser mejor que él solo dame una oportunidad

-no me amas, ¿qué es lo que quieres? Esto no es divertido, deberías dejar de decir tanta idiotez

-te quiero a ti, te necesito a ti. ¿qué tengo que hacer para que me des una oportunidad? Sé lo que te digo nena, no te arrepentirás

-no te daré ninguna oportunidad, ni hoy ni nunca. Amo a Rodrigo y debes de entender eso

Un golpe en la mesa me sobresalto, provenía de él, su puño estaba sobre esta y sus nudillos estaban un poco rojos. Me di cuenta de que no fui la única que lo escucho, todo el salón estaba en total silencio

-¿todo bien por allá?- preguntó el maestro

-te vas arrepentir- dijo él en voz baja y su mirada era totalmente amenazante

Tome mis cosas y me dirigí a la puerta pero antes de salir me voltee a él

-déjame en paz. Estas mal, estás obsesionado y no puedes amenazar a las personas solo por no darte gusto- dije y después salí sin saber a donde dirigirme. Estaba demasiado exaltada y eso en experiencias anteriores no había resultado bien. Fui a mi casillero y deje los libros que no necesitaba y después me dirigí al baño, entre y me dirigí al lavamanos en donde me quede un buen rato procesando lo que acababa de pasar, me encontraba realmente nerviosa y me sentía demasiado débil, estaba segura de que un ataque de nervios era lo que me pasaría si no lograba tranquilizarme y este no era ni el lugar ni el momento para eso, sentía que apenas podía moverme y mi respiración se iba haciendo cada vez más agitada, empecé a caminar hacia la puerta que daba al pasillo y al salir choque con alguien

-pe... pe... perdón- dije tratando de controlar mi respiración

-¿Sofía?- escuche decir a alguien pero no logre reconocer su voz, seguí caminando a la puerta de salida, tenía que tomar aire, mis pies parecían estar dormidos y sentía un cosquilleo pero aún así seguí caminando, me recargue en un casillero que estaba ahí y me recargue en mis rodillas tratando de inhalar y exhalar lentamente, recuerdo que cuando era chica mi madre me decía que así podría controlar mi respiración. Así empecé pero parecía no funcionar. Volteé hacia mí derecha y vi a unas personas caminar hacia mí, no lograba identificar sus rostros, se veían borrosos, sé que se acercaban hacia mí y lo que menos quería era llamar la atención así que sin pensarlo seguí caminando. Mis pies respondían lentamente y sentía que cada paso que daba era un paso de tortuga, quería llegar a mi carro, tenía que encontrar mis pastillas, joder, mi cuerpo no me ayudaba en mucho y mi respiración era más incontrolable. Llegue a la puerta y salí, baje las escaleras lentamente y después me dirigí al estacionamiento pero antes de dar un paso unos brazos me sujetaron por la cintura

-de... de... deja- trate de tranquilizarme- déjame

Trate de zafarme pero era demasiado fuerte y no podía ver su rostro ni nada a mi alrededor, todo se veía bastante borroso. Tome las manos de mi cintura y trate de separarlas pero estaba demasiado débil apenas y podía mantenerme de pie

-amor, está bien, soy yo- su voz era suave y se escuchaba preocupado- tienes que tranquilizarte

-no... no... no pue... do- cada vez sentía que me quedaba sin aire más rápido

-sí puedes, sé que puedes, ven conmigo

Me soltó de la cintura y me guió hasta los escalones que acababa de bajar me ayudó a sentarme en el último, mi mano se sostenía del barandal como si de eso dependiera mi vida, él estaba frente a mí, podía distinguir un poco el color de su cabello

-está bien amor, tienes que controlar tu respiración. Cuando yo te diga empezarás a hacer lo que te diga

Asentí con la cabeza

-inhala lento, retenlo un momento y después exhala de la misma manera. Vamos, hazlo

Empecé a hacer lo que decía, mi vista se mantenía hacia abajo y hacia lo que él me pedía, me pidió que repitiera lo mismo hasta que me fuera tranquilizando poco a poco y así fue, poco a poco el cosquilleo desapareció, el control sobre mi cuerpo era más cada vez más lo borroso en mi vista se fue quitando hasta que todo estaba totalmente claro, mi respiración se fue normalizando más hasta que la pude controlar por mi misma. Todo estaba bien de nuevo pero mi vista seguía clavada en el suelo, de alguna manera no quería ver a la persona que estaba frente a mí

-¿mejor?- preguntó alguien a mis espaldas creo que era Eduardo

-así parece- contesto Rodrigo- oye, todo está bien, ya paso, lograste superarlo

Sé que se dirigía a mí pero simplemente no podía verlo y no sé porqué, tal vez por lo que dijo Jesús, tenía miedo de su amenaza. Una puerta se abrió detrás mio y alguien hablo

-ten Rod, es lo que conseguí- escuche el envase de una botella, tal vez era agua

-gracias Ricardo- dijo él

-¿cómo está?

No hubo respuesta por parte de Rodrigo y sentía su mirada en mí

-mejor los dejamos para que hablen- dijo Ricardo y después la misma puerta se escucho cerrarse

Hubo unos minutos de silencio hasta que él hablo

-¿me dirás que paso?- no dije nada así que continuo- sé que paso algo Sofía, te dio taquicardia y no te da por cualquier cosa, estabas exaltada, ¿qué paso?

No podía, no podía mirarlo y decirle las cosas, decirle lo que paso con Jesús y lo que dijo. No tenía el valor de hablar. Tomo mi barbilla y me obligó a verlo a la cara, pensé que me volvería a preguntar pero en vez de eso lo que hizo fue besarme.

¿Él y yo?Where stories live. Discover now