Capítulo 1.

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Capítulo 1.

3 años.

Me sentía nerviosa y no me explicaba "por qué" muy bien

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Me sentía nerviosa y no me explicaba "por qué" muy bien. Yo siempre fui segura de mi misma, pero ahora... no estaba segura. Con el sobre en las manos, lo único que provocaba en mi era malestar, no alegría.

Suspiré, "todo va a salir bien, confía en ti" repetía en mi mente. Todo saldría bien. Tome el valor de quién sabe dónde, y en segundos, el sobre ya estaba abierto.

"Anadla Elizabeth Miller Edad: 19 años 

Promedio: 9.8 APROBADA "

El planeta se detuvo y sólo yo estaba aquí respirando entrecortadamente. Grité hasta no poder y lloré como si tuviera que beber de ahí mismo toda una eternidad.

Había aprobado, entre a la universidad que quería.

Mamá estaba trabajando, sólo Kyle y yo estábamos en casa; no tenía suficiente dinero, pero lo necesario para una fabulosa cena con mi familia con motivo de celebración.

Kyle bajó corriendo las escaleras, con su cabello castaño alborotado y sus ojos verdes dilatados. Dios, era tan idéntico a él.

— ¿Por qué gritaste, mamá? —dice su angelical voz me inunda los oídos. Nunca me imaginé que amar a alguien hasta la eternidad se sintiera así.

—Porque —lo tomo en brazos y sé que hice bien— mamá paso la prueba de la universidad y la aceptaron —sonrío de oreja a oreja y él también—, ¿quieres ir conmigo a comprar las cosas de la cena? —asiente y sube corriendo, sonrío. Él era mi vida.


Aparqué el auto en el estacionamiento, Kyle y yo íbamos tomados de la mano en el supermercado; aunque nunca me importo que la gente dijera de mí, no me agradaba la idea de ir caminando por las calles y comienzan a murmurar acerca de mí hijo.

Lo admito, me embaracé muy pequeña de edad, pero ahora estoy agradecida y bendecida por tener aun maravilloso hijo al cuál amo con locura.

Estaba en la sección de pastas junto con Kyle sentado en el carro especial para para niños pequeños. Aborrezco esto. Aborrezco que todas las pastas que a mí me gustan estén en las partes más altas de aquí. Creo que ni con Kyle en brazos podríamos tomar a éste. Me cansé. Me cansé de tanto brincar y de no poder tomarlas; fue aquí, en este momento, en el que mi mundo se fue abajo.

Unos brazos de una persona ALTA toman lo que yo quería y me lo entrega en mis manos. Me sonrojo.

—Gracias —le dije, Kyle estaba jugando. Alzo la vista y está ahí, tan intimidante como siempre lo vi, tenía el cabello más corto pero era el mismo estilo de siempre. Trague saliva y mis próximas lágrimas—, Georg.

—Un gusto volverte a ver, Anadla —dice y tiemblo. No, otra vez no.

—No puedo decir lo mismo —sonrío y él se cabrea. No lo toco, pero sé cómo hacerlo cabrear—, si me disculpas, tengo cosas que hacer.

Su brazo me detiene, y aunque haya ganado fuerza estos 3 años, me deje vencer. —No, Anadla, tú y yo tenemos cosas mucho de qué hablar —sus ojos se tornaron grises, me asquee—, por favor...


—Mamá, ¿ya nos vamos? —la voz de Kyle hizo que soltara una lágrima. Observe por última vez a Georg y sonreí.

—Hasta nunca, Hagen —o más bien, hasta la próxima, Hagen; susurré aun observándolo. Caminé rápidamente con Kyle a otro pasillo, intentando aclarar mi mente. O Zeus, volví a ver al hombre del que he estado enamorada toda mi vida escolar.


La prueba, el engaño, las lágrimas, y más lágrimas. El parto, la operación, el accidente... todo, ver a Georg me recordó todo. Él fue siempre la manera perfecta de hacerme sentir mal. Georg siempre fue mi peor pesadilla.


Kyle me observa mientras lo acomodaba en su asiento. — ¿Qué pasa, mi amor?

— ¿Quién era el señor, mamá? —mi vida, él es tu padre que jamás quiso saber de ti, ese es él.

—Fue una persona importante cuando estaba en la escuela, él es...

— ¿Mi papá? —me congelé.

—Kyle, ya hablamos de esto —suspira y asiente— ¿quieres un helado?

Sus ojos brillan y asiente. Me recordó cuando Georg y yo salíamos a caminar al parque y siempre le preguntaba si quería un helado. Aquellos recuerdos...

Aunque fuera mentira, Kyle era idéntico a él, y en todos los aspectos. Era dulce, tierno, sin rodeos y cariñoso, más no era mentiroso y rompecorazones como su padre. Kyle era mi vida de ahora en adelante, no habría otra persona que adore más y le de mi vida entera más que a él; llegamos a casa después de las compras, mientras Kyle corría dentro a la casa y yo con todas las bolsas de las compras.

Caminaba con unas cuantas bolsas cuando choqué con alguien. Perfecto, Anadla.


After to us. #SB2Where stories live. Discover now