Capítulo 59

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Aún estaba con Camila mientras seguíamos hablando de alguno que otro tema, hasta que mi celular sonó, era un mensaje que abrí inmediatamente.

Mis ojos se cristalizaron mientras no sabía si el enojo o la tristeza se apoderaba de mí.

-¿todo está bien?- hablo Camila.

Volteé a verla mientras trataba de hablar pero no podía. Ella arrebató mi celular y vio la foto que me habían enviado.

-¿quién es él?- preguntó.

-Rodrigo- dije mientras me ponía de pie, estaba temblando completamente, de pies a cabeza.

-¿A dónde vas?- pregunto imitando mi acción.

-tengo que comprobar que eso no es cierto- dije dejando un par de billetes en la mesa y comenzando a caminar hacia la salida.

Salí de aquel lugar y me dirigí a mi auto mientras abría la puerta y subía, escuche como abrían la puerta del copiloto y alguien subía, era Camila.

-no puedes manejar así, estás muy alterada- habló mientras yo trataba de insertar la llave para encender el auto pero mis manos temblorosas no me dejaban.

Alguien golpeó mi ventanilla sobresaltandome, era él, Javier, abrió mi puerta.

-yo conduzco- habló.

-no te voy a involucrar en esto, no quiero problemas con nadie- hablé como pude.

-no me estás involucrando yo me estoy ofreciendo- dijo firmemente- ahora mueve tu lindo trasero para otro lado.

Me quedé ahí sin saber que hacer, baje la mirada a mis manos y acepte que así no podría manejar, así que me pase rápidamente para los asientos de atrás, él subió y encendió el auto, le di la dirección de aquel lugar en donde estaban mis amigos mientras trataba de llamarlos pero ninguno contestaba. Volvía a ver aquella foto tratando de buscar una señal o algo que me tranquilizara, que demostrará que aquel chico no era Rodrigo pero nada parecía estar a mi favor.

-puedes ir más rápido por favor- hablé refiriéndome a Javier el cual sólo me vio por el retrovisor mientras aceleraba.

Llegamos a aquel lugar, el estacionamiento estaba lleno de autos.

-esperenme aquí- ordene mientras Javier se estacionaba cerca de aquella discoteca, me baje y camine con cierta rapidez hasta la entrada, la foto no parecía ser tomada dentro del lugar sino en otro muy diferente así que me quedé afuera tratando de buscar el posible sitio hasta que vi unas escaleras que iban a una parte arriba pero apartada de la discoteca, las comencé a subir. Listo, estaba arriba y mi celular comenzó a sonar, eran mensajes los que llegaban así que me detuve y comencé a leerlos, eran privados, del mismo remitente de la foto.

Muy bien perra.

Sigue caminando.

Estas cerca.

Eran sólo lo que algunos de ellos decían, ¿quién diablos era?¿qué quería? Deje pasar eso y seguí caminando mientras cruzaba los dedos y pedía mentalmente que no fuera cierto, que esa foto no fuera real.

Camine hasta llegar a una puerta y la abrí con la mano temblorosa, solté todo el aire que había retenido cuando no había nadie ahí, el alivio que sentía en ese momento era inexplicable así que me di la vuelta mientras cerraba la puerta y comenzaba a caminar de nuevo hacia las escaleras para salir de aquí cuando un nuevo mensaje llegó.

Aún no perra, ve hasta el fondo.

Me detuve mientras dudaba si seguir esas indicaciones o retirarme de ahí.

Vamos, hazlo.

Otro mensaje, ¿qué era esto?¿Pretty Little Liars?

Me di la vuelta y comencé a caminar hacia el final del pasillo hasta llegar a otra puerta, no se escuchaba nada, todo era total silencio sólo alcanzaba a resonar un poco la música de la discoteca que se encontraba en la parte de abajo, tome el pomo de la puerta y la abrí lo más rápido que pude.

Me quedé de pie ahí, sin saber que hacer, sólo viendo a la persona frente a mí, Rodrigo estaba ahí, amarrado en una silla su cara estaba llena de sangre y estaba incosciente, no sabía que hacer, se supone que en este momento tendría que correr hacia él y asegurarme de que esta bien pero mis pies no sé movían, mi vista se comenzó a cristalizar y justo cuando mi cuerpo reaccionó un mensaje llegó.

Ahora vete, déjalo y vete de ahí.

¿quién diablos era está persona?¿qué es lo que quiere? Me importaba una mierda lo que dijera, comencé a caminar adentrándome a esta habitación y me detuve en seco cuando vi la foto de mi hermano menor.

Supongo que este pequeño niño será el próximo, tú puedes ayudarlo, date la vuelta y lárgate de ahí.

Volteé a ver de nuevo a Rodrigo, estaba muy mal, y había mucha sangre, eso me preocupaba, pero aún así sabía que él estaría bien, me di la vuelta y cerré la puerta detrás de mi mientras limpiaba el pomo asegurándome de que no quedará rastro alguno. Comencé a caminar de vuelta a las escaleras mientras las bajaba, me detuve mientras tomaba mi celular y hacía una llamada.

-¿Policía? Quiero reportar anónimamente a un chico, parece que ha sido golpeado y se ve muy mal...- hablé mientras trataba de tranquilizarme, después de dar la dirección del lugar para que encontrarán a Rodrigo me apresure a ir con Javier y Camila que aún seguían en el auto.

-no hay nadie aquí- dije cerrando la puerta.

-¿estás segura?- preguntó Camila mientras me analizaba con la mirada.

-eso creo- dije mientras trataba de sonar convincente.

-¿eso crees?- preguntó de nuevo mientras elevaba una ceja.

-si lo hubiera encontrado como lo mostraba esa foto ya hubiera hecho algo- conteste, hice algo, mantener a salvo a mi hermano y asegurarme de que Rodrigo este bien.

-¿quieres que revise por segunda vez?- preguntó ahora Javier el cual se había mantenido callado desde que salimos de la cafetería.

-no quiero arruinarle la noche a nadie, creo que lo mejor es que nos vayamos, esa foto me ha alterado mucho- joder, quería llorar, no quería irme sin asegurarme que Rodrigo estuviera bien, que alguien se encargará de eso, pero no podía, no podia arriesgar a nadie.

Nadie dijo nada, Javier sólo encendió el auto y comenzó a conducir mientras sonaba la radio; dejamos a Camila en su casa y ahora sólo íbamos Javier y yo.

-te conozco muy bien, y sé que algo está mal- habló haciéndome sobresaltar un poco.

-¿por qué lo dices?- pregunté con la esperanza de que no sospechara de nada fuera de lo normal.

-no lo sé sólo hay algo que está mal.

El resto del camino fue en total silencio, después de dejar a Javier en su casa maneje yo hasta la mía, hasta que la visualice frente a mí. Estaba entrando mientras escuchaba voces en la sala.

-Sofía que bueno que llegaste- dijo mi papá mientras se ponía de pie.

-¿qué paso?- pregunté aunque ya suponía un poco de que se trataba.

-la madre de Rodrigo ha llamado, al parecer él está en el hospital- habló mientras se dirigía hacia mi- te llevaré al hospital.

Asentí mientras caminábamos de vuelta a la salida, estábamos esperando a Vanessa mientras yo subí a cambiarme por algo más cómodo. Íbamos en camino al hospital, mis manos volvían a temblar y la preocupación junto a los nervios se apoderaron de mí. Estábamos a punto de entrar a la sala de espera cuando un mensaje volvió a llegar.

Bien hecho capullo.

¿capullo? Leer eso me estremeció un poco y no justamente por la palabra sino por la persona que me llamaba así. Mi madre.

¿Él y yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora