Capítulo 13.

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Capítulo 13.


Anadla, mi cielo, estás más delgada —Kyle me pasa la mirada por todo mi cuerpo y por la ropa que antes me quedaba ajustada y ahora holgada gracias a mi pérdida de peso.

— ¿A sí? Qué raro, yo me siento igual —digo dejando mi mochila a un lado de su consultorio, le doy un pequeño beso y él sonríe.

— ¿Has hablado con Carrie?

—No, ¿por qué lo preguntas?

Encoje los hombros y suspira. —No lo sé, hace un mes que no sabemos nada de ella y ni de Georg.


Desvío la mirada a otro lado, es cierto. Hace un mes que le dije por primera vez a Georg que lo amaba, un mes que confeso sus sentimientos hacía mí, lo que sentía por Kyle por mí. No me sé cómo sentirme, si feliz o triste, tal vez las dos, siquiera me ha hablado, ¿por qué?

— ¿Te parece que vayamos a almorzar una pizza? —pregunta tomándome de la cintura, hago una mueca y frunce el sueño—, ¿qué pasa? ¿Tenías algo en mente?

—Quiero pasar a la escuela por Kyle, Salí temprano y quiero pasar tiempo con él, casi nunca salimos —digo tomando mi celular entre las manos, un mensaje de un número desconocido me llega al buzón, ¿de quién podría ser? —, además, quedé con alguien.

— ¿Con quién? —suena molesto, nunca lo había visto así. ¿Qué le pasa?

—Con Ambu —miento—, nos vemos después, Kyle, te quiero.

El asiente con la cabeza aun molesto, creo que es celoso.



— ¡Jodida Miller! ¿Tienes idea de lo difícil que fue encontrarte aquí? ¿Qué quieres hacer en una guardería? ¡Ni que fueras madre...!

—Me da gusto volverte a ver, Bill —digo abrazándolo levemente.

—En serio, Ann, ¿qué hacemos aquí? —él termina la oración y Kyle sale de su aula con ojos brillosos y el ceño ligeramente sudado, Bill lo ve abrazarme y darme un pequeño beso en la mejilla, lo cargo en brazos y él lo sigue con la mirada—, ¿tienes un hermano? ¿Tú madre volvió a embarazarse?

—Mami, ¿quién es? —dice mi hombrecito escondiéndose en mi cuello, sonrío.

—Bill, él es Kyle, mi hijo —Bill abre la boca como si quisiera comerse 4 hot dogs y parpadea continuamente—, hijo, él es el tío Bill.

—Wow, cuando te dije que tú tendrías hijos primero que yo era en broma, ¿Anadla, qué diablos paso en mis 3 años de ausencia?

—Un tipo coloco su miembro en mi aparato reproductor, dejó su esperma, me embaracé y nació Kyle —digo tranquila, él ríe por lo bajo y sigo—, ¿todo con detalle?

— ¿Ambu ya lo sabe?

—Violet y Ambu fueron las primeras en enterarse, pero Violet se fue a estudiar a Missouri y jamás volvió a hablarme, con quien cuento más hasta el momento es Ambu, y ahora tú.

—Me siento ofendido, yo soy tu mejor amigo mucho antes que Ambu, ¿en dónde quedo la preferencia?

—Tú te mudaste a Canadá y nadie te dijo nada, tú me dejaste sola —digo fingiendo dolor.

—Está bien, vamos, le invito un helado y nosotros tomaremos 20 cafés.

— ¿Cómo los viejos tiempos?

—Claro, mi flor bonita —sonríe, como extrañaba a este hombre.



—Déjame ver si es que entendí: se conocieron en la preparatoria, salieron y se volvieron novios, tiempo después en casa de Ambu tuvieron sexo rosando sus genitales y con ropa —asiento y el finge asco— que asco, Anadla; bueno, ese mismo día te desvirgó, conociste a su ex novia, te dijo que todo lo que él te hacia era lo mismo que él le hiso a ella, tuvieron sexo otra vez, 3 semanas después Violet y tu fueron al centro comercial y te pregunto que si estabas embarazada, no sabías, hicieron la prueba y dio positivo, mamá no se enojó y te dejó conservarlo, el día en que se lo ibas a decir él terminó contigo y te dijo que sólo te utilizo, ¿estoy bien?

—Más que bien —dice—, después nació Katia y Kyle, pero Katia murió al nacer —solloza—, se mudaron de casa hasta que Georg volvió a encontrarla en un centro comercial.

—Así es —Ambu me mira tomando su té— y después conocí a Kyle, mi ahora novio.

—Tu sí que no tienes llenadera, no te vasta con un pene, si no con dos, y uno es de doctor —dice Bill riendo.

— ¿Y tú? ¿Qué me dices? Desde que te conozco no has hablado con alguna chica, ¿eres gay? —digo tomando un trago de café, y es cierto, desde que tengo uso de razón, Bill nunca ha entablado una conversación con alguien diferente a su sexo, es mi mejor amigo, lo conozco como la palma de mi mano.

—No lo soy y jamás lo seré, no es que tenga algo en contra de ellos, es sólo que los chicos no son mi tipo.

Ambu tuerce el gesto, señala a la entrada y veo a una rubia bronceada y a un chico de ojos verdes idéntico a MI hombre. Vuelve hacía mí y sus ojos se hacen más grandes. Maldito.


After to us. #SB2Where stories live. Discover now