MAÑANA ES PARA SIEMPRE II, El regreso de Bárbara.

Capitulo 125

Gardenia apretó el gatillo de la pistola, dos veces, pero por suerte el arma no estaba cargada, Jacinto y Margarita se acercaron a ella.

Jacinto: suelta el alma Gardenia!!

Gardenia: no! Hasta que acabe con estos dos!

Jacinto: evítate más problemas, además, el arma no tiene balas, se las saque hace unos días para limpiarla.

Gardenia: No puede ser.

Gardenia se vio acorralada por el escándalo que estaba armando, las sirenas de la policía parecia estar cerca de la iglesia, no tuvo de otra que salir corriendo, Jacinto y Margarita tras ella, al igual que los policías que estaban llegando, Bárbara estaba asustada, Eduardo la abrazó.

Eduardo: tranquila mi amor, todo va a estar bien, no te preocupes.

Bárbara: por un momento llegue pensar que nos mataría.

Sacerdote: bueno, prosigamos con la ceremonia.

Eduardo: si padre por favor.

Sacerdote: por el poder que Dios y la santa madre Iglesia me otorga, yo los declaro, Marido y Mujer, que lo que Dios ha unido, no los separe el hombre, Eduardo, puedes besar a la novia.

Eduardo y Bárbara sonrieron y cruzaron sus miradas, él acarició su mejilla y se acercó para besarla, todos aplaudieron, Fernanda se fue, ya había visto suficiente, los novios salieron de la iglesia y en medio de felicitaciones pudieron observar cuando una patrulla de policía se llevaba a Gardenia.

Eduardo y Bárbara subieron al auto de los novios, Antonio iba en el suyo con los bebitos.

Eduardo: por fin eres mi esposa ante Dios, Gracias por hacer de ese sueño una realidad, te amo.

Bárbara: Gracias a ti, por enseñarme a amar de verdad, por darme tanta felicidad,Te amo más que a mi vida.

Eduardo: mi vida eres tu.

Bárbara y Eduardo se besaron, mientras el chofer que los llevaba rumbo a su fiesta de celebración sonreía al verlos por el espejo retrovisor.

Al llegar tomados de la mano a su fiesta a la que por meses había sido su casa, tomaron en sus brazos a sus hijos.

Eduardo: No me canso de decirte, gracias por estos dos angelitos.

Bárbara: Gracias a ti.

Eduardo: son el fruto de nuestro amor.

Bárbara: nuestro gran amor.

Todos pedían beso, asi que los novios no se hicieron del rogar, Eduardo tenía a Valentina y Bárbara a José Miguel.

La fiesta transcurrió con mucha tranquilidad, brindaron por su felicidad, disfrutaron del baile, la comida, las personas que los acompañaban en ese gran festejo.

Cuando cayó la noche poco a poco se fueron los invitados, esa noche Bárbara y Eduardo la pasarían en un hotel de lujo, uno de los mejores de la ciudad.

Fernanda estaba terminando sus maletas.

Gonzalo: que haces Fernanda?

Fernanda: me voy papá.

Gonzalo: a dónde ?

Fernanda: a Italia, quiero ver a Santiago y a mi sobrino y por supuesto a Aurora, después, no se a lo mejor me quede por una temporada en España con Lili o me vaya a otro país, necesito estar lejos porque Hoy enterre el amor que por años tuve por Eduardo.

Gonzalo: y para eso, es necesario que te alejes de mi?

Fernanda: perdóname papá, pero es lo mejor, necesito estar sola.