Capitulo 55

1.4K 87 10
                                    

Bárbara:  Estoy bien,no te preocupes, solo se me bajo la presión.

Eduardo: tienes razón, las ultimas horas has estado muy tensionada, siéntate que yo mismo me encargo de pedir la cena.

Durante la cena Bárbara tenía un mejor semblante.

Bárbara:mi amor, vamos a mi cuarto, tengo un poco de sueño.

Eduardo: todavía es temprano,pero quiero abrazarte hasta que te quedes dormida.

Subieron a su cuarto a ver la televisión, Bárbara se puso la pijama, Muy corta, Eduardo estaba concentrado viendo un programa, pero en cuanto la vió su atención se centró en ella, la miraba con deseo, ella le sonreía, él amaba verle su perfecto trasero, ella se acercó y lo abrazo con la idea de irse a dormir, pero él se acercó más y la besó.

Bárbara lo vió a los ojos.

Bárbara: amamé

Eduardo no tardo un solo segundo en obedecer sus órdenes, se abalanzo sobre ella y comenzó a besarla, Era un poco extraño, Bárbara sentía más ganas de tener relaciones de lo normal, era una necesidad extrema de sentir su cuerpo junto al de Eduardo, no tardaron ni 5 minutos en despojarse de sus ropas, Bárbara le pedia a Eduardo que entrara en ella rápido, Eduardo no vaciló y lo hizo de inmediato, Bárbara estaba bajo él, pero prefirió cambiar la posición y quedar arriba, temía que el peso de Eduardo sobre ella pudiera hacerle daño al Bebé, Eduardo le estaba haciendo el amor de una manera muy dulce, no tan salvaje como las veces anteriores, estaban perdidos entre besos y caricias, le encantaba que ella estuviera encima de él, controlando cada uno de sus movimientos, los gemidos de Bárbara eran muy fuertes, por suerte la casa era lo suficientemente grande y los empleados que vivían estaban muy distanciados y no podían oírla, los orgasmos eran muy seguidos, Eduardo estaba disfrutando y deseoso de placer, y junto con ella sus orgasmos parecían ser simultáneos, cuando tocaba sus senos, sentía mucha sensibilidad pero a Bárbara eso le agradaba bastante, ella dominaba la posición en la que estaban pero solia agacharse y besar el pecho de Eduardo, el acariciaba su espalda, su trasero y las piernas que tanto lo volvían loco.

El momento de placer termino, los dos ya estaban dormidos y bien abrazaditos, sin querer las manos de Eduardo abrazaban el vientre de Bárbara.

Al día siguiente Bárbara despertó, acarició la cara de Eduardo, lo besó y se fue a bañar, cuando Eduardo despertó ella le estaba trayendo el desayuno a la cama.

Eduardo: mi vida, soy yo quien debe consentirme no tu.

Bárbara: a mi me encanta hacerlo.

Eduardo: vas a ir a Lactos?

Bárbara: no puedo faltar,  quisiera saber como esta Santi.

Eduardo: en la tarde pienso ir a Verlo, no debe estar muy contento, el disfrutaba mucho el estar contigo.

Bárbara: mi pequeño, no sabes lo mucho que lo extraño.

Eduardo: lo sé, pero podrás verlo, estás en tu derecho.

Bárbara: no creo que sea posible, Los Elizalde no lo permitirán.

Eduardo: si no lo hacen yo me encargaré, no te preocupes.

Eduardo se fue para el hotel, tenia que cambiarse para ir a Lactos.

Bárbara Salió por su lado pero en el pasillo llegando a su oficina se cruzó con Fernanda.

Fernanda: Bárbara!! No te ves muy bien, digo, sin Santi tu vida seguramente volvió a ser aburrida y amargada.

Bárbara: estoy bien Fernanda, pero en vez de preocuparte por los demás mejor preocúpate por ti misma, por tu fallido matrimonio.

Bárbara sonreía cínicamente, sabia que esas palabras le dolían a Fernanda.

Fernanda: eso te da gusto verdad?

Bárbara: no, pero si me inquieta que vivas pendiente de lo hago y dejes a un lado tus propios asuntos.

Bárbara se retiro dejando a Fernanda confundida y con la palabra en la boca, habría acaso sembrado más dudas en ella?

MAÑANA ES PARA SIEMPRE II, El regreso de Bárbara.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora