Capítulo 62

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Siento mis mejillas húmedas y es que es imposible no llorar, mi mamá recibía mensajes aún más fuertes que los que yo llegue a recibir, amenazas de muerte no sólo hacia ella sino hacia todos en casa, ahora entiendo el cambio que hubo en ella por un tiempo, ella sólo quería protegernos.

Gerardo al igual que yo estaba llorando en su lugar mientras leía unos documentos, sus lágrimas se intensificaron cuando vio algo en el celular que contenía su sobre, su mano libre se convirtió en un puño, estaba enojado.

-no fue un accidente- habla con la voz rasposa.

-no lo fue- afirmó.

Ambos nos quedamos ahí sin decir ni hacer nada, simplemente tratando de asimilar lo que acabamos de descubrir.

-¿ahora qué?- pregunto después de lo que parece ser una eternidad- tenemos que hablar con papá.

-no- niega rápidamente- no podemos involucrar a nadie más.

Recordé lo que aquel hombre había dicho.

-¿entonces?- pregunté limpiando mis mejillas.

-tenemos que hablar con está persona- contesta- tiene que darnos más explicaciones.

Ambos sacamos una tarjeta, tiene el mismo nombre y número. Gerardo marca su número y lo pone en altavoz.

- ¿hola?- se escucha aquel hombre.

-soy Gerardo- contesta mi hermano- Gerardo Greenwood.

Aquel hombre guarda silencio por unos instantes y se escucha como mueve algunas cosas o camina.

-joven Greenwood- es aquel hombre de nuevo- pensé que no llamaría.

-no estoy solo- contesta- mi hermana, Sofía, está aquí.

Se escucha a alguien sorber, como si alguien estuviera llorando.

-jovenes Greenwood- habla- es un placer tener noticias sobre ustedes tan pronto. ¿en qué puedo ayudarles?

Gerardo y yo intercambiamos miradas.

-tiene que explicarnos todo esto- hablo yo.

-estaré encantado de hacerlo, ¿quieren agendar una cita?

Se escucha como un pequeño golpe, como si le hubieran dado un Zape o algún golpe en el hombro.

-¿Hay alguien más con usted?- pregunta Gera.

-sí- contesta- no se preocupen por eso.

-¿entonces?- vuelvo al tema.

-podemos vernos mañana si ustedes gustan.

-mañana viajo a Canadá- habla Gerardo hacia mí.

-mañana dan de alta a Rodrigo- hablo yo.

-mañana no podemos- habla Gerardo hacia la persona en la línea.

-esta bien- contesta- entiendo.

-el sábado por la noche estaremos disponibles.

-el sábado por la noche está perfecto.

Acordamos el lugar y la hora y después colgamos, Gerardo me acompaña de vuelta a la habitación de Rodrigo.

-mi madre recibía mensajes anónimos- hablo yo mientras vamos en el elevador él me mira haciéndome continuar- yo también comencé a recibirlos.

Él se sorprende y se acerca a mí.

-y creo que la persona que los mando también está involucrada en que Rodrigo este aquí.

Él me abraza.

-vamos a arreglar está mierda- contesta haciéndome sentir mejor.

°°°°°°°°

Seguía en el hospital, Rodrigo tenía visitas y yo sólo me limite a quedarme sentada en el sillón que había ahí viendo la televisión sin decir nada más.

-¿estas molesta?- escuche su voz y volví a la realidad, ahora sólo él y yo estábamos en la habitación.

-no- conteste y decía la verdad con todo lo que acabo de descubrir no podía concentrarme en nada más.

-amor, prometo que no sabía que ella estaba aquí, acababa de tomar mi medicina y siempre hace que duerma, sólo sé que desperté gracias a Daniela y ella estaba aquí- habla- no sabía que ella estaba aquí y menos que estaba en la cama.

Me pongo de pie y camino hasta su lado.

-no tienes que explicarme nada- hablé mientras me sentaba a su lado- sé que ella no significa nada para ti y yo confío en ti.

Él sonríe levemente, se mueve un poco dando a entender que me acueste a su lado y así lo hago, apegandome a su pecho, las lágrimas se acumulan en mis ojos pero no puedo llorar, no debo de hacerlo si no tendré que dar explicaciones y no quiero involucrar a nadie más en esto, no puedo darme ese lujo, él acaricia mi cabello y me hace sentir bien el hecho de saber que él se encuentra mejor aunque aún así la culpa sigue consumiendome, él está aquí por mi culpa.

No sé cuánto tiempo ha pasado pero me he quedado dormida en los brazos de mi chico, mi celular está sonando así que atiendo la llamada, es mi padre.

-Sofía estoy abajo- lo había olvidado por completo.

-ya voy- hablé y colgué.

Me despido de Rodrigo y voy hasta donde se encuentra mi padre, estoy a punto de subir cuando un mensaje llega a mi teléfono, un mensaje que se encarga de erizar mi piel.

La próxima vez tu novio de cuarta no saldrá con la misma suerte e incluso un pequeño rubio vaya con él pero no te preocupes me encargaré de que no sea tan malo para los dos ;)

¿Él y yo?Where stories live. Discover now