Capítulo 61

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-¿qué es lo que sabe?- le pregunté volviendo hacia él.

-todo lo que contiene este sobre es lo que sé- habla y vuelve a ofrecermelo, termino aceptandolo- reviselo y cuando este lista busqueme.

Me entrega una tarjeta con su nombre y número.

Guardo todo en mi mochila y voy con mis amigos para ir a ver a mi chico.

°°°°°

Estamos en el hospital, me he adelantado ya que los chicos tienen que registrarse, llegó al piso en donde está la habitación de Rodrigo hasta que veo su puerta, la abro y me quedo simplemente ahí, él está dormido pero no está solo, la mujer que fue su primer amor está con él abrazandolo mientras duermen juntos. Cierro la puerta.

-Sofía ¿qué pasa?- escuchó a Daniela.

-yo, yo tengo que ir a la cafetería- digo y me voy de ahí.

Llegó a la cafetería y trato de despejar mi mente, sé que eso no era lo que parecía, sé que para eso hay una explicación pero simplemente no podía enfrentarlo ahora, pido un café y me quedo ahí hasta que lo termino, es momento de regresar. Me pongo de pie y tomó el elevador hasta el piso de Rodrigo.

Entro en la habitación y todos están ahí hablando y al mismo tiempo lo están revisando, aunque ahora es una doctora, no puedo ver su rostro pero reconozco su voz. Su mirada coincide con la mía y se queda mirándome al igual que yo a ella, estoy asombrada por la persona frente a mí.

-todo está en orden- habla- podrás irte por la mañana.

-gracias- contesta Rodrigo.

Comienza a caminar hacia la puerta, pasa por mi lado ignorandome completamente, esto no se quedará así, salgo detrás de ella.

-hola, estoy muy bien gracias- hablo y ella se detiene mientras voltea a verme.

-Sofía- habla.

-tía Cristina- contestó.

-mirate, estas tan grande y cambiada- habla.

-¿qué haces aquí?

-aquí trabajo.

-¿hace cuánto volviste?- pregunto.

-un año- contesta con simpleza.

-¿mi papá sabe?

-no le intereso- contesta- no encontré necesario decirle.

-es tu mellizo, tu otra mitad, tu hermano- hablo- claro que le importas.

-eso no dijo la última vez.

-acababa de perder a mi madre.

Ella se queda callada.

-como sea- hablé entendiendo- me alegro de verte y saber que estas bien, no te volveré a molestar.

Me doy vuelta y vuelvo a la habitación. Todos ahí siguen hablando, me uno a su conversación aunque aún no he hablado directamente con Rodrigo.

Mi celular comienza a sonar,es Gerardo.

-¿dónde estás?- es lo primero que pregunta al contestar.

-en el hospital- respondo- con Rodrigo.

-iré por ti- habla- necesito hablar contigo.

Su voz se escucha preocupada así que no hago más preguntas.

-esta bien.

Cuelga y vuelvo a unirme a la conversación con mis amigos.

Estoy afuera. Es un mensaje de Gerardo.

Me pongo de pie y salgo de la habitación, lo veo en el pasillo y me acerco a él, lo que hace es abrazarme fuertemente, eso me sorprende pero correspondo a su abrazo.

-¿esta todo bien?- pregunto en cuanto nos separamos.

-no- contesta- ¿podemos hablar en un lugar más privado?

Me quedo pensando unos segundos.

-¿la cafetería?- pregunto, ahora es él quien piensa.

-vamos a mi auto- no protestó y comenzamos a caminar hasta el estacionamiento. Llegamos a su auto y subimos.

-alguien me visitó esta mañana- habla después de unos minutos de silencio- y para ser sincero me ha dejado pensando mucho.

Saca un folder igual que el que me dieron.

-me dio esto- continúa- y tal parece que aquí hay cosas sobre mamá, cosas que pasaron antes y después del accidente.

Me quedo perpleja, no puedo creerlo.

-no lo he abierto- vuelve a hablar- porque tengo miedo de lo que pueda haber adentro, miedo de que todo el pasado resulte ser una mentira.

Me quedo callada, reaccionó y lo primero que hago es sacar el folder que también me dieron a mí, su rostro se asombra.

-esta tarde fue un señor a buscarme al Instituto- hablo- en un principio pensé que sólo era algo equis, hasta que insinuó que el accidente no había sido en realidad un accidente es por eso que tome esto- muevo el sobre- tampoco lo he abierto. Dijo que todo lo que sabía estaba aquí y que me había buscado porque hasta ahora todo estaba en orden.

-¿qué tenemos que hacer?- pregunta.

-si queremos respuestas- bajo mi mirada a ambos sobres- si queremos respuestas lo mejor es que comencemos por abrir esto.

Ambos nos miramos antes de abrir lo que tenemos en nuestras manos.

Todo me cae como un balde de agua fría, fotos, documentos, es lo que hay aquí. Fotos de mi madre desde diferentes puntos, como si hubiesen sido tomadas por alguien que la vigilaba, fotos de ambas el día del accidente, antes y después de montarnos al auto, fotos del accidente, del auto volteado, de la carretera e incluso del otro vehículo, no sólo eso, también hay fotos de nosotros, de cada uno de nosotros, hay fotos mías cuando estaba en el Instituto pasado, en el centro comercial o en las clases de natación que tomaba en ese entonces, fotos de Gerardo saliendo o entrando a la empresa, en la Universidad, entrando a su departamento o incluso a la casa de mis padres, fotos de Mauricio en la escuela, en el parque, en el centro comercial y por último fotos de mi padre, en la empresa, en la casa y en otros lugares que no lograba identificar. Hay documentos que hablan sobre el accidente, papeles donde se especifica lo que parece ser el análisis del auto y de la carretera aunque mis ojos no se concentran en eso sino en lo último que dice POSIBLE ACCIDENTE PROVOCADO

Mis ojos se llenan de lágrimas ante esas palabras escritas. Algo en el sobre llama mi atención, lo saco y es un celular, intento prenderlo y afortunadamente lo hace, tiene pegada una nota que dice mensajes.

Entro a los mensajes y trato de no tirarme a llorar, trato de buscar algo que indique que es una jodida broma, pero no lo hay, todo indica que lo que estoy viendo es real o al menos lo fue.

Mi madre también recibía mensajes anónimos. 

¿Él y yo?Where stories live. Discover now