Capitulo 84

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Fernanda: papá, me llego esta notificación, todo indica que durante este tiempo Eduardo envió una solicitud para que nuestro matrimonio católico se anulara.

Anibal: y que te sorprende? te dijo que ya no te amaba, a lo mejor tiene planes de casarse con otra.

Gonzalo: aunque suene duro, Anibal tiene razón hija, han pasado meses y no sabes nada de el, legalmente ya están separados.

Fernanda: me duele papito, lo sigo amando y si quiero verlo no es para pedirle que volvamos sino para exigirle que me diga quién es la mujer por la que me cambio.

Anibal. Y que ganas con eso Fernanda? ya no vas a recupérarlo.

Fernanda: estar en paz, durante meses en mi cabeza sigue rondando la incertidumbre de saber que fue lo que hice mal para que el se fijara en otra, que vio en ella que no tenia yo.

Gonzalo: deja de atormentarte, yo se que es difícil pero tienes que olvidarte de Eduardo para siempre.

En la hacienda, ya habían pasado dos meses luego del nacimiento de Valentina y José Miguel, Bárbara estaba absolutamente recuperada, tan solo quedaba una semana para su regreso a Mexico, pero antes de irse de la hacienda definitivamente quiso darle una noche muy especial a Eduardo, ambos necesitaban estar solos, así que prefirió dejar los bebés en otro cuarto, con excusas le pidió a Eduardo que los durmiera mientras ella se arreglaba sexy para el.

Cuando Eduardo entro al cuarto, estaba bastante iluminado.

Eduardo: estas ahí? Los pequeños duerman profundamente.

Bárbara salió del baño con un babydoll blanco.

Bárbara: como has sido el mejor de los hombres  esta noche tendrás tu recompensa.

Eduardo dio la vuelta y se quedo mudo...

Eduardo: wow! Que bien te ves...

Bárbara: esta noche será sólo para los dos.

Eduardo: quiero ser tu esclavo, haré lo que digas,después de todo eres mi dueña.

Bárbara: me alegra escucharte decir eso, porque en este momento te ordeno que me demuestres cuanto me has extrañado.

Eduardo: eso no será difícil, Bastara con hacerte el amor durante horas, sin parar y llegar el límite del climax.

Bárbara rio coquetamente...

Bárbara:Entonces demuéstralo o prefieres que te azote primero?

Eduardo sonrió...

Eduardo: haré lo que me pidas, mátame a besos si lo deseas.

Bárbara:no, los besos pueden esperar, empieza por desnudarte.

Eduardo: quieres que me quite todo?

Bárbara: todo, absolutamente todo, y hazlo rápido que tengo prisa.

Eduardo se quito rápidamente su ropa, quedando desnudo ante los ojos de Bárbara.

Bárbara: vaya! Señor Juarez, olvidaba lo bien dotado que estabas * levantando su ceja, creo que será una larga noche.

Eduardo: y tu? No piensas quitarte la ropa?

Bárbara:aún no, acuéstate.

Eduardo obedeció, parecía disfrutar del juego de su esposa.

Bárbara: bien, como soy una mujer de muy mala memoria, tendré que recordar centímetro a centímetro tu cuerpo, y no podía hacerlo con la ropa puesta.

Bárbara se acostó sobre Eduardo, lo amarró a la cama.

Eduardo: y esto?

Bárbara: para que no te escapes, no te di permiso para hablar.

Bárbara empezó a besar cada parte del cuerpo de Eduardo, empezando de arriba hacia abajo, cuando él trato de buscar un condón para ponerse ella se lo impidió, no quería ninguna interrupción, empezó por su pecho, bajo a sus caderas y a su parte favorita, enloqueciendo de placer a Eduardo, volvió a subir y lo beso, pero ahora el le cambio las reglas del juego, le quito el látigo que traía en sus manos y se tumbó sobre ella.

Eduardo: no vayas a creer que una mujer como tu puede dominarme, ves? Quite fácilmente lo nudos que me ataban a la cama, ahora mismo seré yo quien te quite lo que traes puesto, sentir tu cuerpo, más ahora que tus bubis son más grandes y eso me agrada, no sabes cuánto, podré disfrutarte.
Esto ocasionó la risa de Bárbara.

Bárbara: Mi cuerpo te pertenece, soy solo tuya!

Eduardo: me agrada escucharlo, porque no pienso compartirte con nadie.

Eduardo estaba sobre ella y lentamente mientras la besaba, le fue bajando el babydoll a medida que besaba cada parte que descubría, iba tirando al suelo todo, empezaron a besarse con más intensidad dando vueltas en la cama, parecía que competían por ver quien llevaría las riendas de aquel juego de seducción en el que ambos eran victimas, se miraron a los ojos, y justo cuando el iba a entrar en ella...

Bárbara: puedes hacerlo sin miedo, no tardes que necesito sentirte muy adentro.

Eduardo: no más que yo.

Eduardo agarro sus piernas de Bárbara de tal manera que las acomodo sobre sus caderas, se pusó el condón entro lento y suave, estaba desesperado y se dejo llevar por sus impulsos, sus movimientos eran un poco agresivos, Bárbara no se quedo atrás, porque le pedía más y más, en cuestión de minutos Bárbara domino el juego, estando sobre él, tomo una copa de champagne que había dejado  esa de noche y la roseo sobre si misma, del cuello hacia abajo, Eduardo, la tenia agarrada por la cintura.

Bárbara: quieres champagne?

Eduardo asintió.

Bárbara: entonces bebe de mi.

Eduardo beso sus senos que estaban húmedos de champagne, Bárbara empezó a reír y a gemir de placer, beso su cuello, el tiro de ella y quedo nuevamente acostado, los movimientos de Bárbara arriba parecía hacer que Eduardo tuviera múltiples orgasmos simultáneamente a ella, cuando el paraba un segundo para tomar aire, ella le decía "no te detengas".

Hicieron el amor salvajemente por horas y al amanecer los dos yacían abrazados, ella dándole la espalda, pero no todo podía ser tan perfecto pues...

MAÑANA ES PARA SIEMPRE II, El regreso de Bárbara.Where stories live. Discover now