¿Él y yo?

capítulo 49

PV Sofía

Después de dejar a Daniela y Gerardo juntos me adentre al instituto, antes de entrar al salón me dirigí a mi casillero de donde saque una chaqueta negra, camine hasta los baños y me la puse arreglando un poco mi peinado y mi ropa; en ese instante el timbre sonó indicando que las clases iniciaban así que salí de aquel lugar para empezar a caminar hasta el aula en donde tomaría mi primer clase, durante el trayecto le envié un mensaje a Gerardo en donde le decía que me diera todos los detalles de lo que había pasado a lo que contesto inmediatamente que iría a la casa de mi padre después de que yo saliera del instituto. Llegue al salón y el maestro ya estaba escribiendo el tema en la pizarra por lo cual solo esperaba que me dejara entrar y así lo hizo, después de tomar mi asiento empecé a tomar notas dejando de un lado todos lo problemas que tenía en mente últimamente. Las primeras clases pasaron demasiado lento, a mí parecer, así que solo me la pasaba viendo al reloj que estaba colgado en la pared del salón hasta que esté indicó la hora del descanso, un descanso que ya esperaba demasiado. 

Guarde mis cosas y espere a las chicas Mía y yo no habíamos hablado después de la llamada y de todo lo que dijo, no entiendo porque parecía estar molesta conmigo y después estaba casi acusándome de algo de lo cual no tenía idea, estábamos caminando hacia la cafetería para tomar nuestro almuerzo, Daniela iba muy concentrada en su teléfono, Raquel iba leyendo un libro para un trabajo y Mía y yo no hablábamos, así que todo esto estaba muy tenso. Tomamos nuestras charolas y nos sentamos en una mesa disponible, a lo lejos alcance a ver a Rodrigo, estaba sentado con sus amigos de siempre y parecían tener una divertida conversación, bueno, al menos ellos estaban hablando; termine de comer y simplemente revise mi celular, hoy todo parecía estar muy aburrido, parecían de esos típicos días en donde todo se pinta de color gris y la lluvia no deja de caer, la diferencia a mi realidad es que el día estaba más soleado que nublado así que descartemos la idea. Me levante con mi charola ya había terminado e iba a tirar la basura, la mesa de Rodrigo estaba muy cerca así que en mi mente debatía la idea de ir con él y hablar o seguir el camino hasta mi mesa. El orgullo siempre había sido una gran característica mía, nunca hablaba hasta que la otra persona lo hiciera primero pero con él era diferente, la necesidad de abrazarlo y besarlo eran más grandes que el orgullo que pudiera sentir en este momento así que solo suspiré y tome el valor de caminar hasta su mesa. Llegue y lo que hice fue tocarle el hombro a lo que el volteo y se puso de pie inmediatamente.

-¿podemos hablar?- fue lo único que salió de mi boca, no sabía que más podía decir

Él asintió y empecé a caminar hacia el estacionamiento a lo cual él me siguió; me senté en un una pequeña barda que estaba ahí y él sólo se recargo en ella. Ambos estábamos en silencio, él veía hacia frente perdido entre algún punto y yo simplemente veía mis pies mientras los movía impacientemente, se supone que la primera persona en hablar sería yo ya que fui yo quien lo busco a él pero las palabras no salían, no sabía con qué empezar. Después de unos minutos de silencio y de pensar decidí hablar.

-Lo siento- empecé y pude sentir su mirada ahora en mí- mi actitud no fue la correcta, creo que en vez de ignorarte tuvimos que haber hablado y arreglar las cosas. Lamento haber sido tan infantil.

Guarde silencio de nuevo, mi mirada seguía clavada en mis pies que seguían moviéndose. Habían pasado unos minutos y él no decía nada, creo que no lo haría, así que me baje de la barda y sacudí un poco mi pantalón

-creo que volveré adentro, solo quería que supieras que lo siento- dije viéndolo ahora a él

-yo también lo siento- hablo cuando estaba a punto de darme la vuelta para irme- lo que te dije no estuvo bien, por muy enojado que pudiera estar no tenía porque decir eso y mucho menos dejarte sola cuando me necesitabas.